En la conclusión de la Feria Internacional del Turismo, FITUR 2023, que se realizó en Madrid, España, el Secretario General de la OMT, Zurab Pololikashvili, pidió a los estados contemplar el turismo como un motor reconocido del desarrollo sostenible, el crecimiento y las oportunidades en las regiones de América Latina y el Caribe.
A pesar de estos aspectos, la pandemia y las restricciones impuestas a nivel mundial dejaron una sentida huella en el turismo. Sobre todo em el año 2020 cuando se expandió el temor al virus. Ese año registró una caída global de visitantes nacionales y extranjeros del 72%, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
En el caso boliviano, la recuperación aún es lenta. El Instituto Nacional de Estadística (INE) estima que, en 2021, el país registró una caída del 80% en el turismo receptivo.
En 2022, el sector mostró un 48% de incremento con el arribo de turistas extranjeros. Para este 2023 se espera una recuperación total con la normalización de los viajes a nivel mundial y la confianza interna para desplazarse.
Las empresas vinculadas con la economía naranja en el país han visto la necesidad de reinventarse, recurriendo a ese gran paraguas que caracteriza a esta nueva década como es la tecnología.
Y es que, ahora, es el momento de repensar no solo los beneficios de esta actividad económica sino el rumbo de la profesión y lo que es capaz de ofrecer. En la mira, se apuesta a un futuro sostenible y próspero. Por eso mismo, se calificó al turismo como una industrias sin chimeneas.
Desde las universidades también se entiende esta oportunidad como un llamado para la formación de profesionales capaces e innovadores, multidisciplinarios, con dominio de uso de big data y manejo de redes sociales.
Un camino seguro
En ese contexto, carreras como la de Administración de Hotelería y Turismo constituyen una alternativa para las personas que aman el país, la naturaleza, valoran la cultura y la dan a conocer.
Las oportunidades son grandes, empezando por un mejor conocimiento del segmento, del perfil del turista, de los atractivos a los que quiere llegar, qué intereses tiene, por qué con las tecnologías se puede llegar de forma personalizada al turista; para poder luego aplicar está información en los circuitos, destinos que se vayan a ofertar.
La mirada del turismo al área rural se enfrenta a grandes posibilidades si el Estado quiere tomar el rubro como un potencial económico. La presencia del turismo interno en lugares no convencionales se enfrenta a la falta de espacios de recepción como alojamientos, habilitación de accesos, políticas de incentivo para potenciar iniciativas.
En un inicio, esta carrera era considerada exclusiva para mujeres. Bustillos, asegura que esta percepción ha ido cambiando y que, actualmente, hay un equilibrio de género.
“La verdad hasta el momento, Administración de Hotelería y Turismo era pretendida fundamentalmente por el género femenino, es una percepción personal; sin embargo, últimamente hay un equilibrio, los varones son fundamentales para la carrera”, asegura Bustillos.
Mirando el presente, una carrera como Hostelería y Turismo afronta «los retos que nos brindan oportunidades y como profesionales tenemos la oportunidad de innovar, repensar el turismo y de cambiar las formas de hacer las cosas y hacerlas mejor”, concluyó la autoridad académica.