Turismo en Bolivia: el rol clave de la academia, el Estado y el sector privado para su crecimiento

Turismo en Bolivia puede ser motor económico.

El turismo representa una gran oportunidad para Bolivia. Su capacidad para generar empleo, atraer inversión y promover el desarrollo regional lo convierte en un sector estratégico con potencial transformador. 

En el contexto de las elecciones presidenciales de 2025, distintas voces del sector plantean propuestas concretas para posicionarlo como motor de la economía nacional. Una de las claves para lograrlo es la articulación entre el Estado, la academia y el sector privado, tal como lo propone la Agenda Estratégica de la Mesa Ejecutiva de Turismo.

“Podemos tener diagnósticos y estrategias, pero si no articulamos esfuerzos entre todos los sectores, será difícil convertir el potencial turístico en un verdadero motor de desarrollo”, afirma Javier Rivera, director de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Una visión de futuro construida en alianza

Bolivia cuenta con una diversidad natural, cultural y patrimonial que despierta el interés de turistas de todo el mundo. Para aprovechar esta riqueza, es fundamental consolidar una visión compartida entre actores públicos y privados, con una base técnica que guíe la toma de decisiones. Rivera destaca que el turismo debe pensarse desde un enfoque integral, donde cada actor cumple un rol complementario.

La propuesta presentada por la Mesa Ejecutiva de Turismo –construida en diálogo con representantes del sector y candidatos presidenciales– traza un camino claro para fortalecer la industria turística entre 2025 y 2030. A través de seis ejes estratégicos, plantea un conjunto de acciones que, con voluntad política y compromiso institucional, podrían transformar la economía nacional y la calidad de vida de miles de familias.

Seis ejes estratégicos para el crecimiento del turismo

La Agenda Estratégica del sector turístico incluye los siguientes pilares:

  1. Promoción internacional del destino Bolivia
    Fortalecer la imagen del país a través de campañas especializadas que muestren su identidad única, sus paisajes y experiencias, captando la atención de nuevos mercados y consolidando su presencia a nivel regional e internacional.
  2. Mejora de la conectividad y acceso
    Impulsar la modernización de la infraestructura de transporte y facilitar el ingreso de turistas nacionales y extranjeros, mediante rutas más eficientes, servicios integrados y procesos ágiles.
  3. Fortalecimiento del capital humano
    Promover la formación técnica y profesional de actores del sector turístico, desde guías hasta gestores públicos, asegurando estándares de calidad y excelencia en la atención al visitante.
  4. Innovación y gestión basada en datos
    Incorporar tecnologías y sistemas de información que permitan monitorear el flujo turístico, evaluar resultados y tomar decisiones basadas en evidencia, fomentando una cultura de mejora continua.
  5. Alianzas interinstitucionales
    Establecer mecanismos permanentes de colaboración entre entidades públicas, privadas, académicas y comunitarias para diseñar e implementar políticas turísticas de forma conjunta.
  6. Creación de una institución de alto nivel
    Proponer una estructura organizativa con participación multisectorial que coordine la ejecución de planes, supervise resultados y garantice continuidad en las políticas del sector.

Esta hoja de ruta ya cuenta con un proyecto de decreto supremo preparado para su implementación durante el próximo gobierno. Su ejecución permitiría avanzar de manera ordenada y sostenible, generando beneficios económicos, sociales y culturales.

Proyecciones alentadoras para el país

De acuerdo con estimaciones del propio sector, la puesta en marcha de esta agenda permitiría generar hasta 3.000 millones de dólares en ingresos y más de 300.000 empleos directos e indirectos hasta el año 2030. Estos resultados reflejan no solo el alcance del turismo como industria, sino su impacto en el desarrollo inclusivo y territorial.

Rivera señala que estos objetivos son alcanzables si se trabaja de forma coordinada. “El turismo puede convertirse en un pilar de la economía si apostamos por la formación del talento humano, la planificación con datos y la cooperación interinstitucional. Tenemos los recursos y la vocación. Solo falta consolidar el ecosistema”.

Asimismo, el respaldo que ha recibido la propuesta por parte de al menos siete candidaturas presidenciales abre una ventana de oportunidad para colocar al turismo en el centro de la agenda pública, con un enfoque de mediano y largo plazo.

El rol de la academia en la transformación del sector

La Universidad Franz Tamayo y otras instituciones educativas del país tienen un papel decisivo en este proceso. Rivera destaca que la academia puede y debe ser generadora de conocimiento, innovación y liderazgo. 

“Desde Unifranz promovemos una formación integral para que nuestros profesionales estén preparados para asumir retos globales y locales. No solo capacitamos, sino que participamos activamente en el diseño de soluciones junto al sector productivo”, explica.

Este enfoque permite desarrollar capacidades estratégicas en los futuros profesionales del turismo y, al mismo tiempo, fortalecer el vínculo entre teoría y práctica. A través de la investigación, los intercambios internacionales y la vinculación con el entorno, las universidades aportan valor a la cadena turística nacional.

El crecimiento del turismo en Bolivia no es una utopía, sino una posibilidad concreta que requiere compromiso colectivo y la participación activa de la academia, el sector privado y las autoridades para garantizar que ese avance sea sostenible.

Con recursos naturales y culturales de gran valor, un mercado con creciente interés por el ecoturismo y la experiencia cultural, y un sector profesional en expansión, Bolivia tiene todos los elementos para consolidarse como un destino turístico relevante en América Latina.

El momento es propicio. Las elecciones de 2025 ofrecen la oportunidad de colocar al turismo como prioridad nacional, con políticas inclusivas, innovadoras y orientadas al desarrollo. La articulación entre academia, Estado y sector privado no es solo deseable: es el camino para hacer del turismo una historia de éxito boliviana.

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