El docente de antaño ordenaba memorizar. Actuaba de forma impositiva en el aula y recurría a procesos mecánicos para enseñar. No procuraba que el alumno reflexione ni permitía la retroalimentación. Acudía al castigo sino se cumplían las tareas.
En estos tiempos de alto desarrollo de la tecnología, cuando un estudiante tiene toda la información a su alcance en la Internet, ¿Cómo debe ser el docente?
Juan Carlos Núñez, experto en pedagogía de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, confía en la innovación para transformar la educación. “Debemos ser innovadores, colaborativos y comprometidos con el aprendizaje continuo para poder brindar una educación de calidad a nuestros estudiantes, preparándolos para enfrentar un mundo cada vez más cambiante”, resalta.
El especialista señala cinco aptitudes que deben desarrollar los docentes para alcanzar esos objetivos.
Actualización continua para tener un conocimiento profundo de los enfoques pedagógicos y tecnologías educativas que surgen constantemente. Implica estar al tanto de las últimas tendencias en educación, participar en capacitaciones y evaluaciones continuas y utilizar herramientas tecnológicas y recursos didácticos innovadores.
La irrupción de las nuevas tecnologías ha cambiado radicalmente la forma de acceder a la información, ahora todo el contenido que era seleccionado por el docente está en la red. Los estudiantes dominan el tema por la información actualizada liberada en la Internet.
Capaz de involucrar a los estudiantes. Como docente está frente al desafío de ayudar, guiar, facilitar la construcción del conocimiento del alumnado, debe promover su desarrollo integral y fomentar el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad. La enseñanza se adapta a las necesidades individuales de cada estudiante con metodologías activas que involucren a los estudiantes.
Usar el método de enseñanza basado en competencias ha sido fundamental para enfrentar los cambios constantes. Se centra en desarrollar habilidades prácticas y aplicables en el mundo real, a través del uso de proyectos y tareas prácticas, que permiten a los estudiantes aplicar lo que han aprendido en situaciones reales con ética y responsabilidad.
El estudiante aprende según su ritmo y habilidades. Los docentes deben contar con capacidades de evaluación de acuerdo al dominio de habilidades y resultados de aprendizaje que obtienen cada uno de ellos.
Gestionar habilidades blandas y encarar la formación para la era del trabajo en equipo, de empatía, respeto al otro, pluralidad, pues las tendencias de empleo así lo demuestran.
Ser un modelo a seguir y transmitir valores y actitudes positivas, como la tolerancia, la empatía, la responsabilidad, respeto y protección al medio ambiente. El ambiente de respeto y confianza en el aula permite el diálogo y el trabajo colaborativo.
Clara Solórzano, también miembro del JEA de Unifranz, añade que “el rol del docente cambió de imponer conocimiento, a ser mentor de los estudiantes”.
Sara Yoshiro, experta en educación, agrega que “el trato del docente hacia los estudiantes debe ser permanentemente de una comunicación horizontal y de empatía, usando un lenguaje claro, respetuoso y agregando términos o palabras actuales o ‘que están de moda’ para llegar con mayor facilidad a los estudiantes”.
Los expertos coinciden en que el docente de hoy debe ser “agentes de cambio” capaz de liderar procesos de transformación en el entorno educativo y dispuestos a adaptarse a las nuevas exigencias y desafíos educativos.