«No puedo hablar ahora, estoy en una reunión», dice Gabriel entre susurros, antes de colgar el celular; en realidad, está en una consulta con su psicólogo. Afligido por varios problemas personales, y por insistencia de un familiar, decidió buscar ayuda profesional. Como él, son muchas las personas que temen que se las tache de ‘enfermos mentales’ o débiles. Sin embargo, estos prejuicios dejaron de ser una noción general, pues cada día son más, aquellos que otorgan una mayor relevancia a su salud mental y ven a los profesionales en psicología como un importante apoyo en sus vidas.
La decisión de acudir a un psicólogo es absolutamente personal y depende esencialmente de una valoración subjetiva realizada por cada persona, en función de la necesidad que ésta sienta de buscar ayuda para mejorar ciertos aspectos de su vida, afrontar situaciones complejas, entre otros.
Hasta hace no mucho, solo se tenían en consideración las enfermedades y los problemas físicos como problemas de salud, dejando todo lo que engloba la salud mental, descrita por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como «un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad».
¿Por qué es importante acudir al psicólogo?
A lo largo de la vida surgen una infinidad de circunstancias que nos generan problemas emocionales, niveles altos de ansiedad, depresión. En esos momentos, es posible que surja la pregunta ¿necesito apoyo psicológico?
En América Latina, un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que los trastornos depresivos son los más predominantes en la región, seguidos por los trastornos de ansiedad. Ante esta realidad, es fundamental priorizar la prevención y la atención a cualquier síntoma de deterioro en la salud mental, para permitir a la persona un desarrollo intelectual y emocional óptimo.
Para Ana Patricia Flores, psicóloga del Programa de Prevención de la Violencia Sexual Infanto Adulta SEPAMOS, esta decisión es muy importante, pues permite a la persona sanar, liberarse de aquello que afecta a la persona en su vida diaria en diversos niveles. “Para gestionar las emociones, empezar a trabajar en uno mismo y poder escuchar esa voz interior que te dice que algo está ocurriendo, que necesitamos ser escuchados”, afirma.
¿Cuándo es un ‘buen momento’ para buscar ayuda profesional?
Existen personas que acuden al psicólogo por motivos muy diversos; por ejemplo, por problemas emocionales, comportamientos negativos que no logran controlar (hábitos, celos excesivos, conductas agresivas), dificultades de relacionamiento, limitaciones de desarrollo personal y social, trastornos alimenticios, de sueño, problemas de índole sexual, entre otros.
Por otro lado, muchas personas acuden al psicólogo en búsqueda de incrementar su satisfacción con aspectos específicos de su existencia o de su vida en general. Cualquiera de estos motivos, y muchos otros, son válidos y suficientes para acudir a un profesional.
Para Flores, acudir a terapia es un indicador de amor hacia uno mismo y de preocupación por su propio bienestar. Es un signo de autocuidado, de querer crecer y avanzar en su vida. Argumenta que es normal, como seres humanos, necesitar la ayuda de otra persona para lograr diversos objetivos.
“Ir a terapia te ayuda mucho en la restructuración de tu sistema, para que puedas sentirte satisfecho, es gratificante poder vivir día a día sin sentir culpa, sin sentir miedo, sintiendo más seguridad; para ello, es importante conocerte a ti mismo, estar consciente de tus límites y tus potencialidades” asegura.
¿Cómo saber si necesito la ayuda de un psicólogo?
Carla, de 32 años de edad, se vio sobrepasada hace algunos meses por una relación sentimental complicada, lo cual la sumió en un estado de depresión que terminó afectando su trabajo, relaciones familiares y en su círculo social, por lo que decidió buscar la ayuda de un psicólogo que encontró tras una búsqueda por redes sociales.
«Me habría gustado ir por la recomendación de alguien, pero no conocía a nadie que hubiera acudido a terapia, al menos que yo supiera», afirma. Al principio, no se lo dijo a nadie, pues «tenía miedo de que me juzgaran, de que pensaran que era débil o que me pasaba algo raro», reconoce. A medio año de su primera sesión, su círculo cercano es testigo del progreso que tuvo gracias a la terapia, asegura.
A criterio de la especialista de SEPAMOS, la naturaleza es tan sabia que, cuando alguien tiene muchas cosas que lo aquejan a nivel emocional, el cuerpo lo expresa de diversas formas, por ejemplo, a través de diversos síntomas como la caída del pelo, manchas en el cuerpo, alergias u otros como falta de sueño, cambios repentinos de humor, falta de apetito o estrés.
“Es ahí donde uno debe percatarse que su cuerpo necesita desahogarse, e ir al Psicólogo es hablar, sentirse escuchado, ahí ya empiezas a sanar, por eso muchos, después de la primera sesión de terapia, dicen he dejado algo, porque dejan su sufrimiento, dolor, desesperanza”.
Un psicólogo es un profesional que, tras una evaluación especializada, otorga al paciente una serie de pautas y estrategias para ayudarlo a llevar una vida más satisfactoria.