Cuando el bolsillo no alcanza: cómo reconocer una crisis económica y qué puede hacer la ciudadanía

La economía de un país, como un organismo vivo, experimenta momentos de auge y de tensión. Sin embargo, cuando esos desequilibrios se vuelven persistentes y afectan el bienestar de las personas, hablamos de una crisis económica. En los últimos meses, muchas familias bolivianas han comenzado a sentir en carne propia el impacto de este fenómeno. Pero, ¿cómo identificar si realmente estamos atravesando una crisis? ¿Qué acciones puede tomar la ciudadanía para amortiguar sus efectos?
Demis Vargas, experto en finanzas y docente de la carrera de Ingeniería Económica de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que una crisis económica se caracteriza por ser un momento de fuerte desequilibrio en el sistema financiero de un país. No se trata de una situación repentina o aislada, sino resultado acumulado de diversos factores, tanto internos como externos.
“Una crisis es un momento de dificultad en el cual se ha desequilibrado el entorno por varios factores. Si hablamos en términos económicos, está muy relacionada a los cambios estructurales que sufre una economía”, explica Vargas. Entre los signos más visibles están la inflación elevada, el desempleo creciente y, sobre todo, la pérdida del poder adquisitivo.
Ese impacto directo en el bolsillo se traduce en la imposibilidad de mantener una rutina de consumo básica ya que el dinero que uno va generando ya no abastece o alcanza para lo que antes era normal.
Otro síntoma evidente, dice el experto, es la escasez de productos y servicios. Las filas interminables en gasolineras, el desabastecimiento de alimentos o el alza inusual de precios pueden ser señales claras de una situación crítica. “Cuando hay un desabastecimiento, los precios tienden a subir. La pregunta que deberíamos hacernos es, ¿cuál es el motivo del desabastecimiento?”, añade.
Los factores que desatan una crisis económica
Según Vargas, el origen de una crisis puede dividirse en dos grandes categorías: factores internos y factores externos. Entre los primeros se incluyen el consumo desmedido, el aumento de la inflación y el desempleo estructural. En cuanto a los externos, se mencionan conflictos bélicos, catástrofes naturales o crisis internacionales que afectan a economías interconectadas.
“Uno de los mejores indicadores es el alza sostenida de precios. La inflación abrupta es uno de los termómetros más claros que tiene la gente para identificar que algo ya no está en equilibrio”, remarca.
Estos fenómenos no siempre siguen un patrón o una duración previsible. Las crisis no están planificadas, no son generales, y muchas veces evolucionan.
¿Qué puede hacer la ciudadanía ante una crisis económica?
Aunque las decisiones macroeconómicas están en manos del Estado, las personas pueden tomar ciertas medidas para sopesar el impacto de una crisis económica. Lo primero, según Vargas, es adaptarse a la nueva realidad financiera.
“Si se ha visto afectado en términos de sus ingresos, no le va a quedar otra que adecuarse al nuevo ingreso. Buscar productos sustitutos, otros bienes que satisfagan las necesidades básicas, es una de las primeras estrategias”, señala.
Otro paso esencial es la revisión de gastos ya que se debe realizar un ajuste en la economía doméstica. Gastos excesivos o que ya no son prioridad deben sustituirse, se debe revisar las obligaciones y negociar con los acreedores condiciones más flexibles.
No se trata solo de sobrevivir, sino de hacerlo con inteligencia. En este sentido, Demis Vargas subraya el ingenio del ciudadano boliviano para adaptarse.
“He trabajado mucho con créditos, con empresarios, microempresarios. Somos muy imaginativos. He visto que mucha gente está utilizando el resguardo en bienes inmuebles, que es una muy buena opción, porque tienden a valorizarse con el tiempo”, comenta.
Alternativas de inversión en tiempos de incertidumbre
En contextos de crisis, proteger los activos se convierte en una prioridad. Vargas recomienda considerar también inversiones emergentes, como las monedas virtuales.
“Hoy en día ya no tenemos ese veto que teníamos antes hacia el mercado de los bitcoins, por ejemplo. Hay una moneda permitida en Bolivia que puede abrir nuevas oportunidades, siempre y cuando se tomen precauciones y se comprenda el riesgo financiero”, aclara.
Este tipo de inversión puede actuar como un refugio en medio de un panorama volátil, especialmente cuando el acceso a divisas como el dólar está limitado. “Hay que estar abiertos a nuevas alternativas, evaluarlas bien y, sobre todo, informarse antes de tomar cualquier decisión”, sugiere.
Cómo identificar futuras crisis y actuar a tiempo
Aunque no existe una fórmula mágica para predecir una crisis, sí hay indicadores económicos que permiten anticipar problemas estructurales.
Vargas destaca que “siempre van a existir alertas: la inflación, el desempleo, la caída de reservas, la escasez de productos. La capacidad de actuar sobre esas señales es lo que diferencia a una economía resiliente de una vulnerable”.
En su opinión, es responsabilidad de los gobiernos, analistas y actores económicos identificar esas señales y actuar con rapidez. Sin embargo, cada ciudadano también puede prepararse mejor si se mantiene informado y comprende los fundamentos económicos básicos.
Por ejemplo, según el docente en Unifranz, Bolivia atraviesa un momento complejo, con señales de desajuste económico visibles para muchos sectores. Sin embargo, evita el alarmismo porque “esta crisis no está planificada. Pero las señales han estado ahí. El problema es que muchas veces no se toman las acciones necesarias a tiempo”.
Ante esta situación, la educación financiera, la planificación de gastos y la búsqueda de inversiones seguras se convierten en herramientas clave.
El poder de la resiliencia financiera
Las crisis económicas ponen a prueba no solo la estabilidad del país, sino también la capacidad de resiliencia de su gente. En palabras de Vargas, “como ciudadanos, nos toca hacer lo que esté a nuestro alcance: ajustarnos, negociar, proteger lo que tenemos y, sobre todo, informarnos”.
Aunque el futuro económico puede parecer incierto, el conocimiento y la acción oportuna pueden marcar la diferencia. Entender qué es una crisis, cómo se manifiesta y qué medidas podemos tomar es el primer paso para sobrellevarla con responsabilidad y visión.