Una herramienta más: la IA como aliada de la creatividad humana

Desde automatizar tareas repetitivas hasta ofrecer ideas iniciales de contenido, los aportes de la Inteligencia Artificial en el trabajo creativo son innegables. Sin embargo, esta revolución tecnológica no está exenta de desafíos: ¿Puede una máquina capturar el “insight” humano que emociona, conecta y vende? ¿Cómo afecta a los procesos creativos la posibilidad de generar textos e imágenes con un clic? En este nuevo escenario, la clave parece estar en encontrar un punto de equilibrio: utilizar la IA como una herramienta de apoyo sin desplazar el corazón humano del proceso creativo.

“Creo que es una buena herramienta, pero no se puede quedar en la herramienta simplemente, requiere de nuestro insight (conocimiento) y experiencia”, afirma el publicista español Pablo Jove.

El experto, que participó recientemente en el Grafest 2025, el festival de diseño gráfico organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, se dirigió a estudiantes y profesionales del área con una mirada crítica, pero optimista sobre el papel de la tecnología en la creatividad.

Para Jove, uno de los principales riesgos es que las nuevas generaciones se conformen con lo primero que les ofrece una inteligencia artificial, sin reflexionar ni expandir sobre lo que buscan crear. 

“Lo que sí que vemos con los jóvenes ahora es que se conforman con una primera idea, y eso está bien, está correcto, pero no vas a destacar por hacer una primera idea, es necesario reflexionar y construir sobre nuestro primer instinto”, señala.

En su opinión, muchas veces se salta el paso esencial de pensar, de explorar, de arriesgar. “La computadora te va a dar lo mismo que al de al lado”, advirtió, recordando que la verdadera creatividad surge de pensar diferente, incluso si eso implica inventar situaciones absurdas o exageradas, dejando volar la imaginación.

La IA, reconoció Jove, puede ser una aliada poderosa en la realización de tareas repetitivas o de bajo impacto como dar formato a un texto, realizar revisiones o generar ideas iniciales, pero es necesario tener conocimientos y ser creativo antes de pedir ayuda a la máquina.

“Ayuda un montón, me ahorra un montón de tiempo. No es que abuse de eso, pero sí que lo corrijo. Primero hay que tener las bases y saber escribir, y luego tirar a que te lo escriba una máquina”, sostiene. 

El creativo insiste en que para conectar con el público se necesita algo más que un texto correcto o una imagen bien compuesta. Se necesita emoción, timing, contexto, y sobre todo, un tono que solo los humanos pueden adaptar con intuición. 

“Hay que usar un código y un tono de comunicación que permiten cierto tipo de marcas y otras no. Eso no te lo da una inteligencia artificial, salvo que le des un prompt demasiado perfecto”, asegura.

Además de optimizar tiempos y resolver tareas operativas, Jove destaca una utilidad especialmente relevante para contextos como el boliviano: la generación de imágenes contextuales. 

“Uno de los problemas que hay en Bolivia es que no hay un banco de imágenes boliviano. Te salen suecos y chinos… Eso sí lo puedes generar con IA, pero tienes que ir educando a la máquina, alimentándola con imágenes reales”, explica, reconociendo que las herramientas deben entrenarse para representar realidades culturales locales y no repetir estereotipos globales.

Desde una perspectiva más amplia, la IA también democratiza el acceso a la escritura creativa. Las herramientas generativas pueden ayudar a personas sin formación técnica a dar forma a sus ideas, mejorar su comunicación o alcanzar audiencias más amplias mediante traducciones automáticas o subtítulos. Así, los contenidos locales pueden circular globalmente, fortaleciendo la diversidad cultural y facilitando el cruce de fronteras creativas.

No obstante, este avance también genera preocupaciones legítimas. La posible pérdida de autenticidad, los sesgos replicados en los algoritmos, la sustitución de empleos creativos y los dilemas sobre derechos de autor son parte del debate en curso. ¿Qué ocurre cuando un texto suena “robótico”? ¿Cómo mantener la credibilidad si el mensaje no refleja la voz real del emisor? “Esto no es creíble que lo hayas escrito tú”, ejemplifica Jove, recordando que el lector percibe cuando el contenido no tiene alma.

En este contexto, el pensamiento crítico cobra mayor importancia que nunca. “Nosotros no somos artistas al uso, somos gente que hace un trabajo con un fin: comunicar algo, un servicio, un producto, una oferta”, expresa el experto con claridad. Esa intención comunicativa es lo que diferencia al diseño gráfico profesional de una producción visual automatizada.

La inteligencia artificial no es una amenaza si se la entiende como lo que es: una herramienta. Una aliada que puede potenciar la creatividad humana, pero no reemplazarla. Una tecnología capaz de acelerar procesos, sí, pero incapaz —por sí sola— de generar una idea que realmente conecte con el corazón del público. La creatividad, como subraya Jove, no nace del algoritmo, sino de la experiencia, la observación y la sensibilidad humana.

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Manuel Joao Filomeno Nuñez

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