La tecnología se convierte en motor de cambio y progreso para la educación

La tecnología se convierte en motor de cambio y progreso para la educación

La tecnología se ha convertido en un componente indispensable en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. En el ámbito educativo, su papel es aún más crucial, ya que moldea la forma en que enseñamos, aprendemos y nos preparamos para el futuro.

La tecnología no sólo acortó las distancias físicas, sino que abrió las puertas a un nuevo paradigma educativo. El aprendizaje se vuelve más dinámico, interactivo y accesible que nunca, asegura Rodrigo Fábrega, experto chileno en educación y tecnología, presidente de la Fundación Cruzando y actual profesor invitado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Junto a otros 33 expositores nacionales e internacionales, Fábrega participó en el “V Foro Internacional de Innovación Educativa: El Futuro de la Educación, reflexiones desde Bolivia para Latinoamérica”, evento organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y que congregó a los principales actores en el campo educativo en la región y el mundo.

En palabras del experto, «la tecnología nos permite estar en múltiples lugares al mismo tiempo, rompiendo las barreras geográficas y temporales. Ya no se trata sólo de un vuelo artificial que nos lleva de un lugar a otro, sino de un vuelo hacia el conocimiento que nos permite explorar nuevas fronteras sin salir de nuestras aulas».

Sin embargo, la tecnología no es una medicina por sí sola. Como destaca Fábrega, su efectividad está directamente relacionada con la habilidad y el conocimiento de quienes la utilizan. 

Comparándola con un tractor, explica, si uno no sabe cómo manejarlo, el tractor no será de mucha utilidad. Del mismo modo, si no se comprende cómo aprovechar la inteligencia artificial, su potencial quedará subutilizado y no tendrá el impacto esperado.

En el contexto latinoamericano, según Fábrega, la integración de la tecnología en la educación presenta una oportunidad única ya que, por primera vez en la historia, los países de la región tienen acceso simultáneo a las mismas herramientas tecnológicas que las naciones más desarrolladas, una situación que plantea un desafío y una oportunidad para las instituciones educativas y los profesionales de este ámbito.

“Si usted tiene una inteligencia artificial y no la sabe usar, tampoco le va a servir mucho. Debemos reflexionar respecto a la responsabilidad que tiene la universidad, como un centro de conocimiento, para buscar los mejores caminos, sobre todo en América Latina, que por primera vez en la historia tiene acceso a la tecnología, al mismo tiempo que los países más desarrollados del mundo”, señala.

Según la lógica del experto en programación, las oportunidades están dadas pero el potencial depende de cada uno de nosotros, pero principalmente de la creatividad e iniciativa de los jóvenes para utilizar las herramientas tecnológicas de forma correcta. “Tenemos un alto potencial de futuro y nos alegra mucho estar viviendo esta efervescencia”, específica.

Fábrega subraya la importancia de un enfoque equilibrado entre lo público y lo privado en el ámbito educativo. Destaca, asimismo, la necesidad de una colaboración estrecha entre ambos sectores para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a las mismas oportunidades y recursos, independientemente de su origen socioeconómico.

“Evidentemente, el sector privado hace investigación, prueba las cosas, pero para que toda la sociedad sea beneficiada de esta idea de vivir mejor, se requiere que el Estado empuje esto y lo haga masivo a toda la escuela para que no sean sólo algunos los que tengan una mejor vida (…). Cuando las personas van a educarse en la escuela o en la universidad, deben hacerlo para ir al futuro, no puede ser para ir al pasado”, expresa.

Además, hace hincapié en la necesidad de una reflexión profunda sobre cómo aprendemos y enseñamos en la era digital. Con la proliferación de la inteligencia artificial, es crucial repensar los métodos educativos tradicionales y adoptar enfoques más innovadores y personalizados.

La inteligencia artificial pone a disposición de la educación no sólo el pensamiento inductivo o deductivo, sino herramientas de machine learning, que implica que la gran cantidad de datos son los que configurarán las reglas.

“Creemos que nosotros aplicamos reglas sobre una cantidad de datos, pero dado la gran cantidad de datos que pueden analizar los computadores, son los datos los que me dan la regla”, reflexiona.

Integración efectiva de la tecnología en la educación

En este sentido, Fábrega destaca tres aspectos clave para la integración efectiva de la tecnología en la educación: eficiencia, adaptabilidad y profundidad. 

La tecnología nos permite ser más eficientes en nuestras tareas educativas, nos obliga a adaptarnos a un mundo en constante cambio y nos brinda la oportunidad de profundizar en nuestro conocimiento y comprensión del mundo que nos rodea, explica el experto.

“Hoy, las personas tienen que tener un espíritu innovador, hay un montón de características que han cambiado y se han reconfigurado. La inteligencia artificial va a reemplazar algunos trabajos, pero los va a reemplazar por gente que sabe”, puntualiza.

La tecnología no sólo es una herramienta en manos de los educadores, sino un motor de cambio y progreso en el ámbito educativo. Con una visión audaz y un compromiso firme, podemos aprovechar todo su potencial para transformar la educación y preparar a las generaciones futuras para los desafíos que les esperan.

 

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