Pruebas estandarizadas, esenciales para evaluar y mejorar la educación

Pruebas estandarizadas, esenciales para evaluar y mejorar la educación

La relevancia de las pruebas estandarizadas, como la prueba PISA, en la evaluación del nivel educativo de los estudiantes ha cobrado especial importancia en el contexto de transformación post pandemica.

Aunque se reconoce que estas pruebas no están exentas de cierto nivel de sesgo, ya sea por razones políticas, ideológicas o económicas, su utilidad para diagnosticar el nivel educativo en áreas específicas es incuestionable.

Ariel Quispe, responsable de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que, por ejemplo, el estudio PISA se ha destacado por proporcionar información crucial sobre las habilidades esenciales que los jóvenes han adquirido y que les serán fundamentales para su integración en la sociedad.

La prueba PISA –según Quispe– se centra en áreas fundamentales como matemáticas, lectura, ciencias y temas relacionados con la metodología STEM.

“Al conocer el desempeño de los estudiantes en estas áreas específicas, se obtiene una radiografía precisa de los aspectos que requieren atención urgente para elevar la calidad de la educación brindada”, explica.

Singapur, el mejor a nivel mundial

A principios de diciembre, se conocieron los resultados de la prueba PISA 2022, que mide los resultados de los escolares de países de todo el mundo, donde Singapur ocupa el primer puesto a nivel mundial en rendimiento en matemáticas, lectura y ciencias, entre los colegiales de 15 años. 

En tanto, de la región latinoamericana, Chile volvió a figurar como el país mejor evaluado, al ubicarse en el puesto 37 entre los 81 examinados. Uruguay ocupa el lugar 53 del ranking, México se encuentra en el puesto 57, Perú en el 59, Costa Rica en el 63, Colombia en el 64, Brasil en el 65, Argentina en el 66 y Paraguay en el puesto 80. Bolivia no es parte de esta medición mundial.

“A pesar de su indiscutible utilidad, es llamativo que Bolivia no participe en esta evaluación. Este hecho plantea un debate relevante, ya que la ausencia de una medición de calidad dificulta la identificación de áreas de mejora en el sistema educativo boliviano”, puntualiza el académico.

PISA es un examen estandarizado a nivel internacional que se encarga de evaluar los sistemas de educación, con el objetivo de mejorar la calidad educativa. A partir de los resultados obtenidos, ofrece información relevante y funcional para el desarrollo o mejora de políticas que permitan el avance en los sistemas educativos de los países participantes.

El nombre PISA es la sigla de Programme for International Student Assessment, es decir, Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos. Se trata de un proyecto de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), cuyo objetivo es evaluar la formación de los alumnos cuando llegan al final de la etapa de enseñanza obligatoria, hacia los 15 años.

La evaluación cubre las áreas de lectura, matemáticas y competencia científica. El énfasis de la evaluación está puesto en el dominio de los procesos, el entendimiento de los conceptos y la habilidad de actuar o funcionar en varias situaciones dentro de cada dominio.

Las pruebas estandarizadas son herramientas valiosas para diagnosticar y mejorar el nivel educativo. Su implementación, combinada con un enfoque equilibrado en el desarrollo de competencias específicas y blandas, asegurará una educación de calidad que prepare a los estudiantes para enfrentar los retos del futuro.

Unifranz
Las pruebas estandarizadas son herramientas valiosas para diagnosticar y mejorar el nivel educativo

Es crucial el desarrollo simultáneo de ambas competencias

Quispe explica que el desarrollo de los dos tipos de competencias es crucial para que los estudiantes se desenvuelvan exitosamente en el mercado laboral: competencias específicas (o duras) y competencias blandas (soft skills).

Las primeras, relacionadas con conocimientos y habilidades exclusivas de su área de formación, deben ser sólidas tanto en teoría como en práctica.

“Estas corresponden a su área de formación y tienen que ver con los conocimientos, habilidades y destrezas que ningún otro profesional tiene, por ejemplo, un médico tiene la competencia de realizar una intervención quirúrgica, un ingeniero de sistemas de crear bases de datos o programar en determinados códigos”, agrega el académico.

Por otro lado, las competencias blandas, que incluyen creatividad, comunicación asertiva, liderazgo, trabajo en equipo y empatía, son esenciales para una convivencia armoniosa en la sociedad y un entorno laboral.

Clases virtuales vs clases presenciales

Tanto las clases virtuales como las presenciales aportan al proceso de enseñanza aprendizaje. No se podría superponer una por encima de la otra debido a que ambas son necesarias.

Mientras que las clases virtuales ofrecen horarios flexibles y fomentan hábitos de estudio autónomos, las clases presenciales fortalecen las habilidades comunicativas y el desarrollo de competencias blandas.

La combinación equilibrada de ambas modalidades contribuye a un aprendizaje integral que prepara a los estudiantes para los desafíos del mundo laboral.

Persiste la brecha digital en la educación

Debido a la pandemia, si bien muchos de los docentes han desarrollado competencias digitales para realizar videoconferencias por alguna plataforma (Zoom, Google meet, JitsiMeet, entre otras), así también uso de pizarras digitales o elementos que gamifiquen el aprendizaje, la calidad de la enseñanza no ha sufrido cambios radicales, reflexiona el académico.

Es decir, si se llegan a implementar nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza aprendizaje, éstos no están orientados o no han sido diseñado teniendo en cuenta las necesidades de los estudiantes o siguiendo una planificación acorde al modelo de integración tecnológica que sea más adecuado a un grupo de estudiantes o a una institución como tal.

“No se puede desmerecer el esfuerzo que hacen los docentes para brindar enseñanza de calidad, sin embargo, es necesario encauzar todos esos esfuerzos hacia un proceso integral y holístico, en el que realmente confluyan los elementos de la parte presencial, así como el uso de tecnología”, finaliza Quispe.

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