Alerta: tres ‘copitas’ seguidas de cualquier trago pueden disparar su presión arterial

Alerta: tres ‘copitas’ seguidas de cualquier trago pueden disparar su presión arterial

¿Cuánto afecta el consumo de las bebidas alcohólicas a la presión arterial? Algunas personas creen que es un mito y que no afecta para nada. Sin embargo, todo consumo de alcohol tiene efectos en el cuerpo, algunos más graves que otros.

Tres vasos seguidos de un trago, cualquiera que sea, elevarán la presión arterial, pero sólo temporalmente y no a un nivel alarmante. Sin embargo, también pueden surgir problemas graves como consecuencia del consumo excesivo y regular de alcohol.

Profesionales de la salud sostienen que el consumo de alcohol puede tener varios efectos, agudos y crónicos, en el organismo humano ya que el alcohol dilata los vasos sanguíneos, lo que reduce la resistencia al flujo sanguíneo.

“El consumo crónico de alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión arterial que al hacerse crónico se convierte en un factor de riesgo significativo para enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y otros problemas de salud”, indica José Antonio Montecinos, médico cirujano y docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

El alcohol también contiene calorías y puede causar aumento de peso. El aumento de peso se considera un factor de riesgo para la hipertensión arterial.

Qué es la presión arterial

La presión arterial es una medida de la fuerza que ejerce la sangre que fluye a través de las arterias contra las paredes mientras circula por el sistema circulatorio y que consta de la presión arterial sistólica y la presión arterial diastólica.

La presión arterial normal suele situarse alrededor de 120/80 mm Hg.

Cómo detectar que una persona presenta hipertensión arterial

Para detectar que una persona sufre de hipertensión arterial basta con medir la presión arterial, una lectura de presión arterial de 140/90 mm Hg o superior en varias mediciones se considera hipertensión.

“Es importante realizar mediciones regulares si se tienen factores de riesgo conocidos, como antecedentes familiares de hipertensión, edad avanzada, obesidad o un estilo de vida poco saludable”, afirma Montecinos.

Los riesgos de la hipertensión superan, de lejos, cualquier beneficio que se pueda obtener por el consumo de alcohol. Aunque la presión arterial, al principio, es asintomática, en ocasiones causa síntomas como dolores de cabeza persistentes, visión borrosa, fatiga, dificultad para respirar, sangrado nasal frecuente y palpitaciones.

El tratamiento para los problemas de presión arterial dependerá de la gravedad de la afección y de las necesidades individuales de cada persona.

El académico menciona que el control y tratamiento de la hipertensión arterial puede ser a través de tres pilares fundamentales:

a. Cambios en el Estilo de Vida

• Dieta saludable

• Control de peso

• Ejercicio regular

• Reducir el alcohol

• Dejar de fumar

b. Medicamentos

• Si los cambios en el estilo de vida no son suficientes para controlar la presión arterial, el médico puede recetar medicamentos antihipertensivos.

c. Monitoreo regular

• Hacer un seguimiento regular de la presión arterial es esencial para asegurarse de que los tratamientos funcionen y para detectar cualquier cambio.

• Es esencial continuar con las visitas médicas regulares para evaluar la efectividad del tratamiento y realizar ajustes según sea necesario.

Unifranz

Vivir en ciudades de gran altitud puede tener efectos negativos en la presión arterial

Efecto reversible si se trata a tiempo

Según Montecinos, aunque dejar de consumir bebidas alcohólicas es un paso positivo y puede tener un impacto significativo en la salud de las personas, incluyendo la presión arterial, el daño causado por el alcohol en el organismo puede ser reversible hasta cierto punto.

La reversión de los efectos del alcohol dependerá de la gravedad y la duración del consumo, así como de la predisposición genética y la salud general de la persona.

Vivir en ciudades de altura también afecta

Vivir en ciudades de gran altitud puede tener efectos negativos en la presión arterial debido, principalmente, a la disminución de la presión barométrica y, en consecuencia, de la concentración de oxígeno en el aire a medida que se gana altitud.

Para compensar la disminución de oxígeno, el cuerpo responde aumentando la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el aumento de la producción de glóbulos rojos y otros cambios fisiológicos que ayudan a mejorar la eficiencia del transporte y suministro adecuado de oxígeno a los tejidos y órganos.

“Tener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y la conciencia de tus propios límites son clave para mantener una buena salud cardiovascular”, asegura Montecinos.

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