¡Cuidado! Cómo la automedicación puede afectar tu salud

Por Aldo Juan Peralta Lemus

Los medicamentos más comunes son los analgésicos y antiinflamatorios

Recurrir a la automedicación se ha convertido en una práctica común. Malestares como el dolor de cabeza, la fiebre o las molestias estomacales suelen tratarse de manera inmediata con fármacos sin prescripción médica, con la esperanza de encontrar un alivio rápido. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que esta costumbre puede acarrear graves consecuencias para la salud, incluso cuando se trata de medicamentos aparentemente inofensivos.

Marisol Molina, docente de la carrera de Bioquímica y Farmacia, señala que la automedicación se ha vuelto un hábito común entre las personas. Ante cualquier dolencia, muchos recurren a medicamentos como el paracetamol o el ibuprofeno, que, si bien son de uso frecuente, solo alivian los síntomas de manera temporal.

“Es muy importante el tema, ya que el uso irracional de medicamentos, después de la pandemia, ha incrementado en todo el mundo. Pensamos que todos somos médicos y nos automedicamos, o pedimos la opinión de otros: amigos, colegas, vecinos, para poder utilizar cualquier medicamento que les haga bien a ellos, sin tomar en cuenta que cada organismo es diferente”, explica Molina.

De la misma manera señala que, ante un malestar, las personas en lugar de consultar con un especialista, optan por fármacos sin considerar que el dolor o la molestia son señales del cuerpo que requieren una evaluación médica, más allá de un simple tratamiento paliativo.

Esta automedicación consiste en consumir medicamentos sin la supervisión o recomendación de un profesional de la salud. Aunque puede parecer una solución práctica, en realidad encierra múltiples riesgos, desde efectos secundarios indeseados hasta reacciones alérgicas severas. Incluso el uso repetido de ciertos fármacos puede desencadenar problemas más graves, como daños hepáticos, renales o cardíacos.

“Todos los antibióticos que entran por vía oral pasan por los riñones y el hígado. El daño que más ocasionan es a nivel hepático; es por eso que, a la larga, puede derivar en cirrosis. Esta enfermedad no es ocasionada solamente por el alcohol: también hay cirrosis por el estrés, cirrosis medicamentosa, cirrosis por enfermedades autoinmunes, y la que conocemos por alcohol”, explica la académica.

Uno de los grupos más comunes de medicamentos involucrados en la automedicación son los analgésicos y antiinflamatorios, como el ibuprofeno, el paracetamol o la aspirina. Estos fármacos, ampliamente utilizados para tratar el dolor y la fiebre, pueden causar efectos secundarios serios en los órganos (estómago, hígado y riñones) cuando se consumen en exceso o sin el control adecuado.

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el abuso de medicamentos como el paracetamol es una de las principales causas de hepatotoxicidad inducida por fármacos a nivel mundial, una condición que puede ser mortal si no se detecta a tiempo. Por otro lado, el paracetamol es seguro en dosis moderadas. El ibuprofeno y otros antiinflamatorios no esteroides (AINEs) pueden causar daños en el revestimiento del estómago, provocar úlceras o sangrados, y afectar la función renal.

“Otro de los órganos que puede ser dañado totalmente en este tema de la automedicación son los riñones, porque la orina es por donde nosotros eliminamos toda la toxicidad de nuestro cuerpo, a través de los riñones. Entonces, si estos medicamentos los tomamos irracionalmente, lamentablemente la parte tóxica va a ir dañando las nefronas de los riñones y, como consecuencia, a la larga dejará de funcionar adecuadamente. Estos dos órganos son los que más se dañan cuando utilizamos la automedicación de manera irracional”, explica Molina.

Según un reciente estudio de la National Kidney Foundation, destaca que el ibuprofeno y el naproxeno son responsables del 3 al 5 % de los casos de insuficiencia renal aguda en pacientes que los consumen sin control médico. Estos fármacos reducen el flujo sanguíneo a los riñones, afectando su capacidad de filtración.

Los medicamentos para la acidez estomacal, como los antiácidos, también pueden generar problemas si se usan de forma prolongada sin control médico. El consumo excesivo puede alterar la absorción de minerales esenciales como el calcio o el magnesio, derivando en problemas óseos o musculares.

Incluso los jarabes para la tos, que parecen inofensivos, pueden contener sustancias como la codeína, que tiene un efecto sedante y puede generar dependencia si se usa de manera continua o en dosis elevadas.

Para prevenir los riesgos de la automedicación, es fundamental promover la educación sobre el uso responsable de los medicamentos. Ante cualquier malestar, la mejor opción es consultar a un médico o farmacéutico, quienes podrán indicar el tratamiento más adecuado según un diagnóstico preciso. Asimismo, se debe evitar la costumbre de recomendar medicamentos a familiares o amigos, pues cada organismo responde de manera distinta.

“Realizarse un análisis es necesario, sobre todo en la parte microbiológica, para evitar las automedicaciones y los daños a la salud, sobre todo los que afectan órganos como el hígado o los riñones, que lamentablemente hoy en día presentan una tasa elevada de afectación”, destaca la académica.

La automedicación puede parecer una salida fácil, pero sus consecuencias pueden ser duraderas y, en ocasiones, irreversibles. Por ello, la clave está en la prevención, el asesoramiento profesional y la responsabilidad individual al momento de cuidar la salud.

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