´Por Diego Andrés Sabat
Limbert C. fue apuñalado en su domicilio del barrio de San Jorge de La Paz en enero del año pasado. Los investigadores de la Policía hallaron el arma blanca con que cometieron el delito y extrajeron las huellas dactilares con las que identificaron a la responsable. Esta técnica de investigación científica será replicada este viernes en la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) La Paz donde se montará una “escena del crimen”.
“Vamos a hacer el revelado de huellas con cianoacrilato, que es un líquido incoloro con propiedades adhesivas, y sirve para encontrar huellas dactilares en cualquier superficie. Cuando llegamos al lugar del hecho no apreciamos ese tipo de evidencias a simple vista, pero con los procedimientos y químicos vamos a revelarlos y usarlos en un proceso de investigación y judicial”, declaró William Llanos Torrico, abogado forense y docente de Unifranz La Paz.
Las materias que corresponden a las ciencias forenses tienen un fuerte contenido teórico y desde el año pasado se introdujeron prácticas para los estudiantes. Cada último viernes de mes se realizan diferentes pruebas que abarcan distintas ramas de la criminalística. Por ejemplo, balística, química forense, hematología forense, fotografía, dibujo forense o dactiloscopía previsto para este viernes.
Se armará una escena del crimen, se marcarán huellas dactilares y los mismos estudiantes las borrarán como sucedería en la vida real en caso de que el delincuente quiera librarse de la condena. Luego se enseñará a los estudiantes cuál es el proceso de recuperación y revelado. “El fin es identificar a las personas porque las huellas dactilares son únicas. Cuando encontramos una podemos establecer que alguien estuvo ahí, aunque diga lo contrario”.
Hace un mes la prueba consistió en encontrar manchas de sangre que se producen en asesinatos, homicidios, lesiones o agresiones. Los culpables las borran, pero aun así pueden ser descubiertas. La práctica permitió manchar tres ambientes: uno fue limpiado con agua, el segundo con jabón y la tercera con lavandina.
Luego de explicar la parte teórica, los estudiantes aplicaron el reactivo llamado luminol para descubrir estos indicios y aunque pasen 10 años es posible recuperar ese tipo de evidencias. Participaron los estudiantes de séptimo y octavo de criminología y criminalística; también de segundo semestre de medicina legal y estuvo abierto a toda la comunidad universitaria.
La reunión de estas diferentes ramas permitió la creación del Club de Ciencias Forenses con el fin de llevar la teoría a la práctica. El principal obstáculo fue conseguir los reactivos que son escasos en el mercado pero gracias al trabajo colaborativo con una fundación; Unifranz accedió a ellos para ponerlos a disposición de los estudiantes y otros equipos son traídos desde Estados Unidos.
Magalý Mariaca Garrón, docente de Unifranz La Paz, explicó que el club permite un mejor aprendizaje de los jóvenes. “Se les enseña cómo ingresar, qué indicios deben buscar y que podrían ayudar a saber cómo sucedió el hecho. Cómo sacar las fotos, la colección y transportarlos de pruebas al laboratorio”.
También realizaron prácticas para determinar si una mancha parduzca era sangre o no; se les mostró la relación de tintas para determinar a quién pertenece la escritura como, por ejemplo, la nota de un secuestro. Los estudiantes también tienen la posibilidad de reconocer cuándo una mancha da positivo a la sangre, o un falso positivo.