Educación, clave para la reinserción social

Educación, clave para la reinserción social

Por Patricia Pozo, directora de la carrera de Administración de Empresas de Unifranz El Alto.  

La educación es, sin duda, uno de los pilares fundamentales para la reinserción social de jóvenes y adolescentes en conflicto con la ley. En Bolivia, el sistema penal juvenil está orientado a proteger y rehabilitar a este sector vulnerable de la población; sin embargo, para que este proceso sea efectivo, es necesario incorporar herramientas que no solo promuevan el cumplimiento de la ley, sino que brinden a estos jóvenes la oportunidad de reconstruir sus vidas y contribuir de manera significativa a la sociedad.

En este contexto, la justicia restaurativa se presenta como un enfoque esencial, al alejarse del castigo punitivo para centrarse en la reparación del daño y la dignificación de la persona infractora. Esta visión se potencia mediante la educación, que se convierte en el vehículo más efectivo para dotar a los jóvenes de habilidades técnicas y profesionales que les permitan integrarse al mercado laboral y vivir de forma autónoma una vez recuperen su libertad.

Según el informe “Aprender entre rejas: Aprovechar los beneficios de la educación en las cárceles” (Unesco), la educación en contextos de alta vulnerabilidad, como el de las personas privadas de libertad, es crucial para la transformación de sus vidas. A través de la educación, los reclusos adquieren las competencias necesarias para cambiar su futuro, lo que tiene un impacto directo en su capacidad de reinserción efectiva en la sociedad.

Un claro ejemplo de este enfoque es el trabajo que actualmente se está desarrollando en el Centro de Rehabilitación de Qalahuma en La Paz, donde se ha implementado un programa de formación emprendedora que ya está beneficiando a 50 jóvenes privados de libertad, proporcionándoles las herramientas necesarias para desarrollar proyectos de negocio sostenibles.

Estos esfuerzos no solo buscan generar medios de vida para estas personas, sino también romper el ciclo de reincidencia y exclusión social que muchas veces los afecta.

El programa se replicará en otros centros penitenciarios, donde se espera trabajar con una cantidad similar de mujeres, con el objetivo de capacitarlas para que puedan generar sus propios ingresos y mejorar sus oportunidades de vida al reinsertarse con mejores expectativas en la sociedad.

Este tipo de iniciativas son fundamentales para garantizar que las personas privadas de libertad no solo cumplan una condena, sino que salgan de los centros penitenciarios con un plan de vida que les permita reintegrarse positivamente en su entorno social y económico.

Estos esfuerzos conjuntos entre la academia, el Estado y las organizaciones no gubernamentales buscan generar un ecosistema de apoyo integral que aborde las diversas barreras que enfrentan los jóvenes en riesgo, permitiéndoles desarrollar habilidades empresariales y mejorar sus condiciones de vida.

El desafío de la reinserción social es complejo y multifactorial, depende de una combinación entre educación, apoyo psicológico, oportunidades laborales y un entorno social que esté dispuesto a aceptar y acoger nuevamente a quienes han cumplido una condena. Empero, la educación sigue siendo la base sobre la cual se puede construir una reintegración sólida y sostenible, dotando a los jóvenes de las herramientas necesarias para que puedan convertirse en agentes de cambio en sus comunidades.

Finalmente, no podemos olvidar la justicia comunitaria, cuyos principios de diálogo, reconciliación y respeto están profundamente arraigados en las comunidades originarias y campesinas del país.

Estos valores, que coinciden con los de la justicia restaurativa, pueden servir de inspiración para diseñar modelos educativos de reinserción social que no solo ofrezcan una segunda oportunidad, sino que promuevan una verdadera transformación en la vida de los adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley.

La educación no solo debe entenderse como un derecho fundamental, sino como la herramienta más poderosa para romper el ciclo de la criminalidad y abrir puertas hacia un futuro más inclusivo y justo para todos.

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