La economía naranja de Cochabamba tiene rostro y forma de mujer

La economía naranja de Cochabamba tiene rostro y forma de mujer

Las mujeres ocupan cada vez más y mejores cargos en la economía de la Llajta. En promedio el porcentaje de participación de las mujeres en la economía creativa de Cochabamba es del 42%, aproximadamente, según el Censo de Economía Naranja realizado por el Instituto de Progreso Económico Empresarial (IPEE) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

“Podemos decir que cuatro de cada 10 mujeres están involucradas en la economía naranja de una forma u otra”, asegura Gabriela Sanjinés, directora del IPEE, a tiempo de puntualizar que esta participación tiene dos aristas.

La primera está vinculada a su presencia en puestos directivos y de toma de decisiones y la segunda tiene que ver con la participación de la mujer como fuerza trabajadora en la economía naranja.

El Censo de Economía Naranja da cuenta que cuatro de cada 10 cargos directivos o decisorios están en manos femeninas; cuatro de cada 10 trabajadores de actividades económicas son mujeres y ocho de cada 10 empresas son las que más están empleando a mujeres.

Tener cuatro de cada 10 mujeres en puestos directivos o que sean propietarias de emprendimientos es importante porque muestra los avances en este tema; sin embargo, es sustancial conocer también, en un futuro próximo, en qué condiciones lo están haciendo.

Para Sanjinés, conocer el tamaño de la empresa o emprendimiento del cual están al mando (las mujeres) es fundamental. Una cosa es que estén en cargos directivos de empresas grandes tomando decisiones importantes y otra, muy distinta, es que estén al frente de emprendimientos donde son las únicas trabajadoras o están dirigiendo emprendimientos familiares en condiciones de sobrevivencia.

Nuevamente, volvemos a ver la calidad de esta economía de la mujer que se está generando y solamente vamos a poder hablar de empleos de calidad o trabajo digno para las mujeres cuando todos los actores de este ecosistema (entidades gubernamentales, empresarios, academia y otros) podamos unirnos para mejorar estas condiciones a través de políticas e incentivos”, dice la directora del IPEE.

Los datos que muestra el Censo en sentido de que se estima que ocho de cada 10 trabajadores de la economía naranja son mujeres, son bastante alentadores porque se refleja la apuesta que las empresas están teniendo por la mano de obra femenina.

“Esto refleja datos que el BID maneja en su informe, donde indica que 13% más mujeres en los emprendimientos creativos en comparación con el resto y, según el último reporte de la Unesco, cerca de la mitad de quienes trabajan en las industrias culturales creativas son mujeres”, aclara la académica.

Participación de calidad en la economía naranja

Una participación de calidad del sector femenino se conseguirá sólo si todos los que forman parte de este ecosistema unen esfuerzos y recursos para que estas empresas y emprendimientos puedan formalizarse. Al hacerlo, podrán formalizar el empleo y, por lo tanto, generar trabajo digno.

La economía naranja puede jugar un rol importante para promover la igualdad de género, según Sanjinés.

Censo, punto de partida para el diseño de políticas públicas  

La información es poder. Hasta antes del Censo, en Cochabamba las diferentes instituciones y autoridades sólo podían “especular” respecto a la economía naranja cochabambina y su rol gravitacional para la generación de empleo y recursos.

A partir del Censo, Cochabamba cuenta con información fehaciente y una data completa que lo confirma para encarar investigaciones, tomar decisiones, o poner en marcha emprendimientos. La generación de datos sirve para que los tomadores de decisión, en todos los niveles, puedan usar esa información para tomar las decisiones más acertadas.

“En el caso de la economía naranja, con mayor razón, ahora que hemos visibilizado a esta economía, la hemos caracterizado y hemos detectado sus necesidades podemos empezar a generar políticas públicas para apoyar a los empresarios y emprendedores porque es necesaria la integración de todos los actores del ecosistema para poder promover esta economía naranja en la región”, puntualiza.

La informalidad, un problema estructural

El Censo de Economía Naranja -según Sanjinés, muestra la problemática de la informalidad, sin distinción de género y edad.

“Estimamos que, en Cochabamba, el 68% de los emprendimientos son informales y son los que más empleo están generando, pero no significa que sea un empleo de calidad o trabajo digno, es más podemos estimar que existe bastante subempleo y/o empleo familiar en estos emprendimientos”, dice la experta.

Estos datos no son hechos aislados que solo se presenten en Cochabamba, sino se trata de un problema estructural de la economía en toda la región (América Latina y el Caribe).

Según el informe “10 años impulsando la cultura y la creatividad. El compromiso del BID con las industrias culturales”, del Banco Interamericano de Desarrollo BID el año 2022, el 24% de los trabajadores de la economía naranja pertenecen a la informalidad y el 18% está trabajando de manera intermitente.

Sanjinés puntualiza que estos datos afectan más a grupos vulnerables como lo son las mujeres y los jóvenes que, seguramente, son los que más están siendo afectados por esta informalidad laboral.

Censo de economía naranja

El Censo de economía naranja se realizó, entre 2022 y este año, a 2.260 unidades económicas del municipio de Cercado en dos etapas y será ‘punta de lanza’ para extender la investigación a más comunas a fin de visibilizar todo el panorama de Cochabamba a nivel económico.

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