La era digital demanda de las empresas una transformación en sus sistemas y estructuras, y es indispensable incorporar nuevos roles. Esta visión centra la atención en el cliente, permite procesos más ágiles y estratégicos, con un enfoque de innovación constante.
La transformación digital ayuda a una organización a seguir el ritmo a las demandas emergentes de los clientes. Permite que las organizaciones compitan mejor en un entorno económico que cambia constantemente, a medida que la tecnología evoluciona. Con ese fin, la transformación digital es necesaria para cualquier empresa, organización sin fines de lucro o institución que busque sobrevivir en el futuro.
Entre las herramientas clave para la transformación digital se tiene a la computación en nube, por ejemplo, que le otorga a la organización un acceso más rápido al software que necesita, nuevas funcionalidades y actualizaciones, además de almacenamiento de datos.
La tecnología de información permite a una organización enfocar su inversión de talento y el dinero destinado a una investigación y desarrollo en soluciones personalizadas que respalden sus requisitos. Las plataformas móviles, permiten que el trabajo se realice donde sea y cuando sea. Y, el machine learning y las tecnologías de inteligencia artificial brindan a las organizaciones conocimientos para tomar decisiones más precisas sobre ventas, marketing, desarrollo de productos y otras áreas estratégicas.
La estructura tradicional de una empresa concentraba cargos por jerarquía, por ejemplo, se contaba con el director o presidente, gerentes de áreas, jefes de departamento, supervisores y operativos. “Estos roles se basan principalmente en gestionar recursos, operaciones y personas, sin un enfoque marcado en la tecnología”, explica Esteban Rioja, director de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Para una transformación digital se requiere que en la estructura se incorporen nuevos roles estratégicos, afirma el académico. “Los nuevos roles son aquellos que se centran en la innovación, la tecnología y la adaptabilidad al cambio. Responden a las necesidades emergentes de una economía digitalizada y globalizada, y suelen estar muy ligados al manejo de tecnologías, análisis de datos, experiencia del usuario y gestión del cambio”, agrega.
Roles con función específica
Entre los nuevos roles en la empresa se tiene al especialista en Experiencia del Usuario (UX), que se enfoca en comprender y mejorar la experiencia del cliente con productos o servicios digitales. Luego, el científico de datos, que analiza grandes cantidades de datos para obtener insights y tomar decisiones basadas en ellos.
Está el especialista en ciberseguridad, que asegura la protección de la infraestructura y los datos de la empresa ante amenazas. El gestor de cambio digital se encarga de liderar y facilitar la adaptación de la empresa a las nuevas tecnologías y procesos digitales.
Finalmente, detalla Rioja, está el especialista en marketing digital, que utiliza plataformas y herramientas digitales para promocionar productos o servicios.
“Estos roles surgen debido a la revolución tecnológica y digital que vivimos en las últimas décadas. La globalización, la masificación del internet y las redes sociales han modificado la forma de hacer negocios. Por ejemplo, en Bolivia hemos visto cómo plataformas digitales han revolucionado el mercado de ventas en línea, requiriendo profesionales especializados en e-commerce”, afirma Rioja.
Agrega que los nuevos roles son fundamentales para la supervivencia y el crecimiento en la era digital. En el país se adoptaron esas funciones para las Fintech o plataformas delivery, que reflejaron resiliencia y adaptabilidad al periodo de la pandemia.
En este tiempo de startups es recurrente la presencia del CEO (Chief Executive Officer) que es impulsor de las estrategias fundamentales, debe ser siempre el que tome la decisión final.
Para Rioja, con los nuevos roles, no necesariamente los anteriores quedarán obsoletos, pero algunos deberán evolucionar o adaptar sus funciones, como el gerente de ventas tradicional que podría sumar habilidades para ventas digitales.
La transformación o evolución de la estructura con nuevos roles, debe ser constante, para evaluar las tendencias del mercado, las necesidades de los clientes y avances tecnológicos. La visión institucional mejora y pasa de ser operativa a corto plazo, a una más estratégica.
En esa línea, la estructura con visión digital tiene una interacción más colaborativa entre los cargos. “Los equipos multidisciplinarios trabajan juntos en proyectos, fomentando la colaboración y la comunicación directa. Por ejemplo, un desarrollador, un diseñador y un especialista en marketing podrían trabajar juntos en el lanzamiento de una nueva aplicación para el mercado boliviano, sin necesidad de una estructura jerárquica rígida”, afirma el docente de Unifranz.