Daniela fue diagnosticada con Síndrome de Burnout y trastorno mixto de ansiedad y depresión. Su tratamiento consistía en tomar antidepresivos, sesiones de fisioterapia y psicoterapia. Meses después decidió adoptar a Thor, un gato mestizo de color negro, como parte de su terapia psicologica.
“A partir de ello, la salud mental y emocional de Daniela mejoró, dejando de a poco toda medicación. Actualmente, se encuentra disfrutando de la compañía de su gato, quien le devolvió la sonrisa, le quitó todo sentimiento de soledad y la motivó a vencer la ansiedad y depresión”, relata Luz Karen Meneses, psicóloga y docente de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Los animales de compañía ayudan a las personas a salir de estados depresivos, de soledad, trauma y hay casos en los que son incluidos como parte de terapias para superar el duelo.
“Los gatos son considerados como un soporte psicológico para muchas personas. Pasar tiempo con ellos, su comportamiento juguetón y cariñoso mejora significativamente la salud mental, emocional y el estado de ánimo de sus dueños. Asimismo, observar a un gato acicalarse es terapéutico porque les recuerda a las personas la importancia del autocuidado y la relajación”, agrega la psicóloga.
Según Meneses, en general, los que adoptan gatos como animales de compañía afirman que les proporcionan amor y afecto ilimitado, lealtad y dedicación incondicional, “además se sienten reconfortados con su presencia y aseguran que el hablar y jugar con ellos les permite apaciguar sentimientos de enojo, malestar y dolor, les brindan compañía y consuelo cuando sienten que están tristes, estresados o ansiosos”, dice.
Una persona apática o sin fuerza motivacional, suele necesitar de apoyo externo para salir de ese punto en el que se encuentra. Y cuando no hay personas que nos puedan ayudar, una mascota puede ser ese apoyo que se necesita.
Teniendo en cuenta estas características, la profesional señala que la presencia de estas mascotas ayuda a sus dueños a liberar endorfinas y reduce los niveles de estrés, ansiedad y depresión.
“Tener un gato en el hogar como animal de compañía tiene sus ventajas para pacientes con problemas de salud mental y emocional; sin embargo, la más importante es que reduce los niveles de estrés, ansiedad y depresión. Esto ocurre al escuchar el ronroneo de un gato, acariciarlo, jugar con él o simplemente estar cerca, constituyéndose en momentos placenteros que esconden múltiples beneficios para la salud mental y emocional, toda vez que se liberan endorfinas, conocidas también como ‘hormonas de la felicidad’, que son sustancias químicas en el cerebro que provoca una sensación de alegría y bienestar”, dice.
De igual forma, profesionales de la salud recomiendan Terapia Asistida por Animales (TAA), particularmente con gatos, a pacientes con Trastorno de Espectro Autista porque les ayudan a fortalecer la comunicación, interacción social, relaciones afectivas y empatía. Estudios han demostrado que los niveles de estrés y ansiedad en esta población disminuyen cuando están en contacto con gatos.
A pesar de los beneficios, la psicóloga advierte que la terapia con gatos no reemplaza el tratamiento médico o psicológico en casos de trastornos graves de salud mental, sin embargo, se constituye en un complemento para el bienestar emocional, por lo que es recomendable adoptar un gato o visitar refugios que ofrecen oportunidades para interactuar con ellos.
¿Qué ventajas aporta el tener un gato?
Meneses indica que, de acuerdo a investigaciones realizadas por la Universidad de Antioquía, Colombia, respecto a las ventajas que proporciona tener una mascota, específicamente un gato, están:
Compañía constante y afecto incondicional. Los gatos son considerados como una fuente de apoyo emocional, especialmente en momentos de soledad, estrés o tristeza. Ayudan también a personas mayores a no sentirse solas y mantenerse activas.
Reducen los niveles de estrés, ansiedad y depresión. Las personas con depresión no sienten deseo de relacionarse, sin embargo, cuando tienen una mascota, tienen un motivo para levantarse de la cama. Se recomienda acariciar, jugar, pasar tiempo e incluso hablar con los gatos para despejar la mente y sentir bienestar.
Ayudan a crear una nueva rutina. Los gatos requieren de alimentación diaria, cuidados e higiene, lo que favorece el desarrollo cognitivo promoviendo hábitos.
Brindan un sentido de propósito y responsabilidad. Tener un gato implica asumir un compromiso a largo plazo con su alimentación, cuidados médicos, y un entorno limpio y seguro. Incluye responsabilidades financieras, emocionales y de tiempo, sin embargo, la recompensa es mayor porque nos enseñan el significado de la vida, amor y cuidado.
Promueven el desarrollo de habilidades sociales. Interactuar con otros dueños de gatos otorga oportunidades para socializar, compartir experiencias y conocer a nuevas personas.
Proporcionan sensación de seguridad en el hogar. Existen gatos que detectan cuando el estado de salud de una persona sufre algún cambio, y también alertan ante una situación de peligro.
Diversos estudios han demostrado que los niños que crecen con perros o gatos tienen menores probabilidades de desarrollar alergias o asma.
“Es importante tomar en cuenta que la respuesta a la interacción con gatos puede variar de una persona a otra, y no todas experimentan los mismos beneficios en la misma medida”.