El mundo laboral actual es cada vez más competitivo, y las habilidades blandas se han vuelto cruciales para el éxito profesional. A diferencia de las habilidades técnicas, que se aprenden en la formación académica, las habilidades como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la resolución de conflictos son fundamentales para adaptarse a entornos laborales dinámicos y diversos.
Estas habilidades complementan perfectamente los conocimientos técnicos adquiridos en el aula. Una de las innovaciones más efectivas es la inclusión de talleres y seminarios prácticos en los planes de estudio, donde los estudiantes puedan desarrollar y fortalecer competencias personales, conocidas como soft skills (por sus siglas en inglés). Esto representa un avance significativo en la educación superior.
Para Tatiana Montoya, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, el desarrollo de estas habilidades debería comenzar a producirse desde cada núcleo de familia. Pero también puede ser desarrollado de mejor manera en la universidad. Con un enfoque más especializado y profesional.
“Las habilidades blandas en realidad son como valores, creencias, e incluso pensamientos que se van enraizando, que se vuelven acciones. Que de alguna manera debería venir desarrollado desde la familia. Sin embargo, en la universidad nosotros podemos potenciar ciertos valores que ellos requieren para cada carrera” explica Montoya.
¿Cómo desarrollar ese potencial?
Es importante que los estudiantes sean conscientes de sus fortalezas y áreas de mejora. Es decir, que conozcan sus capacidades. Existen algunos métodos como tests de personalidad y ejercicios que pueden ayudar a identificar qué habilidades necesitan potenciar para alcanzar sus metas profesionales. Pero esto requiere de una guía y seguimiento especializado.
“En la misma universidad justamente, conociendo a los estudiantes viendo cuáles son sus capacidades, sus habilidades. Cuáles son sus valores, sus creencias, que les pueden ayudar a reforzar a las que ya tienen, que les pueden ayudar a ser líderes, a ser buenos profesionales y desarrollar las otras” señala la docente de psicología.
Contar con el apoyo de profesionales experimentados puede ayudar a los estudiantes en el desarrollo de sus habilidades interpersonales. Los guías pueden ofrecer retroalimentación constructiva y compartir experiencias que inspiren a los jóvenes a mejorar su desempeño.
José Manuel Reinaga, conferencista y Coach profesional, considera que el coaching es una caja poderosa de herramientas que permite y ayuda principalmente al autoconocimiento de la persona en general. Cómo funciona el pensamiento, las emociones, y como consecuencia permite conocer los resultados, tanto para personas con el conocimiento técnico como para las jóvenes.
“El coaching es una caja poderosa de herramientas que nos ayuda principalmente al tema del autoconocimiento. Cómo funciona nuestro pensamiento, nuestras emociones, y por ende nuestros resultados. Entonces yo creo que definitivamente para los estudiantes y los profesionales son herramientas que ayudan a mejorar nuestro ser, desde adentro, a potenciar nuestras habilidades y obviamente los resultados que queremos profesionalmente” explica Reinaga.
Potenciar las habilidades blandas en los universitarios no solo mejora sus perspectivas laborales, sino que también contribuye a su crecimiento personal. En un mundo donde la adaptabilidad y la inteligencia emocional son cada vez más valoradas. El invertir tiempo en estas competencias es una apuesta segura para el futuro.
“Convengamos que una persona o un profesional que tiene autoconfianza, que cree en sí mismo, en sus capacidades, que tiene gestión emocional va a tener muchos mejores resultados que una persona que no lo tiene. Así que definitivamente son habilidades que se necesitan incluir dentro la educación formal en este momento porque ayuda muchísimo en todo sentido” destaca José Manuel.
Estudio sobre competencias laborales
Un estudio sobre Competencias laborales en las empresas bolivianas, realizado en 2024 por el Observatorio Nacional de Trabajo, ONT, revela una serie de requerimientos que los profesionales deben tomar en cuenta. Estas competencias son clave para los requerimientos de personal, y están distribuidas en dos categorías: Competencias priorizadas en un nivel estratégico y las Competencias priorizadas en nivel táctico.
En Competencias priorizadas en el nivel estratégico, destacan la Comunicación Efectiva (escrita) como la principal habilidad más valorada (83.3%) El segundo más valorado, se ubica la Resolución de Problemas (82,1%) Un poco más adelante, en cuarto lugar, se encuentra la Integridad y Honestidad (79.7%). En séptimo lugar ocupa trabajo en equipo (74.5%) son algunas de las 22 categorías que conforman este grupo.
Por otro lado, se encuentran las Competencias priorizadas en el nivel táctico, donde ocupa el lugar más alto Motivación y Delegación (80%) le sigue Integridad y Honestidad (73.9%) y Responsabilidad (71.4%) como las 3 principales categorías más valoradas de un grupo de 22.
