Por Lily Zurita
Reconocer los signos de un comportamiento violento en una relación de pareja es esencial para prevenir el maltrato. Las relaciones basadas en el respeto mutuo no deben incluir control ni dominación de una persona sobre la otra. Por ello, es fundamental aprender a identificar comportamientos que buscan ejercer poder, ya que estos pueden ser el inicio de un ciclo de violencia que se intensificará con el tiempo.
Un ejemplo de la lucha contra la violencia doméstica es la película «Enough» (o «Nunca Más»), protagonizada por Jennifer López, que retrata la lucha de una mujer por escapar de una situación de abuso. Esta es una realidad que afecta a millones de mujeres en todo el mundo, sin importar su género, raza o estatus social.
María Kyoko De Uzin Kawabe, experta en psicología jurídica y forense y docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, señala cuatro señales de alerta que indican que una relación puede estar en riesgo: control excesivo, críticas constantes, celos desmedidos e imposición de restricciones.
“Reconocer estos signos a tiempo permite a las personas buscar ayuda y salir de situaciones potencialmente peligrosas antes de que sea demasiado tarde”, afirma.
A menudo, las mujeres, sin darse cuenta, aceptan comportamientos que perpetúan un ciclo de violencia. “Los celos, los reclamos constantes y el deseo de controlar a la otra persona no son muestras de amor; son señales de alerta que no deben ignorarse. Entender y reconocer estos signos es fundamental para prevenir situaciones de abuso y promover relaciones saludables y respetuosas”, explica De Uzin.
Datos de la Fiscalía General del Estado (FGE) indican que entre el 1 de enero y el 25 de agosto, se registraron 30.699 casos de violencia, 57 feminicidios y 22 infanticidios en Bolivia. La violencia familiar, el abuso sexual, la violación y el estupro son los delitos más denunciados. En tanto, Santa Cruz, La Paz y Cochabamba son los departamentos con los mayores índices de violencia.
Tipos de violencia en la pareja
La violencia en una relación, ya sea entre enamorados, novios o esposos, no siempre es evidente y puede manifestarse de diferentes formas:
- Violencia física
Incluye cualquier acto que cause daño físico, como golpear, pellizcar o empujar. Aunque es la forma más visible de violencia, no es la más común.
- Violencia sexual
Cualquier acto sexual no consentido, como la coerción para tener relaciones sexuales o tocamientos no deseados, constituye violencia sexual. Este tipo de abuso a menudo se oculta bajo la falsa creencia de que el consentimiento es implícito en una relación.
- Violencia verbal
Se manifiesta a través del uso de palabras para amenazar, culpar, insultar o minimizar a la pareja. Este tipo de violencia puede tener un impacto profundo en la salud emocional y psicológica de la víctima.
- Violencia psicológica
Esta forma de violencia es la más difícil de identificar y la más devastadora. Incluye conductas como la manipulación emocional, el control de amistades y familiares, y la constante descalificación de la pareja. “Se refiere a acciones que generan miedo, intimidación, aislamiento, culpa excesiva o humillación de manera sistemática”, añade De Uzin.
Reconocer señales de alarma
Identificar los signos de violencia en una relación es crucial para prevenir el maltrato. Las relaciones basadas en el respeto mutuo no deben incluir el control ni la dominación.
“Estar atentos a los comportamientos que buscan ejercer poder puede evitar el inicio de un ciclo de violencia que se intensificará con el tiempo. Reconocer estos signos a tiempo permite a las personas buscar ayuda y salir de situaciones peligrosas antes de que sea demasiado tarde”, puntualiza.
Sin embargo, contrario a los que plantean activistas de los derechos de las mujeres, el endurecimiento de las penas no es suficiente para resolver los casos de violencia.
De Uzin considera que se deben priorizar políticas educativas a largo plazo para combatir este problema. “El agravamiento de las penas podría generar hacinamiento y vulneración de los derechos humanos. Es necesario abordar la problemática con políticas públicas que privilegien la prevención, la rehabilitación, la reeducación y la reinserción social”, sugiere.
Felix Augusto Marín Soria, exfiscal y exjuez en materia penal, además de docente en Unifranz, comenta que la persistencia de casos de feminicidio refleja una equivocada orientación de la política criminal en Bolivia, enfatizando la necesidad de un diseño de protección preventivo más eficaz
“La Ley 348 (Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia) ofrece un sistema de protección y medidas que buscan revalorizar a las víctimas de violencia. Sin embargo, la deficiencia en su aplicación afecta el principio de igualdad procesal”, manifiesta.
Un llamado a la prevención y la educación
Prevenir la violencia en las relaciones de pareja requiere educación y concienciación. Es vital entender que cualquier forma de maltrato, ya sea física, sexual, verbal o psicológica, es inaceptable y debe ser denunciada. Las víctimas deben saber que no están solas y que hay recursos disponibles para ayudarlas a salir de relaciones abusivas.
Promover relaciones basadas en la igualdad, el respeto y la comunicación abierta es fundamental para construir una sociedad más justa y segura. Identificar las señales de violencia es el primer paso para erradicar este grave problema social.
La violencia en las relaciones de pareja no es un asunto privado; es un problema de derechos humanos que afecta a toda la sociedad. Por eso, es esencial estar alerta, educarse y actuar para romper el ciclo de la violencia antes de que sea demasiado tarde.