Por Lily Zurita
Con más de 3.200 millones de gamers, entre profesionales y amateurs, en todo el mundo, los videojuegos han conquistado la preferencia de niños, adolescentes y jóvenes y se proyectan como herramientas educativas, con gran potencial para mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje, a corto y mediano plazo.
“Los videojuegos tienen un potencial significativo en la educación si son gestionados de manera propositiva”, asegura Pablo Llano, experto de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz).
Llano reconoce, sin embargo, que la integración efectiva de los videojuegos en el aula debe tener una cuidadosa planificación. “Docentes y profesores deben seleccionar juegos apropiados, alinearlos con los objetivos de aprendizaje y proporcionar orientación adecuada a los estudiantes.
Según EducaOpen, plataforma tecnológica-formativa, los videojuegos educativos son una herramienta muy potente para enseñarles a los alumnos sobre diversas materias de una manera interactiva y sin aburrirlos.
“A diferencia de los videojuegos corrientes, estos juegos educativos están diseñados específicamente para enseñar conceptos académicos a los alumnos mientras se divierten con el objetivo de que los estudiantes puedan interiorizar conocimientos más fácilmente y desarrollar habilidades esenciales para su educación.
Por ejemplo, Minecraft es un excelente ejemplo de cómo un videojuego puede convertirse de un pasatiempo muy popular a una herramienta educativa de última generación por su espíritu colaborativo, que fomenta la resolución de problemas y la creatividad.
Una experiencia digital
Los videojuegos son experiencias digitales que permiten contar una historia y ser parte de la misma, como protagonista. Para Álvaro Gutiérrez, docente de la carrera de Psicología en Unifranz, los docentes y padres pueden incorporar el uso de videojuegos para complementar la educación de sus estudiantes e hijos.
“Como adultos, ya no podemos darnos el lujo de ignorar lo que juegan nuestros hijos o nuestros estudiantes. Es importante, primero, aprender sobre las clasificaciones que tienen estos juegos, ya que, al igual que las películas, tienen un rating de edades (personas en pantalla) y los distintos géneros de éstos, para emplearlos en el aprendizaje”, explica el académico.
El papel de los videojuegos en la educación ha sido más explorado en niveles básicos, pero en términos de educación superior hay poca evidencia empírica que respalde su efectividad como herramienta educativa, explica Sofía García-Bullé, del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey.
“Hay indicios para pensar que los videojuegos pueden ser un buen recurso para la innovación educativa universitaria, aún si carecemos de estudios que confirmen al 100% su efectividad, sigue siendo una propuesta interesante y útil de explorar”, señala la experta en su artículo “Videojuegos: Una herramienta educativa en potencia”.
Beneficios de los videojuegos en la educación
Más allá de un pasatiempo, los videojuegos tienen un impacto positivo en el proceso educativo de los niños, ya que les permite alfabetizarse y adquirir competencias digitales casi sin darse cuenta.
EducaOpen identifica otros beneficios adicionales:
- Desarrollo de habilidades cognitivas
Los videojuegos son un gran desafío en el que los estudiantes deben recurrir al pensamiento crítico y a cierta planificación estratégica para avanzar en la trama o niveles. Esta constante estimulación mental fortalece la capacidad de los estudiantes para resolver problemas y les enseña a analizar situaciones desde diferentes perspectivas.
- Desarrollo de habilidades motrices
Los videojuegos también promueven el desarrollo de habilidades motrices, especialmente la conexión cerebro-mano, fundamental para actividades cotidianas como escribir, dibujar, entre otras tareas manuales.
- Mejora de la concentración
Esta habilidad es transferible a entornos educativos, donde los estudiantes pueden aplicar la misma capacidad de concentración en tareas como la resolución de problemas matemáticos o la lectura de textos complejos.
- Entrena la resolución de problemas y la creatividad
Muchos juegos presentan escenarios complejos que requieren de acciones innovadoras y creativas. Al superar pequeños retos, los estudiantes aprenden a pensar de manera flexible y a buscar soluciones fuera de lo convencional.
- Es una fuente de motivación
Los videojuegos son una fuente de aprendizaje lúdico que van automáticamente asociados a la concentración.
Videojuegos educativos
Llano señala que los videojuegos educativos pueden promover una amplia gama de habilidades entre los estudiantes, tales como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la toma de decisiones, la planificación estratégica, la alfabetización digital, la coordinación mano-ojo, la multitarea, la perseverancia, la creatividad, la colaboración, la gestión de recursos, la memoria y atención, habilidades lingüísticas, razonamiento espacial y adaptabilidad, entre otros.
En la misma línea, Francisco Araníbar, docente de Ingeniería de Sistemas en Unifranz, reflexiona que los videojuegos tienen la capacidad de captar la atención y hacer que los niños y jóvenes se sientan horas y horas a jugarlos, “entonces, ¿por qué no utilizar esta herramienta en beneficio de la educación, más aún cuando la intención es lograr que el estudiante tenga un aprendizaje significativo?”.