La hiperglucemia está en tus manos: hábitos saludables para controlar el azúcar

La hiperglucemia, o elevación anormal de los niveles de glucosa en la sangre, es una condición que puede afectar tanto a personas con diabetes como a quienes aún no han sido diagnosticadas. Aunque muchas veces pasa desapercibida en sus primeras fases, mantener niveles altos de azúcar en la sangre durante períodos prolongados puede tener consecuencias graves para la salud, desde daño en órganos vitales hasta complicaciones agudas como el coma diabético.
Marie Paulette Étienne, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), enfatiza que es importante mantener una vida saludable, y esto requiere un equilibrio integral que combine la alimentación, los hábitos y la actividad física para evitar complicaciones.
“Últimamente, varios alimentos contienen un alto índice de azúcar. Entonces, al consumirlos, estamos elevando nuestros niveles de azúcar. Esto desencadena la resistencia a la insulina, y es un paso hacia la diabetes”, explica Étienne.
La hiperglucemia representa un riesgo serio para la salud, especialmente cuando es sostenida en el tiempo. Los síntomas más comunes de hiperglucemia incluyen sed excesiva, necesidad frecuente de orinar, visión borrosa, fatiga, pérdida de peso involuntaria y heridas que tardan en sanar.
Recomendaciones generales
Para evitar la hiperglucemia, el primer paso es adoptar un estilo de vida saludable. Una alimentación equilibrada —rica en fibra, vegetales, legumbres, cereales integrales y proteínas magras, baja en azúcares refinados y grasas saturadas— es fundamental. Comer en horarios regulares y en porciones moderadas ayuda a mantener estables los niveles de glucosa en sangre.
Además, es importante reducir el consumo de azúcares añadidos y carbohidratos refinados, ya que estos pueden afectar negativamente los niveles de glucosa y la salud metabólica.
La actividad física regular también desempeña un papel clave, ya que el ejercicio ayuda a que las células utilicen la glucosa de manera más eficiente. Basta con 30 minutos diarios de caminata, bicicleta o baile para notar beneficios. Es fundamental consultar con un profesional sobre el tipo e intensidad adecuados.
“El azúcar nos permite generar procesos metabólicos que nos dan energía, y el combustible es el azúcar. A partir del azúcar nosotros obtenemos el ATP para que todo nuestro organismo funcione”, explica Étienne.
Mantener un peso adecuado no solo mejora la calidad de vida, sino que también desempeña un papel clave en la prevención de la hiperglucemia y otras complicaciones asociadas a la diabetes. Un peso saludable ayuda a regular mejor la sensibilidad a la insulina, facilita el control de los niveles de glucosa en sangre y reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Para evitar el sedentarismo, se recomienda interrumpir los períodos prolongados de inactividad levantándose y realizando movimientos ligeros al menos cada 30 minutos. Pequeñas acciones como estirarse, caminar unos minutos o subir escaleras contribuyen a mejorar la circulación, activar los músculos y mantener estables los niveles de glucosa.
El descanso nocturno adecuado es fundamental para el equilibrio hormonal y metabólico. Dormir menos de 7 horas o más de 9 de forma habitual puede alterar la regulación del azúcar en sangre, aumentar el apetito y dificultar el control del peso. Se aconseja establecer una rutina de sueño regular, evitar el uso de pantallas antes de dormir y crear un ambiente tranquilo que favorezca el descanso profundo y reparador.
Si la hiperglucemia no es controlada, puede dañar los vasos sanguíneos, el corazón, los riñones, los ojos y los nervios, aumentando el riesgo de enfermedades como daño cardiovascular, neuropatía, nefropatía diabética, infecciones frecuentes, retinopatía, problemas en los pies y complicaciones agudas como diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2, ambas potencialmente mortales si no se tratan a tiempo.
Las causas más frecuentes de hiperglucemia son una alimentación inadecuada (alta en azúcares y carbohidratos simples), la falta de actividad física, el estrés, infecciones, omisión de medicamentos o dosis incorrectas en personas con diabetes. En ocasiones, también puede aparecer como señal temprana de prediabetes o diabetes tipo 2.
En casos más extremos, un estudio sobre hiperglucemia de la American Diabetes Association (ADA) mostró que el 60 % de los pacientes diabéticos hospitalizados tuvo al menos una glucemia superior a la normal, asociándose a mayor mortalidad y complicaciones si no se ajustaban los tratamientos correctamente. La evidencia indica que mantener la glucosa dentro de rangos normales, incluso en situación hospitalaria, reduce la mortalidad y las complicaciones críticas.
Por otro lado, en caso de presentar síntomas de esta afección, es fundamental consultar a un profesional de salud. Un diagnóstico temprano permite ajustar la dieta, el tratamiento y evitar complicaciones mayores, así como prevenir la progresión hacia la diabetes.
La hiperglucemia es una condición seria, pero prevenible. La educación, el autocuidado y el compromiso con hábitos saludables son las mejores herramientas para mantener el azúcar bajo control y asegurar una vida activa y plena.