Estudiantes de Unifranz impulsan soluciones a la desnutrición y sobrepeso infantil en Laja 

Por Manuel Joao Filomeno Nuñez

La comunidad de Caicoma, en el municipio de Laja, enfrenta un desafío silencioso: escolares con desnutrición, sobrepeso y hábitos alimentarios poco saludables. Un reciente estudio realizado en la Unidad Educativa Mejillones analizó la alimentación y  la situación nutricional de 14 niños y permitió implementar acciones para mejorar su actividad física.

“Queríamos evaluar el estado nutricional de los estudiantes viendo su consumo de alimentos y su actividad física”, explica Luis Fernando Hilaquita, uno de los estudiantes de Medicina de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) que participó en el proyecto. Su equipo identificó que, pese a ser una comunidad agrícola, la dieta infantil seguía basada en carbohidratos simples y productos procesados, con poca incorporación de frutas, verduras o proteínas.

Los estudiantes responsables del estudio fueron Ledy Álvarez Ticona, Milagros Luciana Condori Calizaya, Luis Ángel Kimy Carranza Trejo, Luis Fernando Hilaquita Colque, Gilber Gustavo Huaynacho Ventura, Valeria Dayane Ligue Yucra, Anyela Xiomara Manrique Charaga, Erika Pérez Conde, Edrian Paul Ramírez Escobar, Luis Fernando Salguero Rivas y Aylin Sheyla Valle Corrales, todos cursantes del sexto semestre de Medicina, quienes trabajaron bajo la supervisión de Miriam Doritza Bautista Callisaya, docente en la carrera de Medicina de esta Casa de Estudios Superiores. Su labor conjunta permitió realizar el diagnóstico nutricional, la intervención educativa y la reactivación del biohuerto en la comunidad de Caicoma.

Los resultados del estudio evidenciaron que el 14,3% de los niños presentaba talla baja, mientras que el grupo sedentario concentraba el 100% de los casos de sobrepeso. Asimismo, las tablas y mediciones mostraron un consumo irregular de verduras, lácteos y frutas, frente a un uso frecuente de alimentos ultraprocesados. Esta combinación de factores configuró lo que los investigadores llaman “doble carga de malnutrición”: coexistencia de déficit nutricional y exceso de peso.

Ante este panorama, el equipo desplegó una intervención educativa centrada en fortalecer hábitos saludables. Valeria Ligue detalló que uno de los pilares fue promover alimentos tradicionales del altiplano. “Hemos hecho talleres basados en cereales andinos como la cañahua y la quinoa. Los padres, los niños y las autoridades han aprendido recetas y participaron en una feria gastronómica”, explica.

La comunidad valoró especialmente la reactivación del biohuerto escolar, inactivo durante cuatro años. “Con ayuda de un agrónomo lo rehabilitamos para que las familias puedan cosechar verduras y mejorar su alimentación diaria”, relató Ligue. La falta de transporte hacia Caicoma dificulta el acceso a productos frescos; por ello, el biohuerto se convirtió en una herramienta clave para asegurar alimentos nutritivos a corto y largo plazo.

Además, los estudiantes impartieron talleres de lavado de manos, coordinando también charlas con una nutricionista para reforzar la educación alimentaria. A lo largo de cuatro visitas, lograron una relación cercana con los niños y sus familias, quienes participaron activamente en las actividades del proyecto.

Los hallazgos reflejan una problemática estructural. “Encontramos desnutrición y obesidad al mismo tiempo. Por eso era fundamental trabajar tanto la alimentación como la actividad física”, destacó Hilaquita, subrayando la necesidad de mantener programas continuos en la zona . Los estudiantes activos presentaron índices normales de IMC, mientras que los más sedentarios mostraron los casos de sobrepeso más elevados.

Ligue añadió que la experiencia dejó abierto un camino para futuros trabajos comunitarios. “Podría ser el inicio de un gran proyecto para ayudar a más comunidades y comparar resultados”, afirmó, destacando la apertura mostrada por los habitantes de Caicoma y el interés de las autoridades locales.

Este trabajo forma parte de los Proyectos Integradores desarrollados por Unifranz, iniciativas académicas que permiten a los estudiantes enfrentar problemas reales de la sociedad y aplicar los conocimientos adquiridos en el aula a situaciones concretas. Estos proyectos, parte del modelo educativo innovador de la universidad, buscan que los futuros profesionales desarrollen competencias prácticas, pensamiento crítico y sensibilidad social mientras generan impacto en comunidades que requieren apoyo.

Gracias a esta experiencia, el equipo no solo dejó capacidades instaladas en Caicoma, sino que también construyó evidencia valiosa para futuras intervenciones en nutrición escolar en zonas rurales del país.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *