La educación no puede mantenerse estática en el tiempo, debe ser fluida y recoger los conocimientos, metodologías, habilidades y tecnologías de su época para mantenerse relevante.
De la misma manera, los maestros deben innovar y evolucionar con los tiempos para no ser superados por sus estudiantes.
“En esta época estamos obligados a mantenernos actualizados. Existe una especie de equilibrio, una relación en la que los docentes superamos en conocimientos a nuestros estudiantes por una nariz. Esta relación es más complicada ahora, los docentes no pueden descuidarse, caso contrario los chicos, que ya manejan los instrumentos tecnológicos y están a la vanguardia, nos van a superar”, señala el viceministro de Educación Superior, José Luis Gutiérrez.
La autoridad participó en ell V Foro Internacional de Innovación Educativa (FIIE 2024) – “El Futuro de la Educación, reflexiones desde Bolivia para Latinoamérica”, evento organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, donde 33 expertos nacionales e internacionales, autoridades y casi un millar de actores involucrados en el proceso educativo latinoamericano proyectaron el futuro de la educación en la región y el mundo.
Gutiérrez indica que, ante esta situación, es sumamente importante que los docentes de todos los niveles educativos formen parte de programas de formación continua, actualización e innovación educativa, con el objeto de mantenerse en la vanguardia y evitar ser superados por sus estudiantes, además de conservar su interés en aprender.
“Nuestros docentes tienen que estar actualizándose constantemente dentro de programas de mejora continua y capacitación para enfrentar los desafíos del mañana y mantener la relevancia de los contenidos que imparten a sus estudiantes y guiarlos”, acota.
El viceministro remarca que la educación no es algo estático, sino que debe ser un proceso continuo, siempre manteniéndose a la par de la ciencia, la tecnología y la innovación.
“Es importante hablar de innovación porque la educación no permanece estática en el tiempo, sino que es un proceso continuo de aprendizajes, de renovación y el que no innova, no crea y se mantiene estático lleva las de perder en un mercado competitivo. La educación tiene que estar cambiando, innovando, recreándose y nuestros maestros tienen que seguir esa línea de constante renovación para transmitir aspectos y conceptos innovadores que se vayan presentando en el ámbito y el desarrollo mismo del avance de la ciencia y la tecnología.
Avanzar, pero reflexionando
La autoridad manifiesta que la pandemia dejó al descubierto muchas brechas y desigualdades en el tema educativo, no sólo en Bolivia, sino en el mundo entero, pero que permitió también implementar procesos que eran inevitables. Sin embargo, ahora que la emergencia quedó atrás, Gutiérrez indica que es importante reflexionar sobre los cambios que se produjeron, se producen y se producirán en los próximos años.
“Muchas sociedades y países, a pesar de tener accesos a las plataformas y poder ver los trabajos en red fueron golpeadas por la pandemia y en algunos de estos países, la implementación acelerada de estas tecnologías ha agravado procesos de desigualdad y brechas de conocimiento, que aún hoy en día sentimos. La pandemia fue el comienzo, superarla ha sido otra etapa, pero han quedado brechas de desigualdad que con el tiempo las estamos experimentando y las estamos viendo”, manifiesta la autoridad de gobierno en el ámbito de la educación superior.
Gutiérrez apunta que, por ejemplo, en Bolivia, la pandemia desnudó problemas relacionados con la tecnología y su acceso, así como la falta de normativa educativa, la cual tuvo que construirse sobre la marcha.
“Después de la pandemia, todos han mantenido su mirada en la educación para ver qué pasó. En algunos países, los procesos de desigualdad se han agravado, en otros, como el nuestro, hemos empezado a cambiar nuestra forma de ver las cosas. La pandemia nos encontró a todos de manera imprevista y nos obligó a improvisar. Muchos de los docentes que no manejaban herramientas tecnológicas han tenido que aprender en el camino e ir trabajando en esa lógica. El confinamiento generó este tipo de esfuerzos adicionales. No teníamos una normativa o un margen legal que nos permitiera avanzar en este tema, se lo ha ido construyendo en el proceso y ésa es una de las experiencias”, expresa.
Ante esto, la autoridad dice que la reflexión y el análisis de lo sucedido es clave para evitar cometer los mismos errores o, peor aún, paralizarse.
“¿Qué hacemos? Debemos hacer análisis, diagnóstico y reflexión. Comparar lo que teníamos antes de la pandemia y lo que tenemos ahora, para saber qué es lo que tenemos que hacer hacia adelante, qué políticas tenemos que llevar a cabo. Si nos mantenemos en esa línea, si seguimos manejando la presencialidad o tenemos que pasar todo a lo virtual o si tenemos que generar políticas de internacionalización para afuera para estar a la par con otros países o nos quedamos estáticos. Hay una serie de preguntas que van surgiendo en el afán de saber qué tipo de respuestas podemos dar a la sociedad con el tema educativo”, concluye la autoridad.
Es un tema realmente interesante porque el desarrollo de la tecnología obliga a los docentes a actualizarnos permanentemente, y no sólo en nuestra área, sino precisamente en las nuevas tecnologías y para poder interactuar de la mejor manera con los estudiantes