El cáncer de ovario en Bolivia ocupa el quinto lugar de mayor incidencia en las mujeres según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Médicamente se describe como una neoplasia maligna que se origina en las células del ovario, los órganos reproductores femeninos encargados de producir óvulos y hormonas.
La directora de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifraz, Griselda Vargas, aboga por una detección temprana como mejor estrategia para combatir el cáncer.
Los síntomas del cáncer de ovario son inespecíficos y pueden ser sutiles en las etapas iniciales de la enfermedad. Un síntoma común tiene que ver con la distensión abdominal producto de la acumulación de líquido en la cavidad abdominal (ascitis).
Otros síntomas que pueden alertar de un posible cáncer de ovario pasan por el dolor pélvico crónico que puede ser causado por la presencia de un tumor en el ovario que ejerce presión sobre estructuras adyacentes.
Los especialistas enumeran otras dolencias como el cambios en los hábitos intestinales, la sensación de saciedad temprana debido al aumento de tamaño del ovario o la liberación de sustancias que afectan el apetito. También recomiendan prestar atención a la fatiga constante y las alteraciones menstruales debido a la disfunción hormonal.
Ante la presencia de estos síntomas se recomienda asistir al médico para realizarse los exámenes correspondientes a fin de lograr una detección precoz que es fundamental en el tratamiento.
Vargas señala que el cáncer de ovario puede afectar a mujeres de diferentes edades, pero la incidencia aumenta con la edad. La mayoría de los casos se presentan en mujeres posmenopáusicas, pero también puede ocurrir en mujeres jóvenes.
Además de la edad, existen varios factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de desarrollar cáncer de ovario. Desde los antecedentes familiares de cáncer o las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2, pasando por la nuliparidad (no haber tenido hijos), la menopausia tardía o la exposición prolongada a hormonas exógenas.
Los hábitos propios del sedentarismo y el tabaquismo son otros factores que alientan la aparición del cáncer.
Es fundamental generar conciencia sobre el cáncer de ovario y promover la detección y diagnóstico tempranos. Los exámenes de detección se realizan de manera regular. Aunque no existen pruebas de detección específicas, se pueden realizar estudios en mujeres con alto riesgo o síntomas persistentes.
Y mantener un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras y alimentos con fibra, y limitar el consumo de alimentos procesados y grasas saturadas. Además, mantener un peso saludable y hacer ejercicio de manera regular.