Latinoamérica ante el desafío de innovar para superar la brecha digital

Latinoamérica ante el desafío de innovar para superar la brecha digital

América Latina y el Caribe tienen apenas el 1% de las patentes de inteligencia artificial (IA) en el mundo, devela un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el laboratorio de ideas C Minds, una plataforma que promueve el desarrollo, uso e investigación responsable de tecnología de impacto en América Latina.

El dato fue planteado, en el marco de la segunda Cumbre Mundial de Comisiones de Futuro, que se realizó en septiembre en Uruguay y que se centró en generar estrategias para mejorar el ‘uso del futuro’ en el Parlamento y comprender el posible impacto de la IA en la democracia, los derechos humanos y la sociedad en general.

Fernando Aramayo, coordinador de programas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Bolivia (PNUD), indica que, en Uruguay, en la antesala para la Cumbre de Futuros de las Naciones Unidas, se conoció que Latinoamérica, en su conjunto, es responsable sólo del 1% del desarrollo de la inteligencia artificial.

“1% es casi una concesión, es decir, estamos muy distantes y esto, viéndolo en un sentido positivo, nos está planteando la oportunidad de un espacio abierto para innovar, para desarrollar habilidades y ser parte de lo que es este nuevo desafío de la empleabilidad en América Latina y en Bolivia”, indica.

El experto recuerda que en el último Foro Económico Mundial se dio cuenta de que el 85% de las empresas hablan de procesos de digitalización sin tomar conciencia de que la actual coyuntura va a definir, de forma sustantiva, un camino hacia la construcción de futuros que son imposibles de no acompañar.

“Las universidades tienen, por tanto, que profundizar en la investigación, en la comprensión de cuáles son las características de los nuevos mercados, de las innovaciones que se necesitan para acortar las brechas que se van dando ahora de forma desafiante (…), de entender que hemos pasado de los tiempos en los que hablábamos de limitación de la inteligencia para, ahora, entender que los aprendizajes son permanentes y continuos, de que la digitalización no es simplemente pasar por una computadora procesos sino mejorarlos, comprenderlos y hacerlos más eficientes”, reflexiona.

La brecha digital se ha ampliado

Según Aramayo, la brecha digital en la región se ha ampliado, no tanto por una falta de acceso al Internet, sino más bien por el nivel de alfabetismo digital en términos de uso de gadgets, de cómo utilizar las tecnologías o la misma IA.

“Nos está planteando el desafío de aprender nuevas habilidades, como programar un prompt, por ejemplo, cómo trabajar ciencia de datos, cómo trabajar digitalización a partir de la mejora de los procesos y entender que esos son los desafíos que enfrenta la empleabilidad”, indica.

Para el experto, quien participó en la Feria de la Empleabilidad de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, el pasado viernes 24, es imposible pensar que Bolivia pueda dar un salto cualitativo sustantivo y ocupar los primeros espacios, cuando la región, en general, está rezagada.

La IA se encuentra asociada directa o indirectamente a la vida y procesos de la humanidad, tanto que ha revolucionado nuestra forma de pensar, convivir y estilo de vida. Avanza rápidamente y todavía existen desafíos jurídicos y éticos que se encuentran en discusión entre los organismos internacionales y los gobiernos a nivel mundial.  

Según la publicación “Inteligencia Artificial en Latinoamérica”, de la Fundación Konrad Adenauer, conocer el estado de la IA en América Latina es importante para entender qué tan lejos estamos de aprovechar al máximo la oportunidad que tenemos y dar la pauta para crear acciones enfocadas a lograr el círculo virtuoso mencionado: cultura de datos, infraestructura habilitante y habilidades digitales.  

“¿Qué hace falta para que América Latina dé el salto a la economía de la IA? Una comprensión global sobre cómo los datos, la capacidad para colaborar y crear una cultura de trabajo en equipo, y la infraestructura tecnológica, tienen el potencial de cambiar nuestro rumbo económico. La idea de que el futuro no es una cuestión de tiempo sino de lugar aplica hoy más que nunca para América Latina y el Caribe”, dice el documento.

De los 36 países de América Latina y El Caribe, 12 estados (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Trinidad y Tobago, y Uruguay) son los que han mostrado mayor avance respecto a la utilización de la IA y los datos, de acuerdo con un estudio realizado por el BID, consignado en su reciente informe sobre La Inteligencia Artificial.

Fernando Aramayo, coordinador de programas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Bolivia (PNUD).

Producción científica en IA en Bolivia

En el caso de Bolivia, según el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) muestra que el país tiene participación en la producción científica en lA a nivel regional, pero enfrenta grandes brechas en la gobernanza, capital humano y adopción.

“Las brechas más profundas que enfrenta Bolivia en relación a la región son las subdimensiones que componen la categoría de gobernanza, donde se observa una ausencia de todos los indicadores. No tiene estrategia de lA ni regulación en la materia. No cuenta con regulaciones específicas en lA ni tampoco con regulaciones relacionadas, como de ciberseguridad y protección de datos actualizadas”, señala el Índice.

Al respecto, Aramayo indica que, de la mano del BID, se desarrollaron estudios que dan cuenta que aspectos que se pensaban como desafíos para el próximo decenio, respecto a empleabilidad, se adelantaron al quinquenio que estamos enfrentando actualmente.

“Es importante pensar que, desde la perspectiva de los objetivos de desarrollo sostenible, por ejemplo, cada vez estamos más lejos de su cumplimiento”, reflexiona.

Hay objetivos de desarrollo sostenible que están en serio riesgo de ser atendidos en el periodo que se había planteado inicialmente, cuando en 2015 más de 180 países firmaron un acuerdo para cumplir con la Agenda 2030 y donde los jóvenes están desafiados a atender mecanismos de aceleración para cumplir con estas metas de desarrollo.

“En los jóvenes está el desafío de encontrar respuestas innovadoras. En los jóvenes está el desafío de interpelar a las formas tradicionales de plantear la oferta del empleo. Y, en esto, tenemos que dar una respuesta de forma conjunta”, concluye.

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