¿Puedes recordar todo con detalle? Los riesgos de la  hipertimesia

Por Aldo Juan Peralta Lemus

La hipertimesia no es considerada una enfermedad, pero puede afectar la salud mental.

¿Sabías que existen personas que pueden recordar con asombroso detalle prácticamente cada día de sus vidas? Esta condición, conocida como hipertimesia o “memoria autobiográfica altamente superior”, es extremadamente particular y, aunque suele despertar admiración, también puede ser una carga emocional. Detectarla y abordarla de forma adecuada es clave para preservar el bienestar de quien la padece.

Rodrigo Sánchez, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), sostiene que la hipertimesia es una condición muy rara, que se ha presentado en poco más de 100 casos a nivel mundial con documentación clínica.

La memoria autobiográfica altamente superior (HSAM, por sus siglas en inglés) es una condición neurológica poco común que permite a las personas recordar detalles específicos de su vida con una precisión extraordinaria.

“Existe un mayor sentido de identidad, autoconocimiento y autoconciencia. Repercute en la resiliencia emocional, al tener en cuenta las lecciones aprendidas de la vida. Tiene lazos afectivos fuertes porque recuerda a detalle eventos significativos. Además, facilita las tareas que requieren atención al detalle y seguimiento prolongado, porque demuestra una alta capacidad de organización y es una ventaja, por ejemplo, en carreras como la medicina”, explica el académico.

Riesgos emocionales de la hipertimesia

Aunque no es considerada una enfermedad, puede afectar la salud mental. El peso de revivir constantemente eventos tristes o traumáticos puede provocar estrés, insomnio, depresión o aislamiento social. El cerebro de una persona con hipertimesia está en constante “modo repaso”, lo que dificulta centrarse en el presente.

Las desventajas de esta condición son que: “Existe dificultad para olvidar ciertos eventos negativos, lo que puede derivar en que se recuerden una y otra vez estos eventos sin encontrar una solución —conocida como rumiación patológica—, con la probabilidad de presentar cuadros de ansiedad y depresión debido al estancamiento. Además, pueden presentar una sobrecarga cognitiva que se exprese en insomnio o posible frialdad emocional al revivir constantemente escenas pasadas”, destaca Sánchez.

Según estudios, quien padece esta condición puede describir lo que hizo, sintió o incluso lo que llevaba puesto un día específico de hace años. A diferencia de la memoria entrenada, la hipertimesia no depende de técnicas mnemotécnicas, sino de un funcionamiento inusual de ciertas áreas cerebrales, particularmente el lóbulo temporal y el núcleo caudado.

Entre las señales más comunes para detectar esta condición están:

  • – Recordar fechas y acontecimientos pasados con exactitud casi fotográfica.
  • – Revivir recuerdos con gran carga emocional, incluso los dolorosos.
  • – Dificultad para “desconectar” de experiencias negativas, lo que puede generar ansiedad o tristeza recurrente.
  • – Tendencia a que los recuerdos surjan de forma espontánea ante estímulos mínimos, como olores, canciones o lugares.

Un estudio de Parker, Cahill y McGaugh, publicado en Neurocase, presentó el caso de Jill Price (identificada como «AJ»). Los investigadores confirmaron su capacidad para recordar eventos autobiográficos con precisión y describieron la hipertimesia como una condición caracterizada por recuerdos automáticos e incontrolables. También observaron mayor actividad en el hipocampo y la amígdala.

El caso de Jill Price fue el primero diagnosticado con esta condición, en 2006. Desde los 12 años, comenta que podía recordar cada día de su vida, pero describió esta habilidad como una «carga» debido a la intensidad emocional de revivir recuerdos dolorosos. Su caso fue estudiado por la Universidad de California, Irvine, y documentado en Neurocase.

Tratamiento y manejo

No existe una “cura” específica, pero sí estrategias para mejorar la calidad de vida. Para el académico, una persona con hipertimesia no necesariamente requiere una intervención psicológica. Sin embargo, recomienda un abordaje terapéutico en casos donde la condición se asocia con un malestar psicológico significativo, deterioro funcional o la presencia de dos o más trastornos.

De ser así: “La Terapia Cognitivo-Conductual puede centrarse en trabajar las creencias disfuncionales asociadas a recuerdos dolorosos o persistentes, y técnicas de manejo de ansiedad como el mindfulness o la aceptación de pensamientos intrusivos. Si la hipertimesia genera sobrecarga cognitiva o interfiere con el sueño y la concentración, se puede complementar con un tratamiento psiquiátrico”, explica Sánchez.

La psicoterapia —especialmente las terapias cognitivas y de aceptación—, como explica el académico, ayuda a que la persona maneje la carga emocional de sus recuerdos y establezca límites mentales saludables. Las técnicas de mindfulness y meditación permiten enfocar la atención en el momento presente, reduciendo la intrusión de recuerdos.

En algunos casos, el tratamiento farmacológico para la ansiedad o la depresión puede ser útil como complemento, siempre bajo supervisión médica. Además, llevar un diario enfocado en emociones positivas puede ayudar a equilibrar el peso de los recuerdos negativos.

La hipertimesia es un recordatorio de que la memoria también necesita descanso. Detectarla a tiempo y aprender a gestionarla ayuda a que la persona pueda disfrutar de su excepcional capacidad sin quedar atrapada en su propio pasado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *