Por Manuel Filomeno
Vivimos en un constante estado de excitación. El mundo se mueve a una velocidad vertiginosa y cada vez es más difícil seguirle el paso. La tensión que generan el trabajo, la familia y la conectividad constante puede llevarnos al estrés y éste, si es continuo y sostenido, puede desencadenar todo tipo de enfermedades mentales si no tenemos cuidado.
Una de estas condiciones es el Burn on o depresión crónica por agotamiento, un fenómeno cada vez más común y que puede tener consecuencias muy dañinas para la salud.
“Son muchas las personas que viven bajo una presión constante. Les gusta el trabajo. El celular es parte de su vida cotidiana y están disponibles 24/7 producto de las tecnologías de la información y comunicación que permiten una conectividad. A esto se suma el tema familiar, pareja, hijos, ambiente social, el deporte y actividades varias. El estrés provocado por esta sobrecarga crónica puede ser muy dañino para la salud y los expertos encienden las alertas sobre estos síndromes de depresiones enmascaradas y agotamiento extremo”, explica Naira Amancay Guerrero Paiva, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
El burn on opera de manera sutil generando hiperexcitabilidad, se caracteriza específicamente por una depresión disfrazada (oculta) y un agotamiento depresivo crónico. La persona no llega a colapsar, sin embargo, arrastra el problema indefinidamente, no aceptando ni reconociendo el padecimiento.
Es diferente del síndrome del burn out, el cual se manifiesta por un cerebro prácticamente sin energía y exhausto debido al agotamiento laboral y se produce cuando la exigencia laboral es tan alta que paraliza al talento humano generando el nivel de estrés que agota al individuo en sus diferentes planos (físico, mental y emocional), agrega la experta.
Más difícil de detectar que el burn out
Guerrero apunta que los síntomas del burn on pueden presentarse a nivel físico como dolores persistentes en el cuello, la espalda y la cabeza, entre otros, y a nivel emocional como una profunda pérdida de esperanza. A menudo, estos síntomas van acompañados de comorbilidades como depresión, ansiedad, e irritabilidad y en algunos casos adicciones.
«Los pacientes siempre están al borde de una crisis nerviosa, pero continúan y cultivan, detrás de una sonrisa, un tipo diferente de agotamiento y depresión». Esta resistencia para detenerse hace que el burn on sea menos obvio que el burn out, complicando su diagnóstico y tratamiento”.
Uno de los síntomas más resaltantes del burn on, es una hiperexcitación con el trabajo, es decir que las personas que lo padecen no dejan de cumplir con las exigencias laborales.
Ésta es la principal diferencia con el burn out, cuyos síntomas son los de un agotamiento extremo, disminución en el rendimiento y distanciamiento mental en el trabajo, lo que genera bajos niveles en el desempeño laboral.
“En la actualidad son muchas las personas que pueden ser propensas a padecer un burn on, por la forma de vida que llevan a nivel laboral, por presiones y exigencias constantes, al querer cumplir satisfactoriamente a todo, y que, en algunos casos, ven el tema laboral como algo extremadamente primordial. Es ahí que el problema recae más que todo en querer cumplir con las exigencias a nivel laboral, generando un estrés crónico por toda la sobrecarga”, manifiesta.
Entre los factores que contribuyen a este estado podemos contar el tener una vida constantemente ajetreada, las constantes responsabilidades en todos los ámbitos, estar permanentemente inmiscuido en competencias laborales, sobrecargarse, “también puede ser otro factor lo económico, un estilo de forma de vida, que pueden aumentar significativamente los síntomas”, expresa Guerrero.
Adicionalmente, señala otros factores, como percepciones equívocas del entorno laboral, haber atravesado por cambios constantes, antecedentes de constantes desvinculaciones, horarios de trabajo estresantes, entorno laboral desagradable u hostil y/o otros factores psicosociales de estrés relacionados con el empleo”.
Prevenir y buscar ayuda
Este fenómeno puede ser muy dañino para el ser humano y su salud, física y mental, generando mayores problemas en todas sus esferas (familiar, social y laboral), por lo tanto, es importante prevenirlo.
“La prevención de todo malestar es siempre necesario, sin embargo, el primer paso es estar consciente de ello y asumirlo para dar solución, ya que podemos encontrar personas que no aceptan su padecimiento, niegan aquello y generan mayores sintomatologías y ponen en riesgo su salud”, añade.
Por otra parte, entre las recomendaciones para quienes padecen de burn on está la reducción del ritmo laboral y la incorporación de técnicas y actividades de relajación. Con un enfoque adecuado y un reconocimiento temprano es posible manejar los efectos de este síndrome y mejorar significativamente la calidad de vida de los afectados, concluye la experta.