El uso de Vapes: una amenaza silenciosa para la salud de los jóvenes

Por Aldo Juan Peralta Lemus

Imagen Unifranz

En los últimos años, el uso de cigarrillos electrónicos o vapeadores —conocidos popularmente como vapes— ha aumentado considerablemente entre los jóvenes. Aunque inicialmente fueron presentados como una alternativa “más segura” al cigarrillo tradicional, hoy numerosos estudios científicos y organismos de salud advierten que su consumo conlleva graves riesgos para la salud, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes.

Gabriel Mendoza, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), advierte que muchos de estos dispositivos no cuentan con regulación adecuada y, en algunos casos, incluso se comercializan con fechas de caducidad vencidas, lo cual evidencia la falta de control en su distribución y comercialización.

“Comparado con el cigarrillo el Vape no es cancerígeno, pero tampoco es sano, porque este tipo de vapor que se inhala deja residuos en el pulmón. Se ha descubierto que causa un nuevo tipo de neumonía: la neumonía oleosa. Ósea se produce como una concentración de grasa dentro del pulmón”, destaca Mendoza.

Los vapeadores, o cigarrillos electrónicos, han ganado popularidad, especialmente entre jóvenes. El atractivo de los vapeadores se debe, en parte, a su diseño moderno, sabores frutales y campañas de marketing que los presentan como inofensivos. Sin embargo, detrás de ese vapor aromatizado se esconden sustancias químicas que pueden causar daños respiratorios, cardiovasculares y neurológicos.

Estudios, como uno publicado en The New England Journal of Medicine, han demostrado que el aerosol de los vapeadores contiene sustancias químicas tóxicas (como formaldehído y acroleína) que causan inflamación pulmonar y pueden contribuir a enfermedades como la bronquitis crónica o el asma.

Los cigarrillos electrónicos, también conocidos como «vapes» o «vaporizadores», son dispositivos que calientan un líquido, generalmente con nicotina, para producir un aerosol que los usuarios inhalan. Este aerosol se presenta como vapor, pero contiene sustancias químicas y potencialmente tóxicas además de la nicotina.

La nicotina, uno de los principales componentes de estos dispositivos, es una droga altamente adictiva que afecta el desarrollo cerebral en menores de 25 años. El consumo temprano de nicotina puede alterar funciones cognitivas, reducir la capacidad de concentración y aumentar la vulnerabilidad a otras adicciones.

“Estos Vape, que son baratos, no son regulados por empresas, y tiene muchos químicos que se pueden acumular, e inclusive estos químicos tienen fecha de vencimiento o caducidad, y aun así se están vendiendo. Entonces es ahí donde no hay regulación para este tipo de “vapeos” y por eso son más perjudiciales”, explica el académico.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el vapeo no es inofensivo, porque contiene sustancias tóxicas como el propilenglicol, glicerina vegetal, metales pesados y compuestos volátiles que pueden provocar inflamación pulmonar e incluso enfermedades crónicas. 

El daño más recurrente es Evali (Lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos) identificada en 2019, que ha encendido las alarmas en diferentes países. Esta afección está relacionada con el uso de vapeadores, especialmente por los productos que contienen acetato de vitamina E o THC. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en Estados Unidos hasta octubre de 2020, se reportaron 2,807 casos de Evali, con 68 muertes confirmadas.

Sin embargo, las afecciones relacionadas con estos dispositivos, van más allá del daño pulmonar. Otros de los riesgos asociados para los jóvenes tienen que ver con: 

  • Puerta de entrada al tabaquismo: Un metanálisis en Jama Pediatrics, encontró que los adolescentes que usan vapeadores tienen hasta tres veces más probabilidades de empezar a fumar cigarrillos tradicionales, en comparación con los que no vapean.
  • Atracción por sabores y marketing: Los sabores dulces (frutas, caramelos) y las campañas de marketing dirigidas a jóvenes, como las de marcas reconocidas, han aumentado su uso. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés, en 2022, informó que el 85% de los adolescentes que vapean prefieren sabores, lo que facilita la iniciación.
  • Impacto social y psicológico: Según un estudio de Nicotine & Tobacco Research, el uso de vapeadores está asociado con ansiedad y depresión en adolescentes, debido a la presión social y la adicción.

Otro punto preocupante es la percepción equivocada de que el vapeo ayuda a dejar de fumar. Si bien algunos adultos lo utilizan como estrategia de reducción de daños, en el caso de los jóvenes que nunca fumaron antes, el vapeo puede causar adicción más rápidamente que los cigarrillos convencionales, sirviendo como puerta de entrada al tabaquismo y otras sustancias.

Los estudios y alertas médicas muestran que el vapeo en jóvenes conlleva riesgos significativos para la salud física y mental. La nicotina presente en muchos dispositivos afecta el desarrollo cerebral (que no se completa hasta los 25 años), provocando daños irreversibles, dificultades en el aprendizaje, memoria y atención.

“A los jóvenes, hay que pensar mucho en su salud, por en general un cigarrillo no te hace cool o genial, solo dañará tu salud”, advierte el docente de medicina de Unifranz. En suma, utilizar estos dispositivos no se trata solo de una moda pasajera o una forma de terapia, sino de un hábito potencialmente peligroso que podría dejar huellas permanentes en toda una generación.

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Aldo Juan Peralta Lemus

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