¿Problemas con la vista? avances para tratar el glaucoma ocular

Por Aldo Juan Peralta Lemus

Los progresos en el tratamiento del glaucoma representan una esperanza concreta para las personas afectadas.

El glaucoma ocular es una de las causas de ceguera irreversible en el mundo. En Bolivia, es la principal enfermedad que ocasiona la ceguera, y se estima que más de 76 millones de personas padecen esta enfermedad silenciosa, que se caracteriza por el daño progresivo del nervio óptico, generalmente asociado a un aumento de la presión intraocular (PIO). Sin embargo, los avances científicos y tecnológicos están abriendo nuevas posibilidades para el diagnóstico temprano y el tratamiento más efectivo de esta patología ocular.

Sirley Miranda, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que se trata de una afección común con daños irreversibles en los ojos de las personas. En las primeras etapas no presenta síntomas, después se pierde gradualmente el campo visual periférico, hasta llegar a la pérdida total de la visión.

“El tratamiento del glaucoma se basa en reducir la presión intraocular y prevenir el daño al nervio óptico, con medicamentos como colirios, pastillas y láser. En la actualidad, se tienen avances en el tratamiento con nuevos fármacos hipotensores oculares, terapias láser de última generación, cirugías mínimamente invasivas de glaucoma, y también hay avances en neuroprotección, aunque todavía está en fase de investigación”, explica la académica.

El tratamiento del glaucoma se centraba principalmente en el control de la presión intraocular mediante el uso de gotas oftálmicas, láser o cirugía. Estos tratamientos buscaban ralentizar la progresión de la enfermedad, aunque sin posibilidad de revertir el daño ya ocasionado al nervio óptico. En la última década, la investigación ha dado un giro alentador hacia enfoques más innovadores y personalizados.

Uno de los principales avances es la cirugía mínimamente invasiva para el glaucoma, conocida como MIGS (Minimally Invasive Glaucoma Surgery). Estas técnicas permiten reducir la presión intraocular con procedimientos menos agresivos, tiempos de recuperación más rápidos y menor riesgo de complicaciones.

“La cirugía mínimamente invasiva es, sin duda, uno de los campos más emocionantes en el tratamiento del glaucoma. Los procedimientos MIGS son cirugías que buscan reducir la presión intraocular con una mínima incisión, minimizando los riesgos y el tiempo de recuperación en comparación con las cirugías tradicionales como la trabeculectomía”, explica Miranda.

Las terapias láser de última generación continúan siendo una herramienta fundamental, pero se ha observado una mejora en la técnica y la posibilidad de aplicarlas en etapas más tempranas de la enfermedad, añade la académica.

Por lo general, las cirugías se reservan para los casos más graves o avanzados de la afección, cuando el daño afecta significativamente la calidad de vida del paciente. En este contexto, las intervenciones mínimamente invasivas representan una alternativa valiosa, ya que suelen realizarse de forma ambulatoria, con menos riesgos y tiempos de recuperación más cortos en comparación con los procedimientos quirúrgicos tradicionales.

Otro avance significativo, como manifiesta la académica, es el desarrollo de medicamentos neuroprotectores, que no solo reducen la presión intraocular, sino que también protegen directamente las células del nervio óptico. Al respecto, aún se investigan antioxidantes como la vitamina B3 (nicotinamida) y combinaciones de coenzima Q10 para proteger el nervio óptico. Los estudios preliminares han mostrado beneficios en la prevención del daño glaucomatoso.

“Se están buscando terapias que no solo reduzcan la presión intraocular, sino que también protejan directamente las células ganglionares de la retina y el nervio óptico del daño progresivo, independientemente de la presión. Esto podría ser revolucionario para pacientes con glaucoma de presión normal o aquellos que continúan perdiendo visión a pesar de un buen control de la presión”, destaca Miranda.

En cuanto a los fármacos hipotensores oculares, la académica sostiene que continuamente surgen nuevas moléculas, con mecanismos de acción diferentes o combinaciones de fármacos, que permiten una reducción más efectiva y sostenida de la presión intraocular. Como resultado, se brindan opciones más variadas para pacientes que no responden adecuadamente a los tratamientos convencionales o que presentan efectos secundarios indeseables.

Estos avances ofrecen opciones más diversas para pacientes que no responden bien a los tratamientos tradicionales. Aunque aún queda camino por recorrer, los progresos en el tratamiento del glaucoma representan una esperanza concreta para las personas afectadas. La combinación de terapias farmacológicas, intervenciones quirúrgicas de vanguardia, tecnologías digitales y biomedicina ofrece un enfoque integral y más efectivo para preservar la visión.

“En resumen, el futuro del tratamiento del glaucoma es prometedor. La combinación de terapias innovadoras nos acerca cada vez más a nuestro objetivo: preservar la visión y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta compleja y silenciosa enfermedad”, concluye Miranda.

En la actualidad, la ciencia y la tecnología están demostrando que, pese a la complejidad del glaucoma, es posible tratarlo de manera eficaz. La detección temprana es clave para evitar el daño irreversible que provoca esta enfermedad. Por ello, los especialistas insisten en la importancia de realizar controles oftalmológicos periódicos, especialmente después de los 40 años o en personas con antecedentes familiares de glaucoma, para evitar los inconvenientes de una posible ceguera.

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