Entrar en pánico al momento de darse cuenta que no sacamos el teléfono celular de casa o sentir vibraciones ‘ficticias’ en el cuerpo, porque creemos que nos llaman, son algunos síntomas que se manifiestan por las denominadas enfermedades tecnológicas; que, con una ayuda guiada, pueden tratarse en terapias.
Mariela ya no quiere ver el WhatsApp en su teléfono celular por la noche porque considera que no es el horario adecuado para que su jefe le cargue de tareas adicionales. Ella trabaja en una importadora y cada que suena su dispositivo, se enfada y responde enérgica, se estresa. Esta rutina la arrastró por casi seis meses y en dos oportunidades tuvo que ir a consulta médica por una afección de gastritis. Los fines de semana prefiere estar encerrada en su habitación, con alguna serie en Netflix.
Muchas de las patologías generadas por la tecnología y redes sociales tienen que ver con la ansiedad y estrés. Estos estados emocionales reflejan ciertos rasgos psicosociales, como la timidez, disminución de autoestima, falencia en la interacción social, interés por otras actividades.
Otros indicios de posibles afecciones por la tecnología es el uso del dispositivo cuando se duerme, que provoca la ausencia de un descanso reparador. “Existen distintos estados de ansiedad, generados por el tema de redes sociales, que es lo que más la sociedad civil va utilizando, esto va incrementando porque de manera simultánea tenemos que atender varias cosas y no solo redes sociales, sino con todo dispositivo; por ejemplo, cuando abrimos una computadora”, afirma Eliana Exalto, directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo.
El ser humano se involucra cada vez más con el uso de la tecnología en sus actividades cotidianas. El internet y la información ocupan distracción y tiempo en los dispositivos móviles. La televisión web también es un servicio demandado y su ausencia, muchas veces es entendido como desactualización.
A la vanguardia de la tecnología están los nacidos en la denominada generación Y (1981-1996) y Z (1997-2012). Los contemporáneos de las generaciones X (1965-1980) y Baby Boomer (1946-1964) están en proceso de aprendizaje, pero no son tan dependientes.
Los ataques de pánico y ansiedad son comunes en las personas que son dependientes de las redes sociales o dispositivos. Una persona con esta patología expresa dificultad al respirar, dolor en el pecho. Y, otra forma de síntoma es el aislamiento.
“Hay cambio de humor, te vuelves irritable, tienes pensamientos negativos, suicidas, depende mucho de qué te está afectando con relación al uso tecnológico que se hace”, sostiene la académica de Unifranz.
¿Qué patologías hay?
Exalto explica sobre la Nomofobia, que es el miedo a no tener un móvil, que se quede en casa o esté sin batería. Existen diferentes episodios controlados en los que el usuario tiene apenas una ligera sensación de incomodidad, hasta aquellos que sufren una verdadera angustia.
Otra patología es el síndrome de la ‘llamada fantasma’, “sientes que hay vibraciones en el bolsillo, como si tu celular está vibrando, está mandando mensajes; hay esas notificaciones para ver tu celular”, afirma la docente.
“La depresión por Facebook, muchos jóvenes han ido mostrando que visualizan el tema de su autoestima, al darle like. Un mal comentario baja su autoestima”, agrega Exalto y sostiene que hay otra gama de enfermedades.
La tensión ocular y síndrome visual informático es otra patología y suelen sufrir las personas que pasan muchas horas frente a una pantalla de smartphone, tableta o PC.
También se sufren problemas musculares, como la tendinitis, ocasionada por el uso abusivo del mando de la consola, del ratón del ordenador o el manejo del móvil, por la whatsappitis; que ocasionan malas posturas y los dedos y muñecas son los más afectados.
El ‘codo de selfie’ es causado por la antinatural postura que empleamos para sacarnos fotos y que, si se ejerce de manera seguida, se provoca una epicondilitis al presionar músculos y tendones del codo, lo que genera dolor y debilidad en la zona.
La pérdida de la audición es otro riesgo, debido al alto volumen que se escucha con audífonos. Las horas dedicadas frente a la PC también pueden ocasionar problemas de sobrepeso y obesidad.
El síndrome de Fomo o adicción a redes sociales también es usual y consiste en el miedo a quedarse fuera y ser incapaz de evolucionar al ritmo de la tecnología, no tener el último móvil del mercado, haberse perdido un video viral en YouTube o desconocer las tendencias de las comunidades virtuales.
El phubbing es el uso abusivo del teléfono, en presencia de otras personas. Y, la cibercondria, que se trata de un trastorno relacionado con las personas que creen sufrir una o varias enfermedades de las que se han enterado o se informan por internet.
¿Cómo tratar estas patologías?
Exalto sugiere adoptar buenas prácticas con el uso de la tecnología, que parten de la educación en familia y social. “A veces, yo me reúno con mi familia a comer, pero todo el tiempo estoy pendiente de subir una foto, de postear, de hacer mi hashtag, este tipo de cosas, se quiera o no lo está volviendo dependiente a este uso de tecnología”, afirma la profesional en Psicología.
Explica que hay videos grabados sobre el ejercicio de relajación, donde se ocupa la mente para contrarrestar el estrés, siempre guiado con un profesional.
Exalto considera que los profesionales psicólogos deben estar a la par de la tecnología, como abrir canales en plataformas para marcas personales, que se visualicen sus nombres; digitalizar sus pruebas, y otros servicios.