Salud en riesgo: cómo protegerse del humo de los incendios forestales en Bolivia

La contaminación atmosférica causada por los incendios forestales se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud pública en Bolivia. El humo, cargado de partículas tóxicas y gases peligrosos, no solo afecta a quienes están cerca de las llamas, sino también a las poblaciones urbanas situadas a kilómetros de distancia. En el país, que atraviesa una de las temporadas secas más críticas de los últimos años, la emergencia por incendios ya ha encendido alertas en más de 60 municipios, la mayoría en Santa Cruz y Beni.
“Las consecuencias del humo en la salud son graves e inmediatas, pero también pueden aparecer semanas o incluso años después de la exposición. Por eso, la prevención es clave para evitar daños respiratorios, cardiovasculares y otros efectos que la población muchas veces desconoce”, advierte Griselda Vargas, médica epidemióloga y directora de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
La evidencia científica demuestra que el humo de los incendios contiene partículas microscópicas (PM2.5) capaces de penetrar profundamente en los pulmones y llegar al torrente sanguíneo. A corto plazo, la exposición provoca irritación ocular, tos, dolor de garganta y dificultad para respirar, síntomas que pueden agravarse en personas con enfermedades crónicas. A mediano y largo plazo, el riesgo se multiplica: infartos, arritmias, accidentes cerebrovasculares y hasta ciertos tipos de cáncer están asociados a la inhalación prolongada de contaminantes. Investigaciones recientes señalan que incluso una década después de haber vivido cerca de un gran incendio, la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón puede ser casi 5 % mayor que en poblaciones no expuestas.
Los grupos más vulnerables son los niños, adultos mayores, embarazadas y personas con asma o enfermedades pulmonares crónicas, quienes pueden sufrir complicaciones graves incluso con exposiciones breves. En menores de edad, por ejemplo, el humo incrementa el riesgo de desarrollar asma bronquial o agravar cuadros respiratorios existentes. En embarazadas, puede provocar partos prematuros o bajo peso al nacer.
“Los niños y los adultos mayores tienen sistemas inmunológicos más débiles y, en consecuencia, una mayor probabilidad de sufrir complicaciones. En estos casos, incluso una exposición corta puede desencadenar problemas respiratorios graves”, subraya Vargas.
Consejos para prevenir daños por el humo
Ante esta situación, Vargas recomienda tomar medidas inmediatas para proteger la salud durante la temporada de incendios:
- Evitar actividades al aire libre, especialmente cuando el humo es denso, y reducir al mínimo el ejercicio físico intenso en exteriores.
- Usar mascarillas certificadas como las N95 o P100, que filtran partículas finas. “Los barbijos de tela o quirúrgicos no son efectivos frente a las micropartículas del humo”, advierte.
- Sellar los espacios interiores, manteniendo puertas y ventanas cerradas, y utilizar purificadores de aire o, en su defecto, colocar toallas húmedas en rendijas para evitar el ingreso del humo.
- Mantenerse hidratado y realizar lavados nasales con suero fisiológico para limpiar las vías respiratorias. Los humidificadores también ayudan a reducir la irritación.
- Extremar cuidados en personas vulnerables: niños, ancianos, embarazadas y pacientes con enfermedades respiratorias deben seguir estrictamente las recomendaciones médicas.
- Monitorear la calidad del aire mediante aplicaciones y reportes oficiales para decidir los mejores momentos para ventilar los hogares.
- Buscar atención médica inmediata en casos de dificultad respiratoria, dolor en el pecho o tos persistente.
“Debemos entender que las medidas de prevención no son opcionales, son necesarias. El humo tiene efectos acumulativos en nuestro organismo, y minimizar la exposición es la única forma real de reducir el riesgo”, enfatiza la especialista.
La situación actual de los incendios en Bolivia
Bolivia atraviesa su temporada seca con más de 63 municipios bajo algún nivel de alerta por riesgo de incendios forestales. Según el Ministerio de Defensa, 17 de ellos están en alerta roja, principalmente en Santa Cruz y Beni, donde la propagación de las llamas amenaza tanto a ecosistemas como a comunidades locales.
A la fecha, se han registrado más de 60 incendios forestales en lo que va del año, algunos de ellos en áreas protegidas de alto valor ecológico como el Parque Nacional Noel Kempff Mercado y el Parque Tunari. Aunque la mayoría fue sofocada, al menos dos continúan bajo control operativo, con más de un millar de efectivos militares desplegados en tareas de sofocación y monitoreo. El Gobierno declaró emergencia nacional, reconociendo la magnitud de la crisis y la necesidad de reforzar las medidas de prevención y respuesta.