¿Obsesionados con las redes? Podría tratarse de un trastorno y requiere tratamiento

¿Obsesionados con las redes? Podría tratarse de un trastorno y requiere tratamiento

El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es el tipo de patología que se desarrolla con el uso de la tecnología y redes sociales. ¿Cómo sucede eso? Es a partir de adquirir un hábito repetitivo, por ejemplo, de estar alertas a mensajería, preocuparse por compartir publicaciones y otras conductas que deben ser tomadas en cuenta porque requieren tratamiento.

El curso de César debía rendir una prueba y él no tenía el teléfono celular cargado. Al momento de querer conectar el cargador al dispositivo, la docente le dijo que no podía hacerlo y que debía esperar a que termine el test académico. La reacción del estudiante por la negativa fue de enfado y con ansiedad se sintió frustrado al no haber logrado su objetivo de recargar su teléfono, donde siempre navega en redes sociales y tiene instalado su juego favorito.

“Tenemos personalidades rígidas, son personalidades reiterativas, personalidades límites que producen o provocan que las personas se inclinen a tener ideas compulsivas; es una muestra de inseguridad, la baja autoestima produce inseguridad, quiere decir que no ha hecho bien las cosas”, afirma Deborah Monserrath Velasco, docente de la carrera de Psicología en la Universidad Franz Tamayo.

El TOC se debe a una ‘rigidez de pensamiento’ que surge por un hábito o conducta reiterativa, por ejemplo, en mantener limpios los ambientes de la casa con lavandina o desinfectarse siempre las manos con alcohol. 

Este tipo de comportamiento se da en todos los ámbitos y la tecnología no está exenta, ya que existe una dependencia de la persona con el teléfono celular y las redes sociales, enfatiza la académica de Unifranz.

Velasco refiere de un ‘ritual’ que sucede cuando la persona interactúa con su teléfono celular. Estar pendientes del tono de mensajes es una costumbre que genera varias reacciones. Si bien, las redes sociales proveen información, la carga emotiva lo agrega el ser humano y es en ese estado que surgen las compulsiones.

“El hecho de depender de esa acción que ocurre en redes sociales, de recibir un like, un visto, nos hace dependientes; nos hace preocuparnos por ideas obsesivas. Esto me va a producir que haga rituales, que por ejemplo necesite cerrar aplicaciones, bloquear contraseñas”, enfatiza Velasco.

Si es normal o no este tipo de conductas, tiene un punto de referencia y se trata de que la persona sienta malestar o no por romper con ese ritual. “Las conductas van a ser anormales cuando nos produzcan incomodidad y baja funcionalidad en el relacionamiento con el exterior, es una alarma que necesita atención psicológica”, afirma la especialista.

Recuerda que en una oportunidad tuvo una paciente que llegó derivada de un médico porque tenía la costumbre de limpiar con lavandina su casa y el químico le produjo lesiones, pero la mujer persistía en usar esa sustancia de aseo. Se trataba de una conducta compulsiva.

El TOC puede provocar acciones violentas en quien lo padece. Velasco explica que, en el caso de los niños, reciben el dispositivo móvil de sus padres para poder calmarse cuando se incomodan o se ponen a llorar. El hecho de recibir el celular y jugar libera dosis de dopamina en el cuerpo, que sirve para llegar a un estado de placer. 

Cuando se corta el uso del teléfono, es ahí que puede generar ansiedad y enfado en los menores y los niveles de agresividad también se manifiestan en los casos suscitados con adultos.

Unifranz

El TOC puede provocar acciones violentas en quien lo padece

¿Cómo detectar un TOC generado por la tecnología?

La académica de Unifranz explica que un TOC se detecta mediante tres señales de conducta: el primero tiene que ver cuando las persona que padece tiene pensamientos exagerados sobre la tecnología, es decir que piensa que el uso de celulares e internet es “20 veces más importante” que otra actividad.

La segunda señal es cuando la persona está pendiente al teléfono y debe estar conectada, lo que genera un ritual de tiempo y la tercera señal, es cuando expresa irritabilidad por la incomodidad, por ejemplo, de no tener acceso a Internet.

Este tipo de trastornos crece desde el momento que la persona crea una personalidad, hay quienes lo hacen desde los 13 años de edad y otros a los 25, afirma Velasco. En tanto, para poder asumir un tratamiento, lo primero que se debe hacer es estar consciente que se sufre de esta patología.

“No porque yo tenga un mal pensamiento soy mala persona, soy rechazado por el entorno, debo reconocer que tenemos errores. Debemos afrontar oportunidades y pedir ayuda, que es fundamental”, agrega la profesional.

Asegura que la tecnología no puede ser considerada como enemiga para tratar este tipo de trastornos, sino, al contrario, una oportunidad para afrontar la patología con el mismo Facebook, por ejemplo.

“Hay aplicaciones que ayudan a controlar esos hábitos, a controlar emociones, a relajarte. La rigidez del pensamiento tiene solución, como visualización, sensibilización; eso se trata de trabajar en relajación, técnicas de respiración, episodios de música, playlist que relaja el cerebro”, sostiene Velasco.

Entre las terapias aplicadas a los TOC, se encuentra la cognitiva comportamental, que habla sobre las ideas repetitivas que producen un ritual. “Existe la medicación psiquiátrica que aumenta o disminuye niveles de serotonina”, explica Velasco.

Refiere que la psicología positiva es efectiva para fortalecer lazos humanos, ya que, en este periodo, de uso del teléfono celular, hay mucho individualismo, a costa de la convivencia. “Porque necesitamos acompañar a otros seres humanos, está dando buen resultado (la psicología positiva), podemos encontrar familia y amigos, entonces es importante el acompañamiento”, enfatiza la entrevistada.

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