A fines de la década del noventa, Judy Singer, una socióloga interesada en el espectro autista, comenzó a utilizar el término ‘neurodivergente’ en rechazó a la idea de que las personas con autismo son discapacitadas.
Según su punto de vista, en el caso de las personas con autismo sus cerebros, simplemente, “funcionan diferente al de otras personas”. Este nuevo enfoque ha sido empleado para reducir el estigma y promover la inclusión en las escuelas y en el lugar de trabajo.
“Las personas neurodiversas o neurodivergentes son aquellas cuyo cerebro aprende, funciona o procesa la información de manera diferente al de la mayoría de las personas, es decir, tienen un neurodesarrollo fuera de lo normal, común o estándar, y está bien, porque es parte de su diversidad humana”, explica Luz Karen Meneses Chirinos, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Se considera neurodivergentes a las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), dislexia, dispraxia, Síndrome de Tourette y otras condiciones neurológicas.
Según el World Economic Forum (WEF), entre el 10% y el 20% de la población mundial se considera neurodivergente (datos de un estudio de la empresa de consultoría y auditoría Deloitte).
“El término reconoce el hecho de que ciertos trastornos del desarrollo son variaciones normales del cerebro. Y, aunque las personas neurodivergentes pueden tener dificultades, también tienen ciertos puntos fuertes. Los equipos con profesionales neurodivergentes en algunas funciones pueden ser un 30% más productivos que los que no los tienen (…)”, informa Deloitte.
Características de la neurodivergencia
Las características de las personas neurodivergentes, según Meneses, difieren de acuerdo a las condiciones neurológicas específicas; sin embargo, algunas peculiaridades generales asociadas con la neurodivergencia son:
- Patrones de comportamiento repetitivos.
- Habilidades excepcionales en áreas específicas.
- Hipersensibilidad o hiposensibilidad a estímulos sensoriales como luz, sonido, tacto y olor.
- Son susceptibles a la sobrecarga sensorial.
- Su estilo de pensamiento es único.
- Los cambios inesperados en sus rutinas pueden ser desafiantes.
- Dificultades para mantener la atención en tareas específicas, común en personas con TDAH.
- Dificultades en la lectura, escritura o comprensión del lenguaje, características de la dislexia.
- Dificultades en el procesamiento auditivo.
- Interés o enfoque intenso, profundo y especializado en áreas de su interés.
- Dificultades en la interpretación del lenguaje no verbal, expresiones faciales o tono de voz. Algunas personas pueden tener un enfoque más directo en la comunicación.
- Habilidades y talentos excepcionales en áreas específicas, como las matemáticas, la música, la creatividad o la memoria.
Según Meneses, cuando un niño tiene problemas de comportamiento, lo mejor es validar sus sentimientos y ayudarle a resolver esos comportamientos hablando calmadamente, explicando la situación y no prometer algo si no se va a cumplir.
En cambio, cuando un niño neurodivergente sufre una crisis de ansiedad, “lo principal es no alzar la voz, se recomienda salir a caminar, respirar y una vez calmado volver a casa, hacerle sentir que no está solo y que el amor que sienten por él no va a cambiar jamás”, asevera la académica.
Neurodiversidad, su impacto en las personas
La neurodiversidad en sí misma no provoca nada en las personas, ya que simplemente es una manera de describir y entender la diversidad de las funciones neurológicas como variaciones normales.
En la actualidad, se tiende a aceptar la variabilidad y la diversidad del cerebro como una fortaleza y no como una debilidad.
“La clave está en dejar de enfocarnos en aquello que las personas neurodivergentes no pueden hacer, dentro del estándar o lo normal, y se busca potenciar y aprovechar sus maneras particulares de procesar la información o de afrontar un problema”, agrega Meneses.
Tipos de la neurodiversidad
Entre los tipos de la neurodiversidad más comunes están:
- Trastorno del Espectro Autista (TEA): personas con dificultades en la comunicación, interacción social y patrones de comportamiento repetitivos.
- Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH): caracterizado por problemas de atención, hiperactividad e impulsividad.
- Dislexia: dificultades para hablar, leer y escribir.
- Trastorno del Lenguaje: dificultades persistentes en la adquisición y uso del lenguaje.
- Síndrome de Tourette: es un trastorno neurológico que se caracteriza por tics motores y vocales repetitivos e involuntarios.
- Trastornos del Sueño, Ansiedad, Depresión: condiciones neurológicas y de salud mental que también pueden considerarse dentro del espectro de la neurodiversidad.
Educación inclusiva y personalizada
La educación de personas neurodiversas o neurodivergentes debe basarse en un enfoque inclusivo y personalizado, donde se reconozca y valore la diversidad de habilidades de esta población.
Meneses puntualiza que las instituciones educativas, tanto la escuela, el colegio o la universidad, deben:
- Promover un ambiente escolar que respete y reconozca la diversidad, que promueva la autonomía y la autoaceptación de los estudiantes neurodivergentes.
- Implementar estrategias de inclusión, comprensión y aceptación entre la comunidad educativa.
- Contar con un profesional psicólogo o psicopedagogo que brinde apoyo especializado.
- Impulsar actividades que prevengan el acoso escolar y la discriminación, garantizando un entorno seguro y de respeto.
- Crear un entorno educativo que valore la diversidad y promueva la igualdad de oportunidades
La docente especifica que “en el aula, el maestro debe realizar adaptaciones curriculares respecto a los contenidos académicos, estrategias de enseñanza y evaluación. Para ello deberá tomar en cuenta las habilidades diversas y estilos de aprendizaje, a fin de garantizar y satisfacer las necesidades específicas de cada estudiante”.
La tarea, evidentemente, representa un desafío educativo significativo, por lo que el Estado debe impulsar programas de formación continua a los maestros en temas referidos a: atención a la neurodiversidad y estrategias de enseñanza inclusiva.
La familia debe acompañar su proceso educativo
El acompañamiento familiar es importante para el desarrollo y bienestar de las personas neurodiversas. Su apoyo, comprensión, aceptación y afecto refuerzan su autoestima y la confianza en sí mismos.
“Es importante involucrar activamente a los padres, madres y/o tutores en el proceso educativo de la persona neurodivergente, a fin de prepararlos para la transición a la vida adulta, brindándoles información y apoyo en áreas como la formación profesional, el empleo y la vida independiente”, señala Meneses.
Aunque los estudiantes neurodiversos pueden tener fortalezas únicas, requieren apoyo adicional por parte de sus maestros. El acompañamiento educativo y especializado les otorga herramientas para desarrollar habilidades sociales, de comunicación y autodeterminación.
El apoyo no debe limitarse solamente a la infancia o la adolescencia y es fundamental que persista a lo largo de toda la vida, principalmente en la transición a la independencia y a la vida laboral.