Humanizar la terapia intensiva, un enfoque que permite a la familia estar cerca del paciente

Humanizar la terapia intensiva, un enfoque que permite a la familia estar cerca del paciente

Existen pocas experiencias más traumáticas que tener a un ser querido o un familiar luchando por su vida, sin poder hacer nada más que desear lo mejor y esperar, mientras se debate entre la vida y la muerte en una sala de terapia intensiva.

Sin embargo, un nuevo enfoque en la atención de los pacientes críticos permite una participación más cercana de la familia, la cual, de acuerdo a estudios, podría mejorar el pronóstico de los pacientes y permitir a los seres queridos realizar un seguimiento más cercano y despedirse de mejor manera en caso de un inminente deceso.

“Es un tema que se conoce como humanización en terapia intensiva, antes y en algunas unidades aún se maneja de esa manera, había una hora para visitar al paciente y solo se permitía que un solo familiar lo visite. Ahora, el enfoque es distinto y se permite una mayor interacción de los familiares, siempre sin llegar a interrumpir el trabajo de los profesionales que lo tienen a su cuidado”, explica Patricio Gutiérrez, especialista en medicina crítica y docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

De acuerdo con el especialista, dentro del enfoque tradicional, el familiar se encontraba con un paciente dormido, conectado a un montón de cables y tubos y no sabía absolutamente nada más sobre su ser querido, además el médico no le daba información sobre la condición del paciente o si se la daba era muy escueta y limitada, como decirles que su situación es incierta, que no sabía si iba a vivir o que vaya a rezar.

“Eso creaba angustia; cuando la persona salía a hablar con el resto de los familiares no sabían, a ciencia cierta, qué estaba pasando con el paciente, no podían relacionarse con él y el resultado de ello era que pasaban esos días angustiados, pensando todo el tiempo que el paciente iba a morir y, si éste llegaba a fallecer, tenían la impresión de que no se había hecho nada por él”, agrega el médico.

Gutiérrez apunta que esto generaba la percepción entre los familiares de lo que se conoce como “distanasia”, es decir, una muerte lenta, con sufrimiento y sin calidad de vida. Mientras que ahora el enfoque busca que la familia se pueda despedir con la sensación de que su ser querido fue tratado de la mejor manera y “partió en paz”, en caso de un desenlace fatal.

El especialista explica que humanizar los cuidados intensivos significa apostar por unos cuidados centrados en las personas, independientemente de que sean pacientes, familiares o profesionales; y personalizar la asistencia, escuchando lo que necesitan estos protagonistas que conviven diariamente en las unidades de terapia intensiva.

En el caso de los familiares, esto significa brindar un mayor acceso a la familia, tanto hacia el paciente como hacia los profesionales que lo cuidan, para establecer una relación de confianza que pueda ayudar a la sanación del ser querido.

“Eso ha hecho que nosotros cambiemos la forma de ver y de centrarnos en la familia en ese camino y en la humanización. La primera cosa que se hace es explicarle a la familia, darle un informe en un ambiente en el que no haya barreras físicas, sentarnos con ellos, para que cada uno de los miembros de la familia escuche qué es lo que está pasando y se absuelvan todas sus dudas. En segundo lugar, que cuando entren a visitar al paciente puedan relacionarse con él, puedan tocarlo, puedan hablarle, puedan transmitirle lo que sienten y tener la capacidad de relacionarse con sus seres queridos”, acota.

Otra manera en la que los familiares colaboran con el proceso de sanación es manteniendo al paciente conectado con el mundo, hablándole, haciendo que escuche la música que le gusta o la voz de sus familiares, también se pide a los seres queridos que traigan objetos del paciente como prendas de vestir u otros.

“Se pide a los familiares que traigan un objeto que a ellos les parezca que pueda servirle o unirlos, dependiendo de la religión que tengan. Por ejemplo a veces traen rosarios, una cruz o una estampita de un santo o también pueden recurrir a la medicina tradicional y llamar al ‘ajayu’ del paciente o traer una prenda como una chalina o una gorra que podamos ponérsela al paciente. Eso hace que tengan una mejor interrelación, también les pedimos que traigan música, las canciones que le gustaban y se le colocan unos audífonos al paciente para que pueda escuchar esa música. Dependiendo de las condiciones del paciente también se le puede leer algo o le pueden contar algunas situaciones que pueden estar sucediendo dentro de la familia, entonces se los deja estar mucho más tiempo”, puntualiza.

Humanizar la terapia intensiva, un enfoque que permite a la familia estar cerca del paciente.

Beneficios

Según el médico, existe evidencia científica y reportes sobre los beneficios de la humanización en la terapia intensiva, los cuales refieren que los pacientes en situación crítica recuerdan el apoyo de sus familiares, las cosas que ocurren y, en algunos casos, señalan que esta compañía contribuye a su sanación.

“Hay reportes escritos de que los pacientes logran recordar lo que les pasó en la unidad y pueden identificar las cosas que les ocurren durante el día. Entonces, en ese sentido lo que hemos hecho es retirar el ruido para que el paciente se sienta tranquilo, en segundo lugar, nos comunicamos con el paciente, a pesar de que pueda estar dormido, de todas maneras lo saludamos, lo tocamos y le explicamos lo que vamos a hacer, ya sea que nos entienda o no. En algunos casos recuperan la percepción de lo que sucede a su alrededor y pueden saber qué se les ha hecho y cuando entran las familias les pedimos que les hablen, que los toquen y eso les hace muy bien. Si el paciente tiene ganas de vivir, más allá de los números, la ciencia, los medicamentos, sería uno de los factores para que pueda salir adelante”, concluye.

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