Hace 40 años, Howard Gardner revolucionó la psicología con su teoría de las inteligencias múltiples. Se trata de un modelo de entendimiento de la mente que presentaba la inteligencia como un conjunto de capacidades autónomas interrelacionadas.
La teoría desarrollada por Gardner forma parte de la neuroeducación. Combina la psicología cognitiva, la neurociencia y la pedagogía, con el objetivo de optimizar el proceso de enseñanza y aprendizaje. Se trata de una nueva visión de la enseñanza, cuya fortaleza radica en el aporte de estrategias y tecnologías educativas a partir del funcionamiento del cerebro.
Para James Robles, director de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, el avance en el ámbito educativo se sostiene en los postulados propuestos por la teoría de las inteligencias múltiples, los estudios sobre neuroeducación y las nuevas tecnologías vinculadas al aprendizaje.
“En la universidad, por ejemplo, hemos tenido una experiencia bastante interesante a partir de la teoría de las inteligencias múltiples. Aplicamos una prueba para saber cuántos alumnos eran visuales, cuántos auditivos o quinestésicos y, de acuerdo a ello, combinamos grupos colaborativos de trabajo (…). Esto nos ayudó mucho, tanto a los docentes como a los estudiantes, para la realización de trabajos de grupo”, indica.
La prueba a la que hace referencia el director de Psicología de Unifranz coincide con la teoría de Gardner.
“Si no sabes cómo comprender a los demás, si no te entiendes a ti mismo, si no sabes cómo abrirte camino en la calle, en el estudio de televisión, en el ámbito deportivo o en el ámbito artístico, aunque tengas el mayor coeficiente intelectual jamás observado, no serás inteligente en otras áreas”, aseguraba el profesor de Harvard, durante una entrevista televisiva en ocasión de recibir el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011.
Ocho inteligencias múltiples
Según la teoría de las inteligencias múltiples, las personas tienen varios tipos de inteligencias, aunque no todas se desarrollan del mismo modo. El perfil de inteligencia, que se logra a partir de la realización de un test, determina cuáles predominan en cada individuo. Esta información será elemento esencial de trabajo para el docente al momento de desarrollar la clase.
Gardner plantea que hay ocho tipos de inteligencias asociadas a distintas capacidades cognitivas de los seres humanos:
· Lingüística
· Lógico-matemática
· Visual-espacial
· Musical
· Cinética-corporal
· Naturalista,
· Intrapersonal
· Interpersonal
El perfil de inteligencia de los estudiantes facilitará, según el experto, la utilización de distintas estrategias, materiales y recursos didácticos para el aprendizaje del estudiante. Por eso mismo, es importante conocer, de la forma más aproximada posible, cuántas y cuáles son las inteligencias que caracterizan a cada uno de ellos en el aula.
Otras metodologías de aprendizaje
Robles menciona que hay otras metodologías neuroeducativas que permiten aprender haciendo. Por ejemplo, el aprendizaje servicio, que une el aprendizaje con el compromiso social, donde docente y estudiantes asumen el reto de detectar un problema, proponer soluciones. Luego intervienen conectando a las instituciones que están trabajando esa problemática a fin de validar el antes y después del impacto del programa. Lo más importante de este método es que los resultados son sustentables.
“El hecho que a nosotros nos guste y aprendamos disfrutando lo que hacemos marca una gran diferencia”, sostiene.
Otro instrumento de la neuroeducación es la prueba Bezinger o BTSA (Benziger Thinking Styles Assessment). Se trata de una herramienta cuyo objetivo es mejorar el autocontrol, la eficacia grupal y las capacidades de colaboración. Esta prueba analiza básicamente las personalidades tomando en cuenta cuatro aspectos cerebrales.
Para Robles, el docente es un neuroeducador porque, cuando llega a conocer cómo funciona el cerebro, logra en el estudiante aprendizajes significativos.“El reto de los docentes es que, prácticamente, conozcan cómo funciona el cerebro para que a partir de ello puedan enseñar mejor. Todos somos buenos en algo y todos podemos aprender”, manifiesta el director de carrera.
Las inteligencias múltiples facilita la aplicación de estrategias novedosas, motivantes, integradoras y creativas para que los estudiantes tomen un rol protagónico, construyan conocimiento, adquieran visión de la realidad que supere los límites de un saber cotidiano, potenciando su creatividad.