Las siete power skills más demandadas que definirán el éxito laboral y académico en el 2026
En un mercado laboral atravesado por la automatización, la inteligencia artificial y el cambio constante, las llamadas power skills se consolidan como uno de los activos más valiosos para el futuro profesional. Estas habilidades se refieren a competencias humanas, cognitivas y sociales que permiten a las personas adaptarse, liderar, colaborar y tomar decisiones en contextos complejos.
A diferencia de las habilidades técnicas, su valor radica en que no pueden ser fácilmente reemplazadas por la tecnología, lo que las vuelve esenciales tanto en el ámbito laboral como en el académico, donde la formación integral cobra cada vez mayor relevancia.
Para Ariel Villarroel, integrante de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), el protagonismo de estas habilidades no es una tendencia pasajera, sino una respuesta estructural a los cambios del mundo actual.
“Los puestos laborales que requieren power skills son difíciles de automatizar, por lo que los trabajadores que las poseen son más demandados”, explica el académico, quien subraya que el desarrollo de estas competencias resulta clave para enfrentar escenarios de incertidumbre y transformación permanente.
Las power skills engloban un conjunto de capacidades vinculadas a la forma de pensar, comunicarse y relacionarse con otros. Incluyen el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación efectiva, la creatividad, la empatía y la colaboración. Durante años fueron denominadas soft skills, pero su creciente peso estratégico en las organizaciones llevó a redefinirlas como habilidades de poder.
“Se trata de una versión 2.0 de las soft skills, donde la comunicación, la empatía y el pensamiento crítico están en el centro”, señala Villarroel, al destacar que hoy estas competencias son tan determinantes como la eficiencia técnica.
Su importancia radica en que otorgan verdadero valor al trabajo humano. En un entorno donde los conocimientos técnicos se vuelven obsoletos con rapidez, las habilidades conductuales permiten aprender de manera continua, gestionar la salud mental, trabajar en equipo y generar soluciones innovadoras.
En el ámbito educativo, su incorporación impulsa metodologías centradas en el “aprender haciendo”, con el estudiante como protagonista del proceso formativo. De este modo, las power skills no solo preparan para el empleo, sino también para la construcción de trayectorias profesionales sostenibles a lo largo de la vida.
Las siete power skills más demandadas para 2026
De acuerdo con la lista elaborada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la consultora internacional McKinsey, estas son las siete power skills que marcarán el rumbo del talento en los próximos años:
- Liderazgo estratégico: capacidad para guiar e inspirar equipos en contextos de alta incertidumbre y transformación digital, promoviendo culturas organizacionales resilientes y orientadas al propósito.
- Pensamiento crítico: habilidad para analizar información compleja, evaluar evidencias y tomar decisiones informadas frente a problemas inéditos.
- Inteligencia emocional: competencia para reconocer y gestionar las emociones propias y ajenas, favoreciendo ,laborales saludables y liderazgo empático.
- Adaptabilidad y mentalidad digital: flexibilidad cognitiva y disposición para aprender nuevas herramientas, integrar tecnologías emergentes y transformar procesos.
- Creatividad e innovación: capacidad para generar ideas originales y diseñar soluciones de valor ante desafíos empresariales y sociales.
- Comunicación efectiva: habilidad para expresar ideas con claridad, escuchar activamente y construir narrativas persuasivas en diversos formatos.
- Trabajo colaborativo e inclusión: aptitud para integrarse en equipos diversos, valorar la pluralidad y construir relaciones basadas en el respeto y la corresponsabilidad.
Estas competencias, coinciden los especialistas, serán determinantes para el desempeño profesional en 2026 y más allá.
“Si una persona puede desarrollar estas habilidades de forma integral, estará bien encaminada para tener éxito en el mundo actual”, concluye Villarroel, una afirmación que resume el desafío central de la educación y el empleo en la era del cambio permanente.