Más allá de los mitos: la cirugía laparoscópica como opción segura y moderna

Por Lily Zurita Zelada

Imagen Unifranz

Durante años, muchas personas han sentido temor al escuchar la palabra “cirugía”. Imágenes de bisturís, grandes heridas y largas recuperaciones suelen invadir el pensamiento colectivo. Sin embargo, la medicina moderna ha dado pasos gigantescos para cambiar esta realidad. La cirugía laparoscópica —también conocida como cirugía de mínima invasión— ha revolucionado la forma de intervenir quirúrgicamente, desmintiendo varios mitos en el camino.

“La cirugía laparoscópica consiste en realizar pequeñas incisiones de entre 0.5 y 1 centímetro en el abdomen, a través de las cuales se introducen una cámara (laparoscopio) e instrumentos quirúrgicos delgados. Esto permite visualizar y operar con gran precisión sin necesidad de realizar cortes extensos”, explica Sinaí Claros Rocabado, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. 

El objetivo del procedimiento puede ser variado. Según Jorge Santander Chuquimia, cirujano laparoscopista y docente de Medicina, también en Unifranz, este procedimiento puede ayudar como elemento de diagnóstico o terapéutico dependiendo del cuadro que el paciente esté afrontando. 

“La cirugía laparoscópica puede realizarse en cuadros de emergencia (apendicitis aguda, colecistitis aguda, por ejemplo), y en cuadros de cirugía electiva (cirugías de hernia, colelitiasis, coloproctológica, oncológica entre otras”, indica. 

Esta técnica ha sido ampliamente utilizada desde la década de los 90. Sin ir más lejos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) promueven su uso para mejorar la atención quirúrgica y reducir complicaciones.

“La cirugía laparoscópica no solo es segura, sino que ha demostrado múltiples beneficios: menor dolor postoperatorio, recuperación más rápida, reducción del riesgo de infecciones y de complicaciones”, asegura Claros.

Mitos frecuentes, realidades reveladas

Uno de los mitos más extendidos es que la laparoscopía duele más que la cirugía convencional. Nada más alejado de la verdad. “Es todo lo contrario”, asegura Daniel Rojas, médico especializado en cirugía laparoscópica y bariátrica. 

“Al ser las incisiones mucho más pequeñas, la respuesta inflamatoria del cuerpo es menor y, por lo tanto, también lo es el dolor. Además, permite que el paciente retome su vida normal más pronto”, puntualiza.

Otro mito frecuente es que la cirugía laparoscópica sólo se puede realizar en casos simples o en pacientes jóvenes. Rojas aclara que, gracias a la evolución de la tecnología médica, hoy en día es posible realizar cirugías complejas del hígado, del estómago o intervenciones bariátricas con esta técnica. 

“Incluso operamos pacientes de la tercera edad, siempre evaluando individualmente los riesgos. No hay una restricción automática por edad”, subraya.

Un aliado de la recuperación rápida

La diferencia entre una cirugía convencional y una laparoscópica se evidencia también en el proceso de sanación. Mientras que la cirugía abierta requiere amplias incisiones, con mayor manipulación de tejidos y mayor tiempo de reposo, la laparoscopía reduce al mínimo estos impactos. 

“Además de ser menos dolorosa, disminuye las probabilidades de hernias o infecciones en las heridas, lo cual es crucial en la recuperación”, añade Rojas.

Claros coincide y afirma que “aunque hay casos excepcionales en los que la cirugía laparoscópica puede convertirse en abierta —por ejemplo, ante sangrados masivos o adherencias internas—, la norma es que los pacientes se beneficien de una recuperación rápida y con cicatrices mínimas, casi imperceptibles tras algunos meses”.

El poder de la tecnología en el quirófano

Una de las claves del éxito de esta técnica es la incorporación de nuevas tecnologías. “Los avances han sido fundamentales para ampliar las posibilidades de la laparoscopía. Por ejemplo, ahora se usan sistemas robóticos como el Da Vinci, que permiten mayor precisión en movimientos quirúrgicos complejos”, comenta Claros.

En la misma línea, Santander aclara que los procedimientos laparoscópicos gracias a los descubrimientos tecnológicos van en aumento. “Cada cierto tiempo se observan nuevos procedimientos y nuevas técnicas por videolaparoscopía para los distintos males que aquejan a la sociedad. Uno de los últimos en tendencia son las cirugías de manga gástrica y bypass gástrico”.

La calidad de imagen también ha dado un salto significativo. Gracias a tecnologías en 3D y 4K, los cirujanos pueden visualizar estructuras internas con muchísimo más detalle. A esto se suma el uso de realidad aumentada, que facilita la planificación quirúrgica previa al procedimiento. “Todo esto nos da más control, mejor manejo del sangrado y mayor seguridad para el paciente”, agrega Rojas.

Un cambio de paradigma en la medicina moderna

El auge de la cirugía laparoscópica ha generado una transformación profunda en los sistemas de salud a nivel global. Aunque en Bolivia no se cuenta con estadísticas actualizadas, su práctica ya es habitual en hospitales de tercer nivel y centros quirúrgicos especializados.

“La tendencia internacional es favorecer procedimientos mínimamente invasivos porque son más seguros, económicos en el largo plazo, y mejoran la experiencia del paciente”, apunta Claros. A esto se suma la posibilidad de reincorporación más temprana a la vida laboral o familiar, un aspecto vital tanto para pacientes como para sistemas de salud que buscan optimizar recursos.

En este contexto, también se destaca la importancia de una correcta información. “Es fundamental educar a la población. Todavía hay quienes creen que es un procedimiento riesgoso o ‘nuevo’, cuando en realidad tiene décadas de aplicación y excelentes resultados clínicos”, reflexiona Rojas.

A pesar de los grandes avances científicos, el miedo sigue siendo un componente emocional importante cuando una persona se enfrenta a la posibilidad de una cirugía. Pero como en muchas áreas de la salud, el conocimiento y la orientación adecuada pueden disipar temores infundados.

“La laparoscopía representa un cambio positivo, un avance de la ciencia al servicio de la calidad de vida. Es importante que las personas conozcan sus opciones, pregunten, se informen y no tomen decisiones desde el miedo, sino desde la información”, concluye Claros.

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Lily Zurita Zelada

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