Maeke: el proyecto de estudiantes de Unifranz que busca transformar el transporte urbano con tecnología y creatividad

Por Manuel Joao Filomeno Nuñez

La congestión vehicular en La Paz y la desorganización en las paradas de minibuses son parte del paisaje urbano cotidiano. Sin embargo, para un grupo de estudiantes, esta problemática se convirtió en la inspiración para crear Maeke, un dispositivo tecnológico que, pese a su aparente sencillez, apunta a mejorar sustancialmente la forma en que opera el transporte público en la ciudad.

Luciana Delgado, estudiante de la carrera de Publicidad y Marketing de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) y una de las integrantes del equipo, explica que Maeke es “un sensor que entra en los minibuses, trufis y micros de la ciudad” y cuya función principal es evitar que los vehículos se detengan en lugares no autorizados. “Esto ayuda a que no haya tanto tráfico y caos en la ciudad”, señala. 

El sensor detecta paradas oficiales: si identifica una, permite el descenso de pasajeros; si no, mantiene las puertas cerradas hasta llegar a un punto autorizado. La lógica es simple, pero su impacto potencial es grande en una urbe donde el transporte suele operar sin reglas claras.

Para los estudiantes, abordar una problemática real fue el primer paso. Juan Mateo Romecín, también de Publicidad y Marketing, relata que el equipo comenzó analizando “los problemas que existen en la ciudad de La Paz” y que la congestión vehicular se presentó como un desafío prioritario. 

A partir de esa observación, diseñaron Maeke como un sistema basado en sensores ultrasónicos capaces de medir distancia entre vehículos y paradas oficiales. 

“De momento estamos usando un sensor ultrasónico… A futuro tenemos pensado usar una cámara con visión artificial que pueda detectar los colores y las formas de las paradas de una forma más efectiva”, detalla Romecín.

Aunque los creadores de Maeke no provienen de carreras técnicas, asumieron el reto de programar, prototipar y construir un dispositivo funcional. Trabajaron con Arduino para programar los sensores y recurrieron a herramientas de fabricación digital como impresoras 3D y cortadoras láser. 

Romecín admite que el proceso implicó aprender en tiempo récord: “Usamos un sensor ultrasónico, pero también nos hemos guiado por Deepseek, una inteligencia artificial que nos ayudó a recortar tiempo dándole códigos que luego colocamos en la aplicación de programación”. 

El equipo también estuvo conformado por Franco Mamani, Sebastián Alberto y Mailen Zambrana, quienes participaron en las diferentes fases de diseño y prototipado.

Para Delgado, la experiencia fue reveladora. “Hemos aprendido bastante (…); aprendimos a utilizar nuestra creatividad y hemos salido muchísimo de nuestra zona de confort porque aprendimos a programar, a usar máquinas 3D”, afirma. 

La estudiante destaca que la práctica permitió comprender que la innovación no se limita a quienes dominan la tecnología desde un inicio, sino a quienes se atreven a explorarla.

El prototipo final de Maeke combina hardware, software y fabricación digital, pero también refleja un fuerte componente social: mejorar la seguridad de los pasajeros, ordenar el flujo vehicular y contribuir a una movilidad urbana más eficiente. En una ciudad donde los minibuses suelen detenerse en cualquier punto, un sistema que condiciona las paradas podría aliviar la congestión diaria y reducir accidentes causados por maniobras improvisadas.

El equipo visualiza un futuro en el que su dispositivo se integre con sistemas urbanos más amplios. La implementación de visión artificial —su meta para la próxima fase— permitiría mayor precisión en la identificación de paradas y la interacción con el entorno. Esta evolución tecnológica haría de Maeke un aliado clave para un ecosistema de transporte más inteligente y sostenible.

La iniciativa no solo dejó una solución tangible, sino que marcó un antes y un después para los estudiantes que participaron en ella. Para muchos, fue la primera vez que programaron un sensor, manipularon una impresora 3D o interactuaron con herramientas avanzadas. La experiencia fortaleció habilidades como el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la creatividad aplicada, demostrando que el aprendizaje transdisciplinar es el camino hacia la innovación.

El proyecto Maeke fue desarrollado y presentado en el marco del Workshop de Fabricación Digital: Prototipado de soluciones para ciudades sostenibles, realizado durante el Futures Week de Unifranz en el K-Lab.

Este espacio formativo contó con la guía de destacados instructores: Santi Fuentemilla (FabLab Barcelona), Jorge Pazos (FabLab Santa Cruz), Brandon Olivera (FabLab Santa Cruz), Hyunggeun Bae (K-Lab Bolivia), Adriana Yaffar y Marié Morales (Fundación Patiño). Bajo su acompañamiento, los estudiantes transformaron una idea en un prototipo real, demostrando que el talento y la creatividad, cuando encuentran el entorno adecuado, pueden convertirse en herramientas poderosas para enfrentar los desafíos urbanos.

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