Por Manuel Filomeno
Cubrirse el cuerpo, usar repelente, cubrir las ventanas con mosquiteros y destruir los criaderos de mosquitos, son las mejores armas para prevenir el dengue, una enfermedad endémica que cobra fuerza en la época de lluvia y que, en lo que va del año, ya se llevó la vida de seis niños y suma miles de casos en el país y en la región.
La enfermedad es endémica de las zonas amazónicas, sin embargo, debido al cambio climático, se presenta ahora en valles interandinos y zonas de montaña.
“El dengue se transmite por la picadura del mosquito. Generalmente, éstos viven en lugares cálidos. Sin embargo, debido al calentamiento global, se ha presentado la proliferación de estos vectores en otras zonas pobladas que no son las endémicas, como valles interandinos e, incluso, zonas de montaña”, explica Gabriel Mendoza, patólogo y docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
De acuerdo con un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante 2024, hasta la fecha, se reportaron en la Región de las Américas un total de 11.671.392 casos sospechosos de dengue (incidencia acumulada de 1.222 casos por 100.000 hab). Esta cifra representa un incremento de 226% en comparación al mismo periodo de 2023 y 426% con respecto al promedio de los últimos 5 años.
Ante esta situación, la OPS recomienda a las personas que viven en las zonas endémicas, como las regiones tropicales de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Beni y Pando, tomar una serie de medidas.
El mosquito Aedes aegypti, especie vectora del dengue, es conocido por aprovechar las épocas calurosas y lluviosas para reproducirse. Su ciclo comienza en charcos o acumulaciones de agua estancada, donde desarrolla sus huevos que a su vez se convierten en más insectos y generan mayor riesgo. Los mosquitos que transmiten el dengue están activos durante el día.
Se puede reducir el riesgo de contraer el dengue protegiéndose de las picaduras de mosquito con:
- Ropa que cubra el cuerpo lo máximo posible;
- Mosquiteros si se duerme durante el día, a ser posible rociados de repelente;
- Mosquiteros en las ventanas;
- Repelentes de mosquitos;
- Serpentines fumigantes y vaporizadores.
La aparición de criaderos de mosquitos se puede prevenir de las siguientes formas:
- Evitando que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos mediante la gestión y la modificación del medio ambiente;
- Eliminando correctamente los desechos sólidos y los hábitats artificiales que puedan acumular agua;
- Cubrir, vaciar y limpiar cada semana los recipientes donde se almacena agua para uso doméstico;
- Aplicar insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena agua.
La enfermedad
Mendoza indica que existen dos tipos de dengue, el clásico y el hemorrágico, siendo este último el más letal, ya que afecta a la sangre de los pacientes, haciendo que su tratamiento sea más complicado.
“El mosquito, al picar a una persona sana y producirle la infección, provoca un tipo de enfermedad sistémica, como si fuese un resfrío muy fuerte, en el que va a haber fiebre muy alta, por varios días, sudoración, falta de apetito, cansancio muy extremo y dolor. Este último síntoma es muy característico a nivel muscular, a nivel de las articulaciones y hasta los huesos”, explica el médico.
Si se contrae el dengue, es importante:
- Descansar;
- Beber mucho líquido;
- Tomar paracetamol para aliviar el dolor;
- Evitar los antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y la aspirina; y
- Estar atento a la aparición de síntomas graves y consultar al médico lo antes posible si aparecen.
Generalmente, estas afecciones en el dengue clásico, duran aproximadamente unos cinco a siete días, pero pueden complicarse con el dengue hemorrágico, el cual puede ser fatal.
“Esto porque se producen alteraciones en la sangre y pueden producirse varias hemorragias en varias partes del cuerpo lo que deriva en una falla en muchos órganos y la muerte”, puntualiza.
Mendoza apunta que, dependiendo el tipo de dengue hay diferentes tratamientos, pero que, en general, la enfermedad clásica es manejable y ambulatoria, ya que en la mayoría de los casos no requiere internación.
Sin embargo, si el paciente está en una fase crítica o tiene dengue hemorrágico, requiere de un tratamiento más agresivo, con transfusiones de sangre, estabilizadores y coagulantes para que no haya alteraciones sanguíneas que puedan producirle al paciente un shock y la muerte.