Por Manuel Filomeno
Los movimientos son naturales, como si el robot siguiera con los ojos los movimientos de las personas que pasan delante de ellos, pero en realidad, están siendo controlados por un smartphone, a unos metros de distancia. Se trata de un proyecto realizado por estudiantes de Ingeniería de Sistemas, que, si bien se encuentra en fase inicial, tiene un gran potencial.
El proyecto consiste en unos ojos robóticos capaces de imitar los movimientos naturales del ojo humano. Este avance combina hardware y software con aplicaciones potenciales que podrían impactar diversos sectores sociales y tecnológicos.
“El proyecto que estamos presentando son unos ojos robóticos, los cuales simulan los movimientos de un ojo humano. Estos son controlados a través de una aplicación móvil que permite una amplia variedad de comandos que hacen a los ojos parpadear, mirar fijo, desviar la mirada, entre otras acciones naturales”, detalla Rodrigo Kevin Pacheco, estudiante de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Pacheco explica que para la construcción del prototipo se utilizó el microcontrolador ESP32, un System-on-a-Chip (SoC) que destaca por su bajo consumo energético, conectividad Wi-Fi y Bluetooth, haciéndolo ideal para aplicaciones industriales.
Además, el equipo trabajó con moduladores y una placa customizada (personalizada). En cuanto al software, la programación se realizó en Arduino IDE, una herramienta que facilita la creación de códigos que permiten el funcionamiento de los componentes programables.
“El corazón del proyecto es el hardware, pero también se puso mucho empeño en la aplicación, simple pero funcional, que controla el robot a distancia. La idea es que, solo con unos comandos básicos, se pueda obtener una amplia gama de movimientos naturales y precisos”, puntualiza.
Esta interfaz móvil convierte al dispositivo en algo versátil y accesible, allanando el camino para aplicaciones más complejas en el futuro.
Un potencial que trasciende el aula
Si bien el desarrollo actual está en su etapa inicial, el equipo tiene ambiciosas metas a mediano y largo plazo. “Esperamos que con más trabajo este proyecto pueda tener un impacto en la sociedad escalando las posibilidades de la tecnología. Por ejemplo, este robot puede ser equipado con cámaras de alta definición para convertirse en una cámara de vigilancia”, señala Pacheco.
La posibilidad de integrar reconocimiento facial mediante inteligencia artificial (IA) permitiría identificar personas y contribuir, por ejemplo, a la prevención de secuestros y robos.
Además, la adaptabilidad del sistema desarrollado permitiría instalar estos dispositivos en puntos estratégicos de las ciudades y, su capacidad para captar y procesar imágenes en tiempo real, podría fortalecer sistemas de seguridad pública o incluso optimizar las labores de monitoreo en industrias y centros comerciales.
Sin embargo, el impacto del proyecto no se limita a la vigilancia. Los ojos robóticos podrían encontrar aplicaciones en otros campos, como la educación, donde dispositivos similares son utilizados para enseñar robótica y programación básica a estudiantes.
Los antecedentes de esta tecnología muestran que dispositivos similares ya se emplean en investigaciones de inteligencia artificial y visión por computadora, donde se utilizan para desarrollar y probar algoritmos de reconocimiento facial y seguimiento de objetos. Pero lo que distingue a este proyecto es la integración de hardware y software en un formato accesible y escalable, que podría llegar a múltiples sectores.
Metodología educativa con impacto social
Este desarrollo no es casualidad; forma parte de los proyectos integradores de la carrera de Ingeniería de Sistemas de Unifranz. Esta metodología educativa tiene como objetivo vincular el aprendizaje teórico con la resolución de problemáticas del mundo real. “La idea es aplicar lo aprendido en el aula para transformar y mejorar las comunidades en las que vivimos”, menciona Pacheco.
Estos proyectos permiten a los estudiantes enfrentar desafíos reales y crear soluciones innovadoras, fomentando el pensamiento crítico, el trabajo en equipo y el uso de tecnologías emergentes. La creación de los ojos robóticos no solo demuestra el potencial de los futuros ingenieros, sino que también resalta la importancia de la educación práctica y su impacto en la sociedad.
“Este tipo de desarrollos pueden inspirar a otros estudiantes y mostrarles que, con las herramientas adecuadas, podemos resolver problemas reales y aportar al desarrollo tecnológico de nuestro país”, concluye Pacheco.
La combinación de tecnología accesible, aplicaciones sociales y un enfoque práctico convierte a este proyecto en una iniciativa prometedora. Los ojos robóticos no solo son un logro académico, sino también un ejemplo de cómo la innovación estudiantil puede contribuir al avance tecnológico y social.