El Alto: motor joven del Bicentenario
Por Ricardo Espinoza

Bolivia cumple 200 años de vida independiente, y más que una fecha, el Bicentenario es una invitación a mirar hacia atrás con memoria y hacia adelante con propósito. En dos siglos, ha atravesado profundas transformaciones sociales, económicas, culturales y políticas. Hoy, en esta nueva etapa de su historia, una ciudad se alza como símbolo de cambio, la resistencia y esperanza: El Alto.
Nacida del esfuerzo migrante, El Alto es una ciudad joven con alma milenaria, donde conviven culturas, lenguas, tradiciones y sueños. Cada día, miles de personas provenientes de distintos rincones del país llegan a su altiplano buscando nuevas oportunidades.
Aquí se emprende, se innova, se crea, se transforma. En menos de cinco décadas, El Alto pasó de ser un barrio periférico de La Paz a convertirse en una de las ciudades más pobladas e importantes de Bolivia, con un protagonismo cada vez mayor en la economía, la cultura y la política nacional.
Mirada del Bicentenario desde la ciudad más joven
El Bicentenario no es solo una celebración, es un compromiso. Y El Alto ya está cumpliendo el suyo: aportar al desarrollo del país con su dinamismo comercial, su vocación productiva, su creciente industrialización y, sobre todo, con su gente joven, creativa, resiliente.
Esta ciudad concentra hoy una de las mayores fuerzas estudiantiles de Bolivia. Jóvenes que se forman con el deseo de aportar al país desde sus talentos y profesiones.
En muchos casos, se trata de la primera generación de profesionales en sus familias, un logro que no solo refleja el mérito personal, sino también el esfuerzo de madres y padres que —aunque no accedieron ellos mismos a la universidad— comprenden el valor transformador de la educación. Hoy, no miden sacrificios para que sus hijas e hijos estudien y se formen bajo las mejores condiciones posibles, sabiendo que su éxito será también el de toda la familia.
En este contexto, la Universidad Franz Tamayo, Unifranz El Alto, con una población de más de 6 mil estudiantes, se posiciona como un actor clave en la formación de líderes del Bicentenario, comprometidos con la transformación social, el desarrollo sostenible y la innovación tecnológica.
“Rumbo al Bicentenario, recordamos que Bolivia se forjó en la lucha y el coraje de su gente. En Unifranz El Alto creemos que esa misma fuerza transformadora vive hoy en nuestras aulas, donde formamos profesionales capaces de conectar conocimiento con acción para afrontar los grandes desafíos nacionales en salud, tecnología, economía y justicia”, afirma la vicerrectora de este campus académico, Eve Gomez.
A 200 años de independencia, Bolivia se enfrenta a nuevos retos globales: el cambio climático, la transformación digital, las desigualdades persistentes, la necesidad de una economía más inclusiva. En este escenario, la juventud alteña emerge como fuerza transformadora, y la academia como plataforma para impulsar su talento y compromiso.