Del papel a lo digital: el notario como garante de la verdad en la era tecnológica

Por Paula Beatriz Cahuasa

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El rol del notario ha trascendido la imagen tradicional del funcionario que certifica firmas y documentos. En el siglo XXI, el notariado se ha transformado en un actor fundamental para garantizar la seguridad jurídica en un mundo marcado por la digitalización, la interoperabilidad de sistemas y el auge de las tecnologías emergentes. 

Hoy, más que nunca, el notario es un profesional altamente capacitado, tanto en derecho como en tecnología, cuya labor impacta directamente en la vida cotidiana de las personas y en el buen funcionamiento del Estado, asegura Paola Rodríguez Zaconeta, notaria de fe pública N° 27 del municipio de La Paz.

“La figura del notario que conocíamos en 1858 ya no existe. Desde la promulgación de la Ley del Notariado en 2014, su función se ha reconfigurado. Hoy, el notario de fe pública debe estar a la vanguardia del gobierno digital en el Estado Plurinacional de Bolivia”, puntualiza.

Este nuevo perfil del notario responde a los retos del siglo XXI: verificar, asesorar, garantizar y acompañar procesos legales en un entorno cada vez más digital. El uso de tecnologías como la firma digital, los códigos QR, los códigos hash o la validación de documentos en línea no solo agiliza los trámites, sino que fortalece la seguridad jurídica y la confianza ciudadana en el sistema.

“El notario es hoy una figura técnica y legal a la vez. Debe conocer de derecho, sí, pero también debe ser capaz de explicar y aplicar herramientas tecnológicas que aporten valor a los usuarios. Su labor va más allá de validar firmas: asesora, guía y acompaña procesos personales y empresariales de gran trascendencia”, puntualiza Rodríguez Zaconeta.

Notariado: una disciplina integral y estratégica

El notariado boliviano ha pasado de ser una materia “accesoria” en la formación jurídica a convertirse en un área clave para el desarrollo profesional. Así lo afirma Yerko Paz Huet, docente de Derecho en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, especialista en derecho notarial y en medios alternativos de solución de controversias, como el arbitraje, la conciliación y la negociación.

“El notariado ha sido visto tradicionalmente como una rama menor del derecho, cuando en realidad es una de las más importantes. Su papel en la seguridad jurídica se ha vuelto esencial, más aún con la inclusión de herramientas digitales”, explica Paz Huet.

Desde su experiencia docente, Paz resalta que formar a futuros notarios requiere una visión integral. “Hoy, quienes aspiren a ejercer como notarios deben dominar no solo el derecho notarial, sino también el derecho civil, comercial, penal, sucesorio, administrativo e incluso internacional. Además, deben manejar herramientas LegalTech, porque la innovación ya no es opcional: es imprescindible”.

Desafíos de la era digital

La implementación de nuevas tecnologías dentro del sistema notarial plantea retos tanto a nivel técnico como humano. La interoperabilidad entre plataformas estatales, la protección de datos personales, la trazabilidad de documentos electrónicos y la validación remota son solo algunos de los desafíos que enfrentan los notarios bolivianos.

“El notariado boliviano, dentro del ámbito jurídico, es una de las áreas más avanzadas tecnológicamente. Utilizan firmas digitales, verificadores online y plataformas interconectadas. Están, sin duda, a la cabeza en cuanto a digitalización”, destaca el docente de Unifranz.

Para ambos especialistas, la educación en tecnología y derecho debe ir de la mano desde la formación universitaria. 

“No se puede improvisar. El notario moderno necesita formación constante, no solo en leyes, sino también en innovación, sistemas de gestión, digitalización documental y seguridad informática”, agrega Paz.

El notario como testigo del pueblo

El ejercicio notarial no solo se trata de certificar actos legales. Implica empatía, responsabilidad y vocación de servicio. “El notario es el testigo del pueblo, el fedatario de la gente. Su papel es garantizar que los actos legales de los ciudadanos se realicen con certeza, legalidad y transparencia”, señala Paz.

Desde testamentos, poderes, contratos y procesos de compra-venta hasta trámites empresariales y validaciones digitales, el notario es el profesional que da forma jurídica a la voluntad de las personas. En ese sentido, su intervención es esencial para preservar la legalidad en todos los niveles de la vida social.

“El mundo laboral notarial es exigente, pero también muy enriquecedor. Requiere una formación rigurosa, una mentalidad abierta a los cambios y una ética profesional a prueba de todo”, subraya Paola Rodríguez.

Formación para un futuro con legalidad y tecnología

Unifranz comprendió esta necesidad y fortaleció la formación en derecho notarial como parte esencial de su currícula en Derecho. A través de docentes con experiencia práctica y con una visión interdisciplinaria, los estudiantes son preparados para un mundo laboral que exige agilidad legal, dominio técnico y sensibilidad humana.

“La generación que estamos formando no solo tiene que ser experta en leyes. Tiene que saber interpretar códigos digitales, manejar software especializado, validar documentos electrónicos y entender las nuevas dinámicas jurídicas en la era digital”, afirma Paz.

El notario del siglo XXI no es un profesional del pasado. Es un actor clave del presente y del futuro. Su rol es imprescindible para garantizar una sociedad justa, segura y tecnológicamente adaptada. Desde Bolivia, este cambio ya se está gestando.

“La información es poder. Y cuando ese poder se traduce en certeza jurídica y protección de derechos, entonces hablamos de un notariado verdaderamente transformador”, concluye la notaria Rodríguez Zaconeta.

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Paula Beatriz Cahuasa

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