La tecnología está profundamente integrada en nuestras vidas. Afecta casi todos nuestros aspectos rutinarios. En el ámbito educativo, su presencia es ineludible y esencial. Un ejemplo notable de su incorporación en la educación es SIMA, un robot diseñado para asistir en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Sin embargo, para aprovechar al máximo sus beneficios y mitigar riesgos, principalmente en niños y adolescentes, es crucial contar con la guía adecuada de docentes y tutores.
Virginia Días, co-fundadora y directora de educación en SIMA Robot de Chile, asegura que la tecnología en el ámbito educativo ofrece una serie de beneficios significativos, pero también riesgos y desafíos.
La tecnología facilita el acceso a una vasta cantidad de información, fomenta el aprendizaje interactivo y personalizado, y prepara a los estudiantes para un mundo laboral cada vez más digitalizado.
“Es súper importante concientizar acerca de los beneficios y oportunidades que puede aportar la tecnología, así como los riesgos que implica utilizar estas herramientas”, señala. La experta chilena participó en el V Foro Internacional de Innovación Educativa, FIIE 2024, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Sin ir lejos, herramientas como SIMA robot pueden proporcionar apoyo en áreas como la enseñanza de idiomas, matemáticas y habilidades sociales, haciendo que el aprendizaje sea más dinámico y atractivo.
Riesgos y desafíos
Un ejemplo claro del impacto positivo de la tecnología en la educación es la iniciativa «One Laptop per Child», promovida por la Unesco, a principios del nuevo milenio, en algunos países del continente sudamericano, como Uruguay. El programa pretendía proporcionar a cada estudiante una laptop, revolucionando el acceso a la educación digital en esos países.
A pesar de sus numerosos beneficios, el proyecto evidenció que la computadora, sin una guía adecuada, podría ser utilizada para cualquier otra cosa menos para aprender.
El uso de la tecnología en la educación, según Días, no está exento de riesgos. Sin una guía adecuada, las herramientas tecnológicas pueden ser utilizadas para actividades que no contribuyen al aprendizaje. Los estudiantes pueden distraerse con videojuegos, acceder a contenido inapropiado o utilizar las redes sociales de manera excesiva.
Es esencial que padres, madres y profesores entiendan que la tecnología representa una oportunidad sólo si se maneja correctamente y se establecen lineamientos claros para su uso. Entregar un dispositivo como un iPad a un niño sin supervisión puede resultar en un uso improductivo.
“Ahí está el foco. Es bien importante que padres, madres y profesores, tengamos claro que la tecnología representa una oportunidad en la medida en que nosotros también sepamos manejarla y que haya lineamientos claros para su uso”, señala Días.
Necesidad de un guía
La tecnología debe ser utilizada de manera guiada y mediada por docentes o padres. Esto incluye establecer restricciones en el acceso a la información y promover un uso responsable y educativo de las herramientas tecnológicas. Inculcar una ciudadanía digital en los estudiantes es fundamental, enseñándoles a relacionarse de manera segura y respetuosa en las redes sociales.
Es particularmente importante que los niños menores de 13 años no tengan acceso a las redes sociales. Las políticas de plataformas como Facebook e Instagram establecen que son para mayores de 13 años, pero en la práctica, muchos niños acceden a estas redes a una edad temprana. Esto puede tener efectos negativos en su salud mental, incluyendo problemas como el ciberbullying, que puede extender el acoso escolar más allá de las aulas y afectar el bienestar emocional de los jóvenes.
“De partida, no creo que los niños menores de 13 años deban tener acceso a redes sociales, sí a tecnología, aplicaciones educativas o software educativo, pero no a redes sociales. Hoy, vemos muchos problemas de salud mental asociados al fácil acceso (…). Es un fenómeno desafiante porque eso está afectando muchísimo a la salud mental de los niños y adolescentes”, reflexiona la experta.
SIMA Robot: tecnología que transforma la educación
Días explica que SIMA Robot, un robot social de colaboración humana, está diseñando nuevas formas de interactuar y apoyar a los estudiantes a través del lenguaje natural, gestos y movimientos.
Este innovador robot se posiciona como un co-mediador, junto a los docentes, en estrategias didácticas dentro y fuera del aula, especialmente enfocado en programas y contenidos para niños con necesidades educativas especiales.
El robot fue diseñado para trabajar con programas de integración escolar y profesionales como fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales y psicopedagogos. Su objetivo es aplicar estrategias focalizadas en niños con autismo, trastornos específicos del lenguaje, y deficiencias intelectuales o motrices. Estos niños, que a menudo enfrentan desafíos significativos en la comunicación, encuentran en SIMA un aliado para mejorar su interacción y reducir conductas desafiantes.
“Particularmente, SIMA se destaca en su capacidad para mediar y facilitar estrategias educativas con niños autistas no verbales. Gracias a sus ocho motores y la movilidad que le otorgan, el robot puede interactuar dinámicamente, conectándose a través de una aplicación móvil, potenciando sus capacidades con inteligencia artificial para mantener conversaciones naturales”, explica.
Sin embargo, esta herramienta está recomendada para niños a partir de los cuatro años, alineándose con las recomendaciones de la OMS, UNESCO y UNICEF. SIMA se integra en el entorno educativo para complementar la enseñanza a partir de los cuatro años, cuando los niños ya están más preparados para este tipo de interacción tecnológica.
La plataforma de SIMA ofrece a los docentes una amplia biblioteca de actividades didácticas organizadas por niveles y áreas de aprendizaje. Entre sus programas, destaca el fomento lector para estudiantes de segundo y tercero básico, y un programa de inglés para adolescentes en middle school, diseñado para mejorar la habilidad de speaking y reducir la timidez o vergüenza en la práctica del idioma.
La integración de la tecnología en la educación es inevitable y necesaria. Ejemplos como el de SIMA Robot se convierten en herramientas esenciales para los profesores, facilitando la planificación y ejecución de clases más interactivas y dinámicas. Además, la IA permite generar instrumentos de evaluación y obtener ideas innovadoras de manera sencilla y eficiente.
Sin embargo, para que la tecnología sea verdaderamente beneficiosa en el proceso educativo, es crucial que se utilice de manera guiada y controlada. Padres, madres y docentes deben trabajar juntos para establecer un entorno digital seguro y productivo para los estudiantes, fomentando un uso responsable y educativo de la tecnología. Solo así se podrá aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la era digital y preparar a las futuras generaciones para los desafíos del mundo moderno.