Por Manuel Filomeno
“El mar es un anhelo. Sueño con mojar mis pies en una playa boliviana y subirme a un barco hacia el horizonte”, afirma Debbie Karol Justiniano Facio, una joven estudiante de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Como cada 23 de marzo, los bolivianos se unen para recordar el primer enfrentamiento entre tropas bolivianas y chilenas en la Guerra del Pacífico en 1879, que culminó con el enclaustramiento de Bolivia y la pérdida del Litoral con el que nació el país en 1825.
“¿Qué es el mar para los bolivianos? La respuesta, en todos los casos, no está en lo racional, ni en la semiótica –ciencia que estudia los signos y los sistemas de significación–, ni siquiera en la búsqueda del concepto o idea que lo que representa la palabra mar”, explica Javier Viscarra, diplomático y docente de la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Incluso en una sociedad tan heterogénea como la boliviana, dividida por intereses regionales, sociales, económicos y hasta futbolísticos, el mar es un elemento aglutinante que nos une, que forma parte de nuestra identidad nacional y nuestro sistema de creencias, indica el académico.
“Esto porque, simplemente, es algo que está dentro nuestro, es parte de nuestra piel desde que nacemos. Lo escuchamos apenas nacemos, cuando estamos en el kinder, salimos a desfilar el Día del Mar. Está en nuestros textos de historia, en la identificación de las emisoras, ‘el mar nos pertenece por derecho, recuperarlo es un deber’”, agrega.
De acuerdo con el ilustre pensador Roberto Prudencio Romecín, “el mar ha dejado de estar delante de nosotros para ahora estar dentro de nosotros”. Viscarra explica que esta descripción es sumamente clara y concisa, ya que el concepto que los bolivianos tienen del mar trasciende y es transversal a todo el quehacer nacional, “se transforma en la línea central de la política exterior de Bolivia y por ello es también un mandato constitucional”, expresa.
La del Pacífico no es la única guerra que despojó de una región a Bolivia, mucho más sangrienta fue la guerra del Chaco contra Paraguay, de 1932 a 1935, donde se perdió una gran extensión de territorio. Sin embargo, a nadie se le ocurre disputar al día de hoy la propiedad de ese territorio, como tampoco la de aquellos que a lo largo de los más de 200 años de historia de Bolivia fueron perdidos o vendidos a Brasil, a Perú o a la Argentina. Pero, la cuestión del litoral es muy diferente, y es que la reivindicación marítima está incluso escrita en la Constitución Política del Estado de 2009: “el Estado boliviano reclama su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al océano Pacífico y su espacio marítimo”.
“El mar es una promesa, la posibilidad de mayor crecimiento para Bolivia, de mejorar la conexión que tenemos con el mundo y de poner en alto a la producción nacional en los mercados internacionales”, dice, por su parte, Ángeles López, estudiante de la carrera de Publicidad y Marketing de Unifranz.
Un poco de historia
El 23 de marzo de 1879 las tropas chilenas y bolivianas se encontraron por primera vez en las cercanías de Calama, donde un grupo de 130 civiles, entre ellos, Eduardo Abaroa, organizado por Ladislao Cabrera montó una resistencia tenaz.
Días antes, el coronel chileno Emilio Sotomayor organizó en Caracoles una fuerza compuesta de 544 soldados y 30 civiles, que tenían la misión de ocupar Calama.
En esta circunstancia cayó muerto el héroe boliviano Eduardo Abaroa Hidalgo, quien, junto a doce rifleros, defendieron el Puente Topater. Después de descargar los 300 tiros de su revólver, ya herido y moribundo, la tropa chilena lo conminó a rendirse, pero él exclamó: ‘¡Qué se rinda su abuela, carajo!
Luego de varias horas de combate, las tropas chilenas pusieron fin a la resistencia boliviana. Su superioridad numérica fue determinante. La contienda dejó 20 bolivianos y 11 chilenos muertos.
¿Cuál es el camino a seguir?
“El mar es algo que nos une, sin importar nuestro origen, nuestro equipo favorito, nuestras preferencias, el mar es algo que todos los bolivianos deseamos y una reivindicación que no abandonaremos nunca”, expresa Yulemi Ledezma, de la carrera de Ingeniería Comercial de Unifranz.
Entre 2013 y 2018, Bolivia se embarcó en un proceso inédito en el derecho internacional, llevando a Chile a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, para demandar al vecino país la obligación de negociar una salida soberana al mar.
Sin embargo, luego de cinco años de deliberaciones, réplicas y dúplicas, los jueces negaron la demanda a Bolivia, aunque no sin algunas victorias.
Viscarra señala que la Corte, si bien dictaminó que Chile no tiene la obligación de negociar con Bolivia, sí reconoció que el país nació con mar, lo que abre algunas vías de negociación.
¿Qué puede hacer el país hacia adelante? “Primero, dejar de lamentarnos anualmente cada 23 de marzo. Debemos cambiar hasta la forma de recordar aquel aciago 23 de marzo de 1879 cuando tropas chilenas invadieron el puerto boliviano de Antofagasta. Estas expresiones ya no coinciden con los tiempos modernos, con este nuevo siglo avasallado por la tecnología y las soluciones más bien pragmáticas”, señala el, también, diplomático boliviano.
De acuerdo con Viscarra, el país no puede seguir transitando su historia sin defender sus intereses y sin promover sus potencialidades. “Es imperativo retornar y retomar el alto interés nacional y recuperar la institucionalidad diplomática. Sólo si somos fuertes, capaces y, sobre todo, unidos podremos enfrentar este desafío que, en un principio, es parte de la piel de los bolivianos”, finaliza.