Agencias de acreditación: el motor silencioso que eleva la calidad educativa

La nueva misión de las agencias de acreditación: co-crear una educación superior inclusiva, equitativa y alineada con los ODS.

Actualmente, la educación superior enfrenta el desafío de transformarse para responder a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En este contexto, las agencias de acreditación emergen como actores estratégicos para impulsar cambios estructurales en las universidades. Su rol, sin embargo, requiere ser reconfigurado para pasar de la mera evaluación al liderazgo transformador.

“Cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible amerita un compromiso muy serio, porque tiene que ver con transformaciones más allá que con acciones”, advirtió Lady Meléndez Rodríguez, presidenta del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior de Costa Rica, durante su ponencia en el Foro Internacional de Innovación Educativa (FIIE) Unifranz 2025.

La ponencia titulada «El rol de las agencias de acreditación en la mejora de la calidad educativa: desafíos y oportunidades desde las políticas públicas», fue presentada en el marco del FIIE Unifranz 2025, uno de los espacios más destacados en Latinoamérica para el debate y la innovación en educación superior.

Meléndez reflexionó sobre las limitaciones estructurales de las políticas públicas como herramientas de transformación duradera, recordando que “las políticas públicas, por su naturaleza, son cortoplacistas… duran lo que dura un gobierno”. En contraposición, propuso mirar a las universidades como instituciones con mayor sostenibilidad en el tiempo y con capacidad real de incidir en el desarrollo social.

“Las universidades tenemos mayor sostenibilidad que cualquier gobierno. Inclusive, las dictaduras más largas han durado menos que las universidades”, afirmó enfáticamente.

El planteamiento central de Meléndez es que las agencias de acreditación deben ir más allá de su función reguladora y convertirse en catalizadoras de transformación. Para ello, deben alinear sus modelos de evaluación con una ética de la sostenibilidad y el enfoque de derechos humanos. Según explicó, los actuales modelos a veces están más enfocados en responder a demandas y tendencias inmediatas, en lugar de operar desde convicciones profundas.

“Las demandas y las tendencias provocan acciones, mientras que las convicciones impulsan transformaciones”, expresó, subrayando que la calidad educativa debe ser entendida como un compromiso ético con la equidad, la inclusión y el desarrollo humano.

Uno de los puntos más reveladores de su participación fue el llamado a resignificar la educación superior como un derecho humano y un bien público. Desde esa visión, la calidad educativa no puede medirse exclusivamente desde parámetros técnicos o disciplinares, sino que debe incorporar criterios de pertinencia social, inclusión, equidad y sostenibilidad. Las agencias de acreditación, dijo, deben transformarse en observatorios de innovación responsable y del ejercicio profesional orientado hacia la paz y la justicia social.

“Los criterios de calidad se deben constituir en observatorios de la innovación responsable y del ejercicio profesional y solidario en tránsito hacia la paz”, enfatizó.

Asimismo, llamó a las universidades a hacerse responsables no solo del estudiantado que ingresa, sino también de quienes quedan fuera del sistema. La inclusión, insistió, no se decreta: se consolida en la práctica. Por ello, abogó por mecanismos más amplios de acceso, permanencia y éxito académico que permitan a todos los estudiantes, especialmente los históricamente excluidos, desarrollarse plenamente.

“Cuando abrimos las puertas de la universidad, no solo damos una matrícula, damos oportunidades de desarrollo humano a esa persona, a su familia y al futuro de esa familia”, sostuvo con convicción.

En este sentido, el FIIE Unifranz 2025 se consolidó como un espacio propicio para este tipo de discusiones. Con la participación de referentes académicos y autoridades de agencias de calidad de distintos países, el foro buscó repensar colectivamente los modelos educativos del futuro. La ponencia de Meléndez fue una de las más aplaudidas por su enfoque crítico y propositivo.

El FIIE se ha posicionado como una plataforma regional que impulsa el intercambio de ideas innovadoras, experiencias exitosas y desafíos comunes en el ámbito de la educación superior. En su edición 2025, celebrada en Bolivia, el foro se enfocó especialmente en la equidad educativa, la transformación digital, y el cumplimiento de los ODS desde una perspectiva latinoamericana.

La participación de Lady Meléndez dejó claro que las agencias de acreditación no pueden limitarse a evaluar la calidad: deben co-construirla junto a las universidades, desde una visión humanista y transformadora. Solo así, concluyó, será posible hablar de una educación superior verdaderamente inclusiva, equitativa y sostenible.

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