Por Manuel Filomeno
Al viajar a otros países o al recibir visitantes del extranjero una barrera se impone sobre las otras, el idioma. Dependiendo de la popularidad del destino y del flujo de turistas que reciba, es posible que éste cuente con alguna persona que sirva de intérprete entre nuestra lengua y la del lugar, sin embargo, muchas veces es necesario recurrir a una lengua franca como el inglés o a las señas y el lenguaje corporal para hacernos entender.
Esto es especialmente desafiante cuando hablamos de destinos relativamente recientes, como iniciativas de turismo comunitario o emergentes, los cuales pueden no contar con guías traductores o señalética en varios idiomas.
Gracias a la inteligencia artificial (IA) estas limitaciones se están convirtiendo, poco a poco, en cosa del pasado, ya que, gracias a su gran poder de procesamiento, la traducción simultánea y “offline” (desconectada del internet) es posible, lo que nos plantea la pregunta ¿eliminará la IA los empleos de los guías locales de traducción?
“La traducción simultánea es posible gracias a la IA, aplicaciones especializadas y aparatos permiten a los turistas poder comunicarse y entender lo dicho o lo que está escrito en otros idiomas, lo que plantea posibilidades interesantes en el campo del turismo”, explica Orlando Poma, coordinador del Centro de Investigación, Innovación y Transformación Digital en Turismo (CIINTUR) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Esta posibilidad fue estudiada en la reciente investigación “El impacto de la Inteligencia Artificial en el turismo de aventura de Coroico – Bolivia”, el cual plantea los desafíos y potencialidades de la implementación de la IA en el sector.
“Herramientas como Google Translator, DeepL, Chat GPT, o la recientemente lanzada SeamlessM4T de Meta son consideradas las tecnologías más potentes en el mercado para traducir textos o audios en tiempo real. Sin embargo, aún distan de realizar traducciones perfectas, ya sea por comprensiones gramaticales, el nivel de alfabetización o la comprensión del contexto”, señala Poma, quien también es docente investigador de la carrera de Administración en Hotelería y Turismo de Unifranz.
Según la investigación, si bien las traducciones realizadas por IA requieren de la supervisión de profesionales en el tema, especialmente para asuntos legales o administrativos en los negocios, para temas de comunicación básica como los que se realizan en un viaje turístico, ya sea para leer el menú en un restaurante o leer la explicación de una obra de arte en un museo, estas tecnologías ya satisfacen las funciones básicas de comprensión, entendiendo que es un servicio de entretenimiento.
¿Cómo funcionan esas tecnologías?
La traducción simultánea puede realizarse a través de pequeños gadgets con micrófonos que nos van traduciendo al instante hasta auriculares que directamente nos traducen lo que dice la otra persona
La opción más directa para traducir en tiempo real son los auriculares. Uno de los primeros modelos que lo permitió fueron los Pixel Buds de Google. Gracias al entrenamiento de su traductor y la inteligencia artificial, pueden traducir en 40 idiomas instantáneamente.
Gracias a los micrófonos que tienen incorporados y a la conexión a internet a través del móvil, estos auriculares pueden traducir todo lo que nos diga una persona que tengamos al lado, al idioma que hayamos elegido.
Otra alternativa son los dispositivos especializados en traducción. Gadgets con un tamaño similar al de móviles compactos, pero con un software creado para la ocasión.
Con estos dispositivos únicamente hay que descargarse previamente el idioma para traducir aunque no tengamos conexión. En función del modelo vienen unos idiomas u otros y sobre todo cambia la precisión y velocidad de la conversación traducida.
Asimismo, también pueden utilizarse aplicaciones y celulares para realizar la traducción.
Tanto desde Android como en iOS, Google Assistant o Siri puede hacer las veces de traductor e intérprete. Lo primero es elegir los idiomas y pedirle que nos traduzca el idioma de la otra persona. Una vez configurado, podemos tener un modo automático donde la conversación irá apareciendo en la pantalla del móvil, traducida.
En todos los casos, la inteligencia artificial ha provocado que cada vez haya más idiomas compatibles, las traducciones sean más rápidas y la precisión sea mucho mejor. Google no es la única empresa que invierte en este sector, pues existen alternativas igual de capaces como DeepDL o Whisper.
“Estas herramientas han evolucionado a tal punto que no es necesario introducir un texto en el aplicativo móvil. Se puede colocar en modo micrófono para indicar al mesero de un restaurante japonés, por ejemplo, que soy celíaco y necesito ver el menú de alimentos sin gluten, y en altavoz la aplicación traducirá al idioma materno del mesero. Este es un simple ejemplo de las posibilidades que pueden tener estas IA para realizar un viaje con cierta comodidad y sin el problema de la comunicación con los locales”, agrega Poma, citando el estudio del CIINTUR.
Por otro lado, están los sistemas OCR (Identificación de texto a través de imágenes), que datan de los años 40, pero con el boom de la inteligencia artificial, estos sistemas se pusieron al alcance de todo el público, y la más conocida es Google Lens, que, utilizando una cámara frontal, permite capturar imágenes y extraer el texto de las mismas. Ahora que tiene una interfaz con G-Translator, visibiliza el texto extraído en el idioma preferido.
No hay vuelta atrás en el uso de estas tecnologías, que facilitan la interacción entre el visitante extranjero y el habitante local. Sin embargo, existe el riesgo de la pérdida del contacto humano y la comprensión de la cultura a través de la conversación.
“Una de las motivaciones de un visitante extranjero es la comprensión de otras culturas, donde una de sus expresiones es a través del lenguaje, los modismos o los gestos a la hora de entablar una conversación. Por supuesto, es un aspecto que queda en debate sobre las posibles implicaciones negativas que conlleva la IA en el turismo”, concluye el investigador.