Por Luis Flores
Wara Facio llegó de España a Bolivia, el vuelo que realizó impactó en 2,88 toneladas de dióxido de carbono (CO2e), pero también suma su consumo diario de aparatos electrónicos, el transporte, la comida y ropa que utiliza. Todas nuestras actividades generan una huella de carbono. ¿Sabes cuál es tu impacto ambiental y cómo ser responsable por ello?
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) explica que la huella de carbono es la medida del impacto de todos los gases de efecto invernadero producidos por nuestras actividades (individuales, colectivas, eventuales y de los productos) en el medio ambiente. Se mide en toneladas o kilos de dióxido de carbono equivalente de gases de efecto invernadero (GEI).
“Debemos reducir nuestra huella de carbono, porque ésta contribuye al calentamiento global, provocando efectos devastadores como el aumento de temperatura, los fenómenos climáticos extremos y la pérdida de biodiversidad”, explica Angela Canseco, doctora en biología y docente de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
La fórmula para calcularla es: la huella de carbono es igual a el nivel de actividad personal multiplicado por el factor de emisión, según la organización mundial Greenpeace.
“La responsabilidad sobre la huella de carbono es crucial para mitigar el cambio climático y proteger el medio ambiente”, subraya la bióloga.
Para conocer la huella de carbono se debe realizar un análisis de todas las actividades necesarias para llegar a la obtención del producto en cuestión, desde que se adquieren los materiales para su elaboración hasta su gestión para ser reducido, detalla la CEPAL.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) afirma que el cambio climático es producto de causas naturales y de la intervención del hombre, a través de la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas.
“El cambio climático se refiere a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones meteorológicos. Estos cambios pueden ser naturales, debidos a variaciones de la actividad solar o a grandes erupciones volcánicas. Sin embargo, desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal causante del cambio climático, principalmente debido a la quema de combustibles fósiles”, se lee en un boletín de la ONU.
La organización mundial además advierte que “el estilo de vida de hoy en día es insostenible”.
Si este calentamiento global se incrementa en 2ºC, se prevé que prácticamente todos los arrecifes de coral del mundo desaparecerán, se afectarán a diversos insectos y los impactos de estos hechos podrían ser devastadores. Así que es responsabilidad de cada uno evitar que el planeta sufra estos catastróficos efectos, alerta el organismo.
Para calcula tu huella de carbono puedes utilizar estas aplicaciones en Internet:
Greenpeace: la plataforma ofrece una calculadora de la huella de carbono gratuita que toma un par de minutos: https://consumoresponsable.greenpeace.org.mx/calcula-tu-huella-de-carbono.
Carbon Footprint: “Nos dedicamos a guiar a las organizaciones en su camino para reducir sin problemas las emisiones y allanar el camino hacia un futuro sustentable”, se lee en la web: https://www.carbonfootprint.com/.
Ecological Footprint: “¿Cuántos planetas usaríamos si todo el mundo viviera como tú?”, pregunta la página web que te da un nivel del impacto ambiental que causan tus acciones: https://www.footprintcalculator.org/home/es.
La bióloga boliviana Canseco además recomienda que al conocer el efecto ambiental personal, se debe ser consciente de las actividades que se puede hacer para reducirlo. “No es sostenible hacer un ahorro de los recursos, hay que realizar un uso eficiente de los mismos”, explica Canseco.
La especialista recomienda seguir estos pasos para reducir la huella de carbono:
Energía: se debe priorizar el uso de energía renovable y al utilizar dispositivos electrónicos inteligentes se debe procurar eficiencia y responsabilidad.
Residuos sólidos: es importante hacer una gestión de residuos adecuada: reciclando, reutilizando y reduciendo.
Transporte: se debe usar transporte público o compartido. Otra opción más amigable con el ambiente es usar bicicleta para distancias cortas.
Alimentación: evitar alimentos procesados y empaquetados, ya que se gasta mucha energía y productos artificiales en su fabricación. Hay que procurar consumir menos productos animales, como la carne, porque su producción requiere de inmensos campos y recursos, como el agua.
Infraestructura: realizar construcciones sostenibles con materiales ecoamigables y aislantes para reducir el consumo energético, sin perder el confort térmico para el usuario.
Políticas: apoyar políticas climáticas y medioambientales desde cualquier profesión u oficio.
Responsabilidad empresarial: colaborar con empresas y organizaciones sostenibles, comprar productos y servicios de empresas comprometidas con causas medioambientales.