En el dinámico e innovador mercado actual, las marcas se han convertido en activos estratégicos de incalculable valor. Más allá de ser simples nombres o logotipos, las marcas representan identidad, valor y experiencia que distinguen a un producto o servicio de todos los demás. Sin embargo, su importancia va más allá de la mera diferenciación.
Mauricio Macilla, docente de la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, indica que una marca es un signo distintivo que diferencia al producto o servicio de todos los otros servicios o productos que se ofrecen en el mercado, además de brindar a los potenciales clientes un grado de calidad, confiabilidad y reconocimiento respecto a lo que desean adquirir.
“El valor de una marca, es ese valor adicional que le brinda el hecho de ser un signo reconocido, posicionado en el mercado, con un valor comercial apreciable en dinero del cual puede hacer uso y disfrute su titular”, puntualiza.
Para el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi), estos signos distintivos, se constituyen en una herramienta importante para el comerciante apalancando el posicionamiento de sus productos o servicios, así como para publicitarlo dentro del mercado. “Su registro otorga al titular el derecho exclusivo de uso en el mercado e impide que terceros puedan utilizar sin su autorización”.
En la actualidad, existen diferentes tipos de marcas que van desde las denominativas, es decir conformadas solo por letras y números; las figurativas que implican sólo símbolos o elementos gráficos; las mixtas que son la mezcla de las dos anteriores; las tridimensionales que están conformadas por la forma que tienen que las hacen diferentes de las demás. Además, existen otro tipo de marcas no muy recurrentes, tales como las sonoras, en movimiento, de posición o color.
Valor de las marcas en la economía actual
Mancilla manifiesta que dos situaciones resaltan la importancia y el valor de las marcas en la economía actual. La primera es la percepción del valor intrínseco de una marca, que, aunque intangible, puede ser comercializado y tener un valor equiparable o incluso superior a los bienes físicos tangibles.
“Pese a ser un bien inmaterial no observable físicamente, la marca cuenta con valor comercial ya que puede ser objeto de transacciones comerciales, mercantiles, tal fuere una casa, vehículo o departamento. En algunos casos, una marca tiene mucho más valor económico que los propios bienes tangibles de una empresa, en razón de su posicionamiento en el mercado, de su reconocimiento por las características de calidad, eficiencia y otros. Ahí radica la importancia de una marca registrada”, puntualiza.
El posicionamiento de una marca en el mercado puede generar un valor significativo que trasciende los activos materiales de una empresa. La marca se convierte en un activo valioso que puede ser vendido o utilizado como garantía en transacciones comerciales.
En segundo lugar, la utilización de una marca como garantía no convencional para obtener préstamos bancarios es una práctica menos conocida, pero igualmente relevante.
Tradicionalmente, según Mancilla, los préstamos bancarios requieren garantías tangibles, como vehículos o bienes raíces. Sin embargo, tener una marca posicionada y reconocida puede abrir nuevas oportunidades financieras.
“La marca misma se convierte en una forma de garantía, lo que permite a los titulares de la marca acceder a capital sin tener que comprometer activos físicos”, dice.
Este concepto de garantía no convencional resalta el poder y la influencia que las marcas bien establecidas pueden tener en el ámbito económico. No se trata solo de nombres o símbolos, sino de activos estratégicos que pueden impulsar el crecimiento empresarial y facilitar el acceso a recursos financieros.
Las marcas son activos estratégicos
Las marcas representan mucho más que productos o servicios; son activos estratégicos de incalculable valor en el mundo empresarial.
Su capacidad para generar confianza, diferenciarse en el mercado y servir como garantía en transacciones financieras las convierte en pilares fundamentales de la economía moderna. Reconocer y aprovechar el potencial de las marcas es crucial para el éxito empresarial en el competitivo panorama actual.
El académico afirma que es importante que, a nivel nacional, se dé más relevancia a temas como la protección de las marcas y patentes, los derechos de autor y, en general, a la propiedad intelectual.
La única forma de proteger una marca es a través de su registro ante la autoridad competente de cada país. En el caso boliviano la única instancia que hace el registro de protección es el Senapi. El registro implica un reconocimiento que hace el Estado sobre la titularidad de la marca.
“Todo lo que hace uso el ser humano, desde que despierta, es propiedad intelectual (…). Ahí radica su importancia. No se debe dejar de lado que es parte del PIB en todos los países, por lo cual se puede determinar el desarrollo de cada país por medio de la misma”, finaliza el abogado Mauricio Mancilla.