Raffaella Petrini, la mujer que desafía siglos de tradición en el Vaticano
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El nombramiento de Raffaella Petrini como presidenta de la Gobernación del Vaticano marca un hito histórico en la Iglesia católica, reflejando un compromiso renovado hacia la equidad de género en sus más altas esferas. Esta designación no solo rompe con siglos de tradición masculina en puestos de liderazgo eclesiástico, sino que también abre la puerta para que más mujeres asuman roles de decisión dentro de la Santa Sede.
Nacida en Roma, Italia, el 15 de enero de 1969, Petrini es miembro de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Eucaristía.
Su formación académica es igualmente impresionante. Licenciada en Ciencias Políticas por la Libera Università Internazionale degli Studi Sociali (LUISS) en Roma, posee un doctorado en Ciencias Sociales por la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, donde también se desempeña como profesora de Economía del Bienestar y Sociología de los Procesos Económicos. Además, obtuvo una maestría en Comportamiento Organizacional por la Universidad de Hartford en Estados Unidos.
Desde 2005, ha trabajado en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, y en noviembre de 2021, fue nombrada secretaria general de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar este cargo. Su reciente ascenso a presidenta de la Gobernación, efectivo desde este sábado 1, la posiciona como una de las figuras femeninas de más alto rango en la historia del Vaticano.
Este avance significativo ha sido recibido con entusiasmo por líderes femeninas en diversos sectores.
Para Verónica Ágreda, rectora nacional de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y CEO del Instituto Mujer y Empresa (IME), «el hecho de que actualmente tengamos una mujer que haya llegado al Vaticano y que vaya a ocupar un puesto estratégico y de tanto peso, dentro del poder que ha existido en el clérigo, es un aliciente para todas las mujeres que luchamos por esta transformación y por generar espacios mucho más equitativos y diversos».
El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), en su Informe Global sobre la Brecha de Género de 2023, estimó que podrían transcurrir hasta 131 años para cerrar las disparidades entre hombres y mujeres.
En este contexto, la presencia de mujeres en posiciones de liderazgo es crucial para acelerar el acceso equitativo a oportunidades y recursos.
Xiomara Zambrana, directora nacional del IME, calificó el nombramiento de Petrini como un «hito» en una institución «históricamente masculina».
«Su perfil académico y su experiencia en la gestión eclesiástica, combinados con su interés en la ética de la inteligencia artificial y la salud, refuerzan la importancia de contar con más mujeres en roles de liderazgo en sectores clave», destaca la experta y enfatiza que la presencia de Petrini «no sólo visibiliza la capacidad femenina en espacios de toma de decisiones, sino que también impulsa un cambio cultural hacia la equidad y la inclusión».
Silvia Quevedo, segunda presidenta de la Red Internacional de Mujeres Líderes (RIMEL) y expresidenta de la Cámara de Mujeres Empresarias de Bolivia, elogia la trayectoria académica y el compromiso religioso de Petrini.
Según la líder empresarial, Petrini tiene una preparación académica brillante y “su compromiso con la religión católica la hacen merecedora de esta asignación, y espero que con su trabajo siembre equidad, unidad y sobre todo que transmita fe en este mundo cada vez más polarizado».
La voz de Petrini ha resonado en múltiples foros académicos y religiosos. En 2024, la Universidad de Seton Hall en Estados Unidos le otorgó el doctorado Honoris Causa en Humanidades. Durante su discurso de aceptación, instó a los estudiantes a convertirse en líderes que «no solo estén atentos a las herramientas, las técnicas y los resultados, sino líderes capaces de escuchar, acompañar y guiar: líderes que cuiden de las personas y las cosas que se les confían, que estén constantemente impulsados por el deseo de trabajar por el bien de todos».
Además de su labor en el Vaticano, Petrini ha mostrado un interés activo en la intersección entre fe y ciencia. Como miembro del Consejo de Administración de la Fundación del Observatorio Vaticano, visitó el Telescopio Vaticano de Tecnología Avanzada (VATT) en Arizona, donde destacó que el Vaticano «no solo contribuye al desarrollo científico en el campo de la astronomía, sino que, sobre todo, promueve un diálogo fructífero y continuo entre la fe y la ciencia».
En el ámbito de la inteligencia artificial (IA), Petrini participó en el Global Standard Symposium en Nueva Delhi, donde enfatizó que ésta debe ser «una herramienta al servicio del ser humano» y que su uso debe ser «éticamente responsable». Resaltó la necesidad de un diálogo interdisciplinario orientado a un desarrollo ético de los algoritmos, alineándose con las palabras del papa Francisco sobre la «algorética», donde los valores humanos guían el progreso tecnológico.
El nombramiento de Raffaella Petrini como presidenta de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano no solo representa un avance significativo en la inclusión de la mujer en los más altos cargos eclesiásticos, sino que también simboliza un paso firme hacia la equidad de género en instituciones históricamente dominadas por hombres.
Su trayectoria académica, su compromiso con la ética en la ciencia y la tecnología, y su dedicación al servicio religioso la posicionan como un referente inspirador para mujeres en todo el mundo, evidenciando que el liderazgo femenino es esencial para construir una sociedad más justa e inclusiva.