Aprendizaje basado en competencias vs. aprendizaje tradicional: ¿qué modelo responde mejor a los retos del siglo XXI?

Por Manuel Joao Filomeno Nuñez

Los profundos cambios que atraviesa la sociedad exige profesionales capaces de adaptarse y resolver problemas reales. En este contexto, el aprendizaje basado en competencias (ABC) se posiciona como un modelo educativo más pertinente y eficaz que el tradicional. Esta metodología no solo se ajusta mejor a las necesidades actuales, sino que también fomenta una mayor interacción y protagonismo de los estudiantes en su proceso formativo.

“Es un enfoque educativo que se centra en la adquisición de conocimientos a través de la práctica y la aplicación. En lugar de simplemente memorizar información teórica, los estudiantes desarrollan competencias prácticas y aplicables que pueden utilizar en situaciones del mundo real”, explica Leslie Vidaurre, de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Durante décadas, la educación tradicional ha estado marcada por la memorización de contenidos, las clases expositivas y los exámenes estandarizados. En ese esquema, el docente asume el rol de transmisor de información y el estudiante ocupa una posición más bien pasiva. Aunque este modelo permitió estructurar la educación durante gran parte del siglo XX, hoy se enfrenta a críticas crecientes porque no siempre prepara a los alumnos para un mundo laboral que exige flexibilidad, innovación y habilidades transversales.

El ABC, en contraste, coloca al estudiante en el centro del proceso. Su objetivo es desarrollar competencias, entendidas como la integración de conocimientos, habilidades y actitudes que permiten desempeñarse con eficacia en contextos diversos. Bajo esta mirada, aprender ya no se limita a aprobar un examen, sino a demostrar lo que se sabe hacer con lo aprendido.

Vidaurre destaca que este enfoque fomenta la retención a largo plazo, ya que los estudiantes aplican de manera activa sus conocimientos; impulsa la autonomía y la confianza; y además prepara mejor para los retos de la vida profesional y personal.

Cuatro diferencias clave entre el ABC y el modelo tradicional

  • Ritmo de aprendizaje

En el modelo tradicional, los estudiantes avanzan según la planificación del docente, sin importar si dominan los contenidos o necesitan más tiempo. En el ABC, el avance depende del nivel de dominio de cada estudiante, permitiendo un progreso más personalizado.

  • Rol del docente y dinámica en el aula

Mientras que en la enseñanza convencional el profesor es la figura central que imparte la clase a todo el grupo, en el ABC los docentes actúan como facilitadores y trabajan colaborativamente con los estudiantes, generando entornos de aprendizaje flexibles y experiencias significativas.

  • Sistema de evaluación

El modelo tradicional se centra en pruebas parciales y finales, con un enfoque en la calificación. En el ABC, la evaluación es continua y formativa, parte del mismo proceso de aprendizaje. El estudiante tiene múltiples oportunidades para demostrar lo que sabe y cómo lo aplica.

  • Conexión con la vida real

En la educación tradicional, el aprendizaje suele permanecer en el plano teórico, sin mayor vínculo con la vida diaria. El ABC, en cambio, busca que cada conocimiento y habilidad tenga un sentido práctico y transferible, fortaleciendo la preparación para la universidad, el trabajo y la ciudadanía activa.

Vidaurre indica que el tránsito hacia este modelo no está exento de desafíos. Requiere capacitar a docentes, incorporar nuevas metodologías de evaluación y aprovechar la tecnología educativa como aliada. Sin embargo, las oportunidades que abre el ABC son más significativas que sus obstáculos ya que permite personalizar la enseñanza, aumentar la motivación de los estudiantes y formar profesionales listos para un entorno cambiante y altamente competitivo.

“Al centrarse en la práctica y la aplicación, este método no solo mejora la retención del conocimiento, sino que también desarrolla habilidades críticas que son esenciales en el mundo real”, explica la docente.

Unifranz ha adoptado este modelo dentro de su propuesta educativa innovadora, convirtiéndose en una institución pionera en la implementación del aprendizaje basado en competencias. Con ello, apuesta por una educación más cercana a las necesidades de la sociedad contemporánea y alineada a los desafíos del futuro.

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