La innovación tecnológica en la educación superior brinda oportunidades sin precedentes a los estudiantes de todos los rincones del planeta. Las mejoras en conectividad dejan atrás barreras geográficas y temporales.
En este contexto, la democratización de la educación adquiere una nueva dimensión en varias instituciones de educación superior, ya que los procesos de movilidad estudiantil juegan un papel crucial en la búsqueda de una educación más accesible y equitativa para todos.
Históricamente, las oportunidades de estudiar en el extranjero estaban reservadas para una élite privilegiada, dejando a muchos estudiantes sin acceso a experiencias internacionales enriquecedoras. La percepción de que solo un porcentaje reducido de alumnos tenía la posibilidad de estudiar en el extranjero era una realidad preocupante que refleja la brecha existente entre diferentes perfiles institucionales dentro de las universidades.
David Julien, secretario general de la Organización Universitaria Interamericana (OUI) asegura que esta brecha llevaba a concluir que “la experiencia de movilidad, en realidad, no estaba democratizada”.
Sin embargo, según Julien, en los últimos años, se produjo un cambio significativo en este paradigma, impulsado en gran medida por iniciativas innovadoras y programas como la movilidad estudiantil virtual y la colaboración internacional entre universidades.
El experto afirma que la puesta en marcha de una plataforma revolucionaria, denominada eMovies, permitió conectar a 135 universidades miembros de la OUI, facilitando la gestión de intercambios estudiantiles.
Esta plataforma permite a las universidades ofrecer cursos para intercambio, eliminando las barreras tradicionales como los costos de viaje y las tarifas de matrícula en el extranjero. Como resultado, se amplió el acceso a la movilidad internacional, permitiendo que un número mucho mayor de estudiantes participe en intercambios educativos en todo el mundo.
“La OUI lanzó una iniciativa que se llama eMovies, un espacio de movilidad virtual en educación superior, cambiando un poco las reglas del juego (…)”, explica Julien, quien participó en el “V Foro Internacional de Innovación Educativa: El futuro de la educación, reflexiones desde Bolivia para Latinoamérica”, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, en Santa Cruz de la Sierra.
El proyecto permitió a las universidades participantes subir su oferta de cursos disponibles para intercambio. El proceso es simple: una universidad, como por ejemplo Unifranz, puede identificar cursos y abrir cupos para recibir estudiantes de otros países. Este acceso no requiere gastos de viaje ni pagos de matrícula en el extranjero. Además, se garantiza el reconocimiento de créditos al finalizar el intercambio, lo que brinda una experiencia académica enriquecedora y sin barreras económicas.
“El intercambio se rige por un principio de colaboración y reciprocidad que no implica ningún coste para la institución ni para el estudiante que decide postular a la movilidad”, aclara Julien, quien destaca que, durante la gestión 2023, se registraron 7.500 movilidades, de las cuales el 70% son mujeres, marcando un hito en la promoción de la equidad en la educación superior.
“Estamos abriendo un esquema de movilidad internacional equitativo (…). Poco a poco, estamos cambiando el paradigma para que realmente ofrezcamos oportunidades de vinculación internacional a todo el espectro de los estudiantes”, agrega.
Estudiantes preparados para un mundo globalizado
La democratización de la educación a través de plataformas digitales va más allá de ofrecer oportunidades de estudio en el extranjero, se enfoca, principalmente, en preparar a los estudiantes para un mundo laboral cada vez más globalizado, donde la virtualidad y la interconexión son clave.
La exposición a otros idiomas, culturas y formas de pensamiento fortalece no sólo el aspecto académico, sino también las habilidades blandas necesarias para sobresalir en un entorno laboral diverso y dinámico.
La realidad del profesional de hoy, según Julien, es que tiene que utilizar la virtualidad para hacer muchas cosas, como por ejemplo para contactarse con colaboradores, clientes o prospectos en su área de intervención.
Estas experiencias de internacionalización a través de plataformas virtuales, desarrolla en los futuros profesionales competencias técnicas y soft skills (habilidades blandas) que les permite vincularse con un mundo globalizado, donde la tecnología es clave para su inserción en el mundo laboral.
Hoy, los empleadores valoran más estas experiencias de internacionalización en el currículum de los candidatos. Buscan no sólo conocimientos académicos, sino también competencias transversales y experiencias prácticas que demuestren una visión global y adaptabilidad.
“Ahora, los empleadores, sí te van a preguntar dónde estudiaste, qué estudiaste, qué más hiciste durante tus estudios, en qué tipo de experiencias o proyectos de extensión comunitaria te vinculaste, para ver qué tipo de estudiante eres o qué tipo de futuro trabajador eres. La internacionalización abre un esquema de visión global de ecosistemas que, al final, se refleja en un trabajador más preparado”, señala.
A medida que estas iniciativas continúan expandiéndose y evolucionando, es probable que veamos un aumento significativo en el acceso a oportunidades educativas de calidad para estudiantes de todos los orígenes y circunstancias. Esto no solo promueve la igualdad de oportunidades, sino que también enriquece nuestras comunidades académicas y fortalece la preparación de los futuros líderes y profesionales globales.