Informe de Observatorio Nacional del Trabajo: trabajo en equipo y dominio de Excel son competencias más requeridas
El mercado laboral boliviano continúa experimentando transformaciones profundas en la demanda de talento, impulsadas por la digitalización, la terciarización de la economía y los cambios en la estructura organizacional de las empresas. El más reciente informe del Observatorio Nacional del Trabajo (ONT), correspondiente a abril de 2025, revela que las competencias más requeridas en el país son el trabajo en equipo —en el ámbito de las habilidades blandas— y el dominio de Excel como competencia técnica transversal.
El estudio, producido por la institución, parte del Centro de Pensamiento Estratégico de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), da continuidad al monitoreo iniciado en marzo y evidencia un patrón claro: la empleabilidad en Bolivia está cada vez más vinculada tanto a la capacidad de colaborar efectivamente con otros como al manejo de herramientas digitales básicas, reflejando un mercado que combina tradición y modernidad.
“La dinámica del mercado laboral boliviano en abril de 2025 muestra transformaciones relevantes que responden tanto a la coyuntura económica nacional como a las tendencias globales de digitalización y terciarización productiva”, señala Pedro Sáenz, vicerrector de Unifranz sede La Paz y director del ONT.
Según explica, este proceso se traduce en la necesidad de “garantizar la competitividad empresarial y la empleabilidad de los trabajadores” mediante el fortalecimiento de las competencias clave.
Competencias que definen la empleabilidad
De acuerdo con el estudio, Excel concentra el 59,7 % de las menciones en las ofertas laborales analizadas, consolidándose como la herramienta más utilizada en todos los niveles jerárquicos. Le sigue el mantenimiento de equipos (12,4 %) y el manejo de sistemas de gestión como SAP (9,2 %) y Power BI (6,4 %). Esta tendencia reafirma la brecha entre las competencias tradicionales y las digitales avanzadas, como SQL o Python, que apenas aparecen en menos del 3 % de las ofertas.
En cuanto a las habilidades blandas, el trabajo en equipo lidera con un 23,6 % de menciones, seguido por la atención al cliente (16,8 %) y la responsabilidad (14,0 %). Estas cifras revelan que la cooperación, la comunicación y el compromiso individual siguen siendo los atributos más valorados por las empresas bolivianas, en especial dentro del sector servicios, que concentra más del 80 % de la demanda de empleo.
“El presente informe da continuidad al análisis iniciado en marzo, lo que permite observar con mayor precisión la evolución de los requerimientos laborales y las competencias más valoradas por las organizaciones”, afirma Rafael Vidaurre, coordinador del ONT. “Los resultados obtenidos evidencian que, si bien persiste una alta concentración de vacantes en el nivel operativo, existe un incremento notorio en las demandas de los niveles táctico y estratégico”, añade.
Este cambio, según el experto, apunta hacia “una reconfiguración gradual de los perfiles profesionales requeridos, en un contexto donde la digitalización, la gestión de procesos y las habilidades blandas adquieren creciente relevancia”.
Un mercado concentrado y digitalizado
El informe destaca que el 74,4 % de las vacantes corresponden a niveles operativos, mientras que los niveles táctico y estratégico representan el 12,5 % y 13,1 % respectivamente. Sin embargo, la participación de los cargos directivos se duplicó respecto al mes anterior, lo que sugiere una mayor diversificación de los perfiles solicitados.
Geográficamente, Santa Cruz de la Sierra concentra casi la mitad de las oportunidades laborales del país (49,6 %), seguida por La Paz (29,5 %) y Cochabamba (14,9 %). Estas tres ciudades aglutinan más del 90 % de la demanda laboral nacional, reafirmando su papel como polos de desarrollo económico y empresarial.
El sector terciario continúa siendo el principal generador de empleo, con el 81,6 % de las ofertas, destacando las actividades relacionadas con tecnologías de la información, servicios empresariales y comercio. Este predominio confirma la transición de la economía boliviana hacia un modelo orientado a los servicios, aunque aún persisten espacios de oportunidad en la industria y la construcción.
Brechas formativas y desafíos estructurales
La brecha tecnológica es uno de los puntos críticos del estudio. El predominio de herramientas tradicionales como Excel y la baja demanda de competencias avanzadas revelan un rezago frente a los estándares internacionales. La escasa presencia de habilidades de programación, análisis de datos y automatización podría limitar la capacidad del país para aprovechar plenamente los procesos de transformación digital.
En el ámbito de las habilidades blandas, la brecha se manifiesta en la baja incidencia de competencias estratégicas, como liderazgo y negociación, especialmente en niveles operativos. Esta tendencia podría afectar la cohesión de los equipos de trabajo y la eficiencia en la toma de decisiones.
Para el ONT, una de las prioridades debe ser articular la formación educativa con las necesidades reales del mercado laboral. Se recomienda diseñar programas de capacitación diferenciados por nivel organizacional, fortalecer la enseñanza de herramientas digitales y promover el desarrollo de habilidades de comunicación y liderazgo desde etapas tempranas.
En palabras de Vidaurre, “el desafío radica en transformar estos hallazgos en políticas y acciones concretas que potencien las capacidades del capital humano boliviano y permitan enfrentar de manera efectiva los cambios del entorno económico y tecnológico”.
Su reflexión resume la urgencia de adaptar los modelos de formación y las estrategias empresariales a una economía que demanda flexibilidad, innovación y talento humano actualizado.
Talento híbrido para un mercado en cambio
El informe del Observatorio Nacional del Trabajo reafirma que Bolivia avanza hacia un modelo laboral híbrido, donde las competencias técnicas digitales coexisten con habilidades interpersonales esenciales. El trabajo en equipo y el dominio de Excel simbolizan esta dualidad: la colaboración humana sustentada por el manejo de herramientas tecnológicas.
En un contexto de incertidumbre económica y cambios acelerados, la clave para la empleabilidad en 2025 parece residir en la combinación equilibrada de ambas dimensiones. El reto para empresas, instituciones educativas y trabajadores será transformar estos datos en oportunidades concretas de desarrollo profesional, fortaleciendo así el tejido laboral y productivo del país.